Su sueño es crear un estilo propio, pero no de juego, sino un estilo propio de pelota parada. Es capaz de discutir sobre un córner durante más de una hora. Los jugadores lo odian en la semana pero, después, en los partidos, lo van a abrazar cuando todo eso que ensayaron una y otra vez en los entrenamientos se concreta. Empezó como videoanalista y hoy se convirtió en uno de los profesionales más buscados de la Premier League. Este es Nicolas Jover, un Bilardito versión 2.0.
Guardiola y Arteta cuando trabajaban juntos en el City. Ahí también estaba Jover, que se fue al Arsenal con Arteta.
“La verdad que Bilardo me fastidiaba. En las prácticas me ponía como 30 pelotas en el córner, él se iba al área, levantaba los brazos y me decía ‘la quiero acá’. Y yo pateaba y pateaba y pateaba. Eso me llevó a la histeria total. Claro que todo ese entrenamiento tenía su premio. Porque gracias a esas jugadas, ganábamos”. El que habla es el Bocha Ponce, figura del Estudiantes que se consagró en el Metro 82 con un Narigón que supo hacer un arte de cada pelota parada: el Bocha era el que pateaba y el Tata Brown, el que cabeceaba siempre.
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“En cada entrenamiento trabajamos mucho las jugadas a balón parado. Te puedo asegurar que es lo peor, ¡es lo peor!”. El que habla, 43 años después de aquel Estudiantes 82, es Bukayo Saka, delantero y figura de este Arsenal 2025 que este miércoles se juega una parada brava en cuartos de Champions en el Bernabéu ante el Madrid y que, como aquel Pincha 82, tiene un laboratorio en el que ensaya cada balón quieto. De hecho, de las 13 asistencias que tiene Saka en esta temporada, cuatro las hizo de… córner.
Bukayo Saka es uno de los que manejan la pelota parada. Generalmente, tira los corners desde la derecha.
Nicolas Jover nació en Berlín, Alemania, en 1981 (mientras Bilardo volvía loco con la pelota parada a los colombianos, dirigiendo a su selección). Se crio en Francia y, a los 20 años, se mudó a Quebec, Canadá, para estudiar una licenciatura en Deportes en la Universidad de Sherbrooke. Durante su estancia allí, empezó a nutrirse de conceptos del fútbol americano y, tras cursar una maestría, comenzó a dirigir al Dynamik de Sherbrooke, un club amateur de la liga de fútbol de Quebec, donde se decidió por aplicar algunos de esos conceptos del fútbol americano que había estudiado. Al regresar a Francia, en 2009, trabajó como videoanalista en el Montpellier, equipo que, dirigido por René Girard y con Jover con la computadora en el banco, dio el golpe: campeón de la Ligue1 en la 2011/12, imponiéndose a los millones del Paris Saint Germain.
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Fue a mediados de 2016 cuando Jover llegó al fútbol inglés para trabajar en el Brentford, ya como encargado de las pelotas paradas. Y los resultados fueron notables: en tres temporadas, el humilde equipo del oeste de Londres marcó 46 goles desde su laboratorio.
«Trabajamos mucho las pelotas paradas, es lo peor», bromeó Saka, figura del equipo.
“El entrenamiento de las jugadas de pelota parada sigue siendo una de las cosas más difíciles de enseñar en el fútbol, porque en las prácticas los jugadores quieren jugar partidos en espacios reducidos y patear al arco, no quedarse parados un buen rato ensayando jugadas. Tienes que conseguir que acepten, pero Nico lo hizo de inmediato”, recordó Dean Smith, entrenador de aquel Brentford.
La pelota es el arma letal del Arsenal.
Tan bueno fue su trabajo que llamó la atención de un tal Pep Guardiola, quien en julio de 2019 no dudó en llevárselo al Manchester City. Fue allí donde Jover conoció a Mikel Arteta, por entonces asistente principal de Pep. Con Jover, el City pasó de estar décimo entre los equipos que más goles de pelota parada habían marcado en la 2018/19 (11 tantos) a liderar ese ranking, con 17 gritos, en la 2019/20. Redujo, además, el volumen de goles recibidos en jugadas de pelota parada en contra: de 39% al 20%. Sin embargo, esto se cortó en 2020, cuando el Arsenal le ofreció a Arteta el cargo de técnico. Con 37 años, Arteta no podía perderse la oportunidad de probarse como entrenador principal, así que aceptó. Un tema (no menor): se llevó para su nuevo cuerpo técnico a Nicolas Jover…
Arsenal FC –
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«Sueño con desarrollar un estilo reconocible de jugadas a balón parado, como un estilo de juego». Nicolas Jover
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Un episodio que desnudó cierto recelo por ese adiós fue el cruce que se dio en octubre de 2023 en un duelo Arsenal vs. Manchester City. Luego del triunfo del equipo de Arteta con un gol de Martinelli a cuatro minutos del final, Kyle Walker, capitán y referente del City que hoy está en el Milan, casi se va a las manos con Jover en un “agarrame que lo mato” que incluyó a Haaland. “No me gusta perder -contó Walker- y ocurrió que un par de partidos antes, Nico, que trabajó para el Manchester City, no quiso darme la mano cuando les ganamos. Ahora que perdimos, vino para estrecharme la mano y no me lo tomé a la ligera. Así de simple”.
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Disputas al margen, Jover revolucionó el Arsenal: antes de su llegada, el equipo había marcado seis goles de pelota parada en la 2020/21, el segundo peor registro de la Premier. Pero en la 22/23 logró 22 tantos, con 16 desde el córner, récord en la historia de la Premier. Así, el Arsenal pasó de ser el 18° equipo con más goles de pelota parada a ser el primero. Hoy lidera también en porcentaje de centros que luego terminan en remates al arco rival (27,2%) y solo un equipo de la Premier supera el 20% (Nottingham Forest con un 21,3%). A su vez, en defensa, es el cuarto equipo que menos remates permite tras un córner en contra (12,9%) y por esa vía solo sufrió apenas dos goles.
«Su experiencia puede ser increíblemente útil y valiosa para nosotros. La pelota parada es una parte crucial del juego». Mikel Arteta.
Declan Rice clavó dos golazos de tiro libre en la ida ante el Real Madrid. En este caso, no hizo lo que Jover le indicó…
Con cortinas, desmarques y especialistas de la pegada como Bukayo Saka (desde la derecha) y Declan Rice (desde la izquierda), el Arsenal tiene en la pelota detenida un arma letal. El partido de ida que terminó en esa increíble goleada 3-0 ante el Madrid lo abrió desde ahí, con esos dos tiros libres memorables de Rice. Una perlita es que el volante justamente desoyó la indicación de Jover: el encargado de los tiros libres siempre fue Martin Odegaard, pero esta vez se hizo cargo Rice, que no había hecho goles de tiro libre. En el primero, Jover le dijo que la cruzara al palo de Courtois. Rice no le hizo caso: la clavó por afuera de la barrera. Golazo. De eso, de improvisación y rebeldía, también están hechos los grandes equipos.