Misiones
Siete trabajadores murieron en un despiste y vuelco de un colectivo sobre ruta 14
“Hoy duele respirar”: familias luchan tras la tragedia de San José
A poco más de dos días de ocurrido el mayor siniestro vial en rutas misioneras en lo que va del 2025 -y el más grave registrado en los últimos 12 años-, familiares de los 45 sobrevivientes de la tragedia de San José se mantienen cerca de sus seres queridos, y los acompañan en el trajín que implica realizar estudios médicos y trámites necesarios para contar con los cheques cubiertos, que les corresponden por derecho laboral.
Se trata del grupo de 52 trabajadores forestales misioneros -algunos de San Pedro, Campo Grande, San Vicente, San Javier, Oberá y de otros puntos de la provincia-, que viajaban en un colectivo particular de la empresa San Francisco el pasado miércoles al mediodía hacia la localidad correntina de Virasoro, para trabajar en la extracción de resina de pino -actividad a la que se dedica la compañía radicada en esa provincia-. El reventón de un neumático delantero provocó el despiste y vuelco del autobús de doble piso, cayendo en un barranco de al menos 3 metros al costado de la ruta nacional 14: todo pasó cerca de las 13 de ese día.
Siete hombres -Víctor Sequeira (45), obereño y chofer del vehículo, Roberto Mezzeti, de San Javier, y Rubén Roque Celestino (63), Julio Álvez (55), Adelio Álvez (36); Damián Martins (36) y Leonardo Fagundez (24), de San Pedro- perdieron la vida casi en el acto.

En tanto, 45 resineros hoy resisten a las lesiones y son asistidos por equipos médicos de clínicas privadas, por disposición de sus aseguradoras de riesgo de trabajo. Mientras se reponen psicológicamente del shock y de las escenas de aquel miércoles nublado cuando, como cada mes, viajaban a trabajar al campo correntino.
Cómo siguen los sobrevivientes
De los 16 trabajadores que fueron derivados en un inicio al Hospital Ramón Madariaga, uno de ellos, de 31 años, permanece internado -estable y con diagnóstico reservado-. Los demás fueron dados de alta entre el jueves y viernes por la mañana, y derivados a seguir sus atenciones médicas en sanatorios privados.
Por la magnitud del siniestro, en el hecho intervinieron las dependencias policiales de San José, de Fachinal y de Cerro Azul. La asistencia hospitalaria fue clave para resguardar la vida de los sobrevivientes, por lo que se requirió la colaboración de los hospitales de Apóstoles y de Cerro Azul.
Precisamente en esa última localidad, se trasladaron y atendieron en una clínica integral a cinco trabajadores. Cuatro de ellos recibieron la alta médica el jueves por la mañana. Mientras que el último -de acuerdo a lo que signó Juan Manuel Peragallo, director del centro, a El Territorio- fue derivado al Sanatorio IOT de Posadas en la tarde de ayer, para continuar con sus tratamientos bajo cobertura de su aseguradora de trabajo.
Lo sucedido es investigado por el Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, a cargo de Miguel Mattos. Por la gravedad del siniestro, se conformó un sumario policial y ya se iniciaron las pericias técnicas correspondientes para determinar la velocidad a la que iba el vehículo, entre otros datos relevantes para reconstruir cómo fue que sucedió el despiste fatal, que sacudió a la comunidad misionera.
Una vez finalizadas las requisas, desde el juzgado -y cuando se considere pertinente- se tomarán declaraciones testimoniales a los sobrevivientes y allegados a la empresa forestal correntina.
“Es duro seguir”
A raíz de la tragedia en San José, que se cobró la vida de cinco sampedrinos, el intendente de esa localidad Miguel Dos Santos decretó tres días de duelo, mediante la Resolución 33/2025. La medida busca acompañar desde el respeto el dolor de las familias, en su mayoría vinculados a la actividad agroproductiva. Por lo que las banderas se mantendrán a media asta en los edificios de organismos públicos.
Aunque, reconocen, no hay paliativo para tal pérdida.
Cristina Alvez, hermana de Adelio (36) -uno de los fallecidos en el siniestro- resume su pesar como puede. «Yo como todos en la familia estamos destrozados. Hoy duele hasta respirar», clamó.

Además de Adelio, San Pedro lamenta el fallecimiento de Leonardo Fagúndez (24), Rubén Celestino (63); Julio Isidro Álvez (55) y Damián Martins (36). Todos ellos, peones que viajaban hacia Corrientes, como todos los meses, para adentrarse en el monte y buscar resina de los pinares. Según allegados, varios de ellos se desempeñaban en ese trabajo desde hace más de siete años pero Leonardo, el más joven, comenzaba su camino en la actividad forestal hacía apenas dos meses.
