Misiones
Promesas cumplidas y agradecimientos marcaron la fecha
El Cerro Monje volvió a reunir a fieles en una jornada cargada de devoción
Cada Viernes Santo, el Cerro Monje se convierte en escenario de una de las expresiones de fe más profundas de la región. Desde distintos puntos de Misiones e incluso de provincias vecinas, cientos de peregrinos llegan en auto, bicicleta o caminando hasta la cima como parte de una promesa o compromiso personal.
Ubicado a orillas del río Uruguay, a pocos kilómetros del casco urbano de San Javier, el cerro recibe a quienes suben en silencio y con devoción para participar del Vía Crucis, conmoverse con la representación viviente del camino de la cruz y renovar su espiritualidad en un entorno natural que conjuga historia, cultura y reconocimiento.

La parroquia San Francisco Javier acompaña este rito anual con una organización que se prepara con anticipación para recibir a la comunidad y visitantes durante la Semana Santa.
En este contexto, El Territorio dialogó con varios fieles que se acercaron al lugar desde las primeras horas de la mañana para celebrar un rito de compromiso espiritual. Desde el kilómetro 26, en Dos Arroyos, Lucas Vieira emprendió una caminata de 40 kilómetros junto a su sobrino para llegar al cerro. Como muchos otros fieles, se sumó al tradicional Vía Crucis viviente para cumplir una promesa personal, en una fecha que considera profundamente significativa.

«Es la tercera vez que vengo. Hace un par de años empecé a venir y siempre con una promesa. Esta vez caminamos 40 kilómetros. Es algo muy nuestro, de fe y vengo a agradecer. Lo que pedí se me cumplió», contó.
Para Lucas, la Semana Santa tiene un valor especial y más aún este tipo de manifestaciones de fe en un entorno cargado de simbolismo como lo es el Cerro Monje. «La historia de acá es algo muy lindo con respecto a todo lo que pasó con Jesús. Entonces, si uno sabe un poco de la vida, de toda la historia, es algo que conmueve a la gente, a nosotros. Siempre venimos por acá para pasar un día lindo».
A su vez, alentó a otros jóvenes a acercarse a esta vivencia, sobre todo a quienes todavía no conocen el lugar o no participan antes. “Los invitan a que vengan a conocer la historia y el paisaje que es hermoso también”.
Entre quienes llegaron a pie se encontró Ramona Taborda, vecina del barrio Tres Esquinas, de San Javier. Desde joven participa cada año de las actividades religiosas y se sumó a una vigilia que se realiza desde la noche del Jueves Santo hasta el amanecer.
En su testimonio, destacó que muchas de sus promesas ya fueron cumplidas, especialmente aquellas relacionadas con la salud de sus seres queridos. «Las promesas que me cumplieron fueron muchas. Mi papá estaba enfermo, mi hermano casi murió, estuvo en terapia. Yo le hice una promesa y en tres o cuatro días mejoró. Lo internaron el lunes, estaba en coma, y ââya el jueves lo pasó a terapia intermedia. El sábado estaba en recuperación y el martes siguiente le dieron el alta», contó.
También habló sobre el depósito de los ángeles, un espacio simbólico al pie del camino, donde los promeseros dejan