
Iguazú (LaVozDeCataratas) El registro de esta variedad representa un hecho inédito en el país, ya que hasta ahora no se había oficializado ninguna creación fitogenética de cannabis. La solicitud fue presentada por personas físicas representadas por María Laura Mauro, aunque sus antecedentes no aparecen en registros públicos.
El cultivo y uso del cannabis en Argentina viene atravesando un proceso progresivo de apertura legal desde 2017, cuando se aprobó la Ley 27.350 de Cannabis Medicinal. Desde entonces, la regulación avanzó hacia esquemas de cultivo personal y solidario, tanto para uso medicinal como científico, bajo autorización del Ministerio de Salud.
Según el anexo II de la resolución, se permite el cultivo de hasta nueve plantas en floración por persona, siempre dentro de un espacio interior de hasta seis metros cuadrados. No hay límite para los plantines, y en caso de estar inscripto en el REPROCANN (Registro del Programa de Cannabis), también se autoriza el transporte de hasta 40 gramos de flores secas o seis frascos de aceite de 30 ml.
La medida se da en un contexto político particular. Si bien el Gobierno de Javier Milei impulsa la desburocratización de distintos sectores, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuestionó fuertemente el programa REPROCANN y en febrero de este año anunció que “se dará de baja todo” por el supuesto desvío de marihuana al mercado negro.
Mientras tanto, el INASE continúa inscribiendo cultivares dentro de lo que la normativa vigente permite. Aunque el cannabis sigue siendo considerado una sustancia ilegal bajo la Ley de Drogas 23.737 —que no distingue entre usuarios, microtraficantes o grandes bandas al momento de aplicar penas—, la jurisprudencia ha sido clave para evitar condenas por simple tenencia o cultivo personal.
En medio de tensiones políticas y judiciales, el registro de Choco OG representa no solo un avance técnico en materia agronómica, sino también un símbolo de la lenta pero constante normalización del cannabis en Argentina. La legalidad plena aún parece lejana, pero los pasos hacia una regulación más clara y segura continúan.