Entre la angustia de las primeras horas, las familias trabajaron para recuperar los restos de sus seres queridos y darles un último adiós. Los velatorios se hicieron en distintos puntos de la localidad, incluyendo Terciados Paraíso, Colonia Alegría y Colonia San Lorenzo.
Valeria, sobrina de Rubén Celestino, compartió su dolor a El Territorio: “Estoy muy sorprendida con lo que pasó, porque se iba a trabajar y regresar en ese estado tan doloroso, es muy triste”. A su familiar lo recuerda con nostalgia y cariño que denota proximidad: «Tengo muy lindos recuerdos, un tío muy buenito, paciente con todos. Estamos muy angustiados por su pérdida».
También de forma inesperada, a la familia de Damián Martins le toca vivir de cerca una tragedia como la que ocurrió días atrás. La conmoción del episodio repercutió en la salud de los padres del joven. Su hermano Silvio relató el momento que se vive en el hogar: “Mis padres, nosotros y el hijo de mi hermano estamos muy conmocionados, es duro seguir”, lamentó.
En esa línea, manifestó preocupación por el debilitamiento del estado de salud de sus progenitores. «Después de lo ocurrido ellos están muy complicados de salud. Mi papá no puede hablar del tema: es doloroso, un hecho que nos destroza como familia», sintetizó Silvio.
La Forestal no dio respuestas
Cristina Alvez, hermana de Adelio de 36 años, llegó al Hospital Ramón Madariaga con la esperanza de encontrar con vida a su familiar. El sampedrino había sido informado como uno de los fallecidos en el trágico siniestro ocurrido en el kilómetro 801 de la ruta 14, en jurisdicción de San José. Sin embargo, al llegar al centro médico, las primeras horas fueron de todo menos certezas: ni su hermano estaba entre los heridos ni el cuerpo había sido trasladado al lugar.
“Tenía la esperanza de que esté acá internado y no muerto”, expresó conmovida, en las afueras del hospital a este medio. La mujer relató que desde que se enteraron del siniestro, cerca de las 16 de aquel miércoles, iniciaron una desesperada búsqueda de información. «Nos dijeron que el cuerpo estaría en Posadas, pero no está. Ahora debemos viajar a San José para ver si está allá. Nadie nos da respuestas claras», lamentó.
Según relató, hasta ese momento no habían recibido ningún tipo de asistencia o comunicación por parte de la empresa forestal involucrada. «Nadie de la empresa apareció, nadie nos informó qué pasó, ni por qué ocurrió el accidente. No hay nadie que dé la cara», denunció.
Después de insistencias, la familia pudo confirmar la identidad de Adelio. El resinero finalmente fue velado el jueves en la Iglesia Asamblea de Dios de El Paraíso, en San Pedro, comunidad enlutada por la muerte de éste y 4 vecinos.
El último abrazo de Leonardo que no fue
Leonardo Fagundez dio sus primeros pasos en el rubro forestal y de la madera. Hacía sólo un mes que se había sumado a la empresa forestal San Francisco y su papá lo había animado a tomar ese rumbo. “Yo quise que él trabaje ahí para que tenga algo seguro, un bienestar el día de mañana”, contó Héctor a El Territorio, en los afueras de la Clínica Integral Cerro Azul -donde llevó a su esposa para que se midiera la presión, en un estado de notable shock y tristeza-.
La noche anterior al siniestro fue clave. Padre e hijo de San Pedro habían tenido una charla profunda, en la que reconocieron errores y se reconciliaron. “Nos habíamos distanciado, yo no aceptaba algunas cosas, pero le dije que viniera a casa, que lo perdonaba… Le pedí perdón yo también, tres veces, hasta por teléfono”, recordó. “Él lloraba mucho. Me decía que le dolía todo lo que había pasado”:
Horas después, Leonardo perdió la vida en la ruta 14. La noticia llegó al mediodía y una llamada rompió la rutina. Como quien presiente lo peor, Héctor recordó que “apenas escuché que era un accidente, pensé en mi hijo”.
«Es un golpe muy duro para nosotros. Uno nunca está preparado para esto», dijo entre silencios, con la voz quebrada. «Mi mujer estaba en la iglesia, no podía creerlo. El dolor fue terrible». Entre las emociones, el hombre intentó mostrarse firme y resistir, por la salud de sus otros siete hijos: “Tengo otro hijo de 10 años, tengo que seguir… Pero esto es muy triste para mí”.
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