Las cámaras lo mostraron cuando acababa de anularle un gol a Boca frente a Barracas, en una decisión muy polémica. Primero, haciendo gestos ampulosos, juntando las manos como quien reza y agitándolas mientras se mordía el labio inferior (como diciendo «mirá la pelotudez que reclaman, no entienden nada»), desde una supuesta superioridad intelectual que parece creer siempre que tiene sobre sus interlocutores.
No contento con esa demostración de soberbia, y teatralizando gestos por si no se entendía bien, también le dijo a Edinson Cavani, el perjudicado por el fallo en cuestión, «Leé el reglamento». Lo que estaba en discusión no era una cuestión de reglamento, sino entender lo que se había visto: si el jugador de Boca se había interpuesto deliberadamente en el camino de la salida del arquero rival, obstruyéndole el acceso a la pelota, o si el propio Ledesma había ido a chocar contra Cavani, que tenía legítimamente ganada esa posición y solo endureció su cuerpo cuando el arquero lo fue a chocar.
Si pasó lo primero, es falta (lo que cobró Echenique y no lo llamó a revisar Adrián Franklin desde el VAR). Si pasó lo segundo, no lo es. Leer el reglamento no modifica la percepción de lo que vieron Echenique, Franklin o una enorme mayoría de observadores que no creemos haber visto lo mismo que el árbitro.
Pero lo que confirma que el que debe leer el reglamento es Fernando Echenique es lo que pasó en el partido de Copa Argentina de este miércoles, cuando el defensor Studer, de Independiente Rivadavia, con control y dominio de la pelota, la pasó hacia atrás mal para su arquero, quien tuvo que hacer un regreso desesperado para salvar con un manotazo lo que era un gol en contra. Ante un pase atrás no forzado de un compañero, el arquero no puede tocar la pelota con la mano: es indirecto para el equipo rival. Materia de jardín de infantes en el arbitraje.
Echenique cobró corner. Ni su asistente Facundo Cano, que estaba en el mismo sector, ni el del otro lado, Pablo Acevedo, ni el cuarto árbitro, César Ceballo, parecen haberle avisado (no tenemos acceso a lo que pudieran haber hablado por intercomunicador) del grosero error.
La Dirección de Arbitraje, que se supone avaló su fallo cuando anuló el gol contra Barracas, ahora tuvo una reacción inusual, con un comunicado «interno» que no tardó en trascender, donde reta en duros términos a Echenique y sus ayudantes: dice que la Dirección de Arbitraje (DNA) «observa con extrema preocupación la toma de decisiones erróneas en situaciones básicas y de fácil resolución establecidas en las reglas de juego». Y agrega que «no haber resuelto un pase deliberado con pie al arquero, quien juega el balón con su mano, conforme a la regla con un tiro libre indirecto, preocupa enormemente y nos obliga a solicitarles a todo el conjunto a trabajar con seriedad“.
Echenique había sido designado en el partido más fuerte de este domingo, Riestra-San Lorenzo, y lo limpiaron directamente, reemplazándolo por Espinoza.
Tamaña decisión podría hacer reflexionar, tanto a la DNA de Federico Beligoy como al propio Echenique, sobre su continuidad como árbitro de Primera. Aunque él la vaya de superado y dirija los partidos de taquito, al tranquito, con gesto de aburrido, está claro que ya no le queda nada bueno por hacer como referí, si es que alguna vez lo hubo. Tras debutar en 2011, fue promovido a internacional en 2018 vaya uno a saber en mérito de qué, y permaneció en esa categoría hasta 2022.
En todo ese tiempo, la Conmebol solo lo designó para tres partidos de Copa Libertadores y cuatro de Sudamericana, al margen de las veces que fue a levantar carteles para los cambios, como cuarto árbitro. Con más de 300 partidos desarrolló cierto oficio, que emplea para manejar los partidos, logrando generalmente que casi no esté la pelota en juego nunca, de modo de no tener que tomar decisiones que después se tenga que bancar.
Un especialista en todas las tretas que abundan en el arbitraje para que el juego esté parado: burdas charlas con los jugadores antes de los corners para advertir que cobrarán agarrones que después no cobran, larguísimas ceremonias antes de que se ejecute un tiro libre, corte continuo del partido, impedimento a los equipos que quieren sacar rápido los tiros libres, detención inmediata del partido apenas a un jugador le pica un mosquito y se tira al piso. La que inventó en ese último Boca-Barracas debe ser inédita en el fútbol mundial: pitó una falta, expulsó a un colaborador del banco de Barracas y no dejó reanudar el juego hasta que ese buen señor desapareciera por el túnel; todo el mundo esperando que hiciera 100 metros bordeando el campo por afuera, sin interferir ni molestar, para recién seguir el partido.
El combo se complementa con módicos minutos de adición, casi siempre la mitad o menos que lo que se perdió por interrupciones (revisiones VAR, diez cambios, atenciones en campo, demoras deliberadas en especial de los arqueros), y en el caso de algunos como Echenique, ni siquiera se completa ese tiempo que anunciaron como agregado (que, según la regla, es el «mínimo» que se comprometen a sumar), porque cuando faltan todavía 10 o 15 segundos, ya lo terminan, en particular si están por tirar una pelota al área (no vaya a ser cosa que tengas que resolver si hay o no penal cuando ya se terminaba el primer tiempo o el partido). Echenique, que ya lo había hecho en un partido de Huracán, lo volvió a hacer en Boca-Barracas: están sobre el final del descuento por tirar una pelota al área y directamente se da vuelta, le da la espalda a la jugada, señala el centro del campo, pita y se va.
Mientras tanto, puede él mismo leer bien las reglas que debe aplicar, y tratar de bajarse del poni y dejar de tratar a la gente con desdén y poco respeto. El presidente de la AFA ironizó que «no dirigió Carlitos Balá ni Chassman» para valorizar el triunfo de Central Córdoba sobre Flamengo, en oposición a las frecuentes observaciones de fallos favorables a ese equipo en los torneos locales. No, no dirige Balá. Pero Chassman está en Ezeiza y ha llenado el plantel arbitral de Chirolitas.
Copa Argentina –
El tiro libre no cobrado por Echenique
El arquero de Independiente Rivadavia la sacó con la mano tras un pase atrás de un compañero. Video: TyC Sports.
Boca Juniors –
El diálogo de Cavani con el arquero Ledesma y con el árbitro Echenique
El Matador tuvo un par de cruces después del gol anulado a Boca vs Barracas. Video ESPN
El gol que Echenique le había anulado a Cavani (Foto: Fernando de la Orden).
Uno de sus habituales gestos cancheritos ante los jugadores (foto Marcelo Carroll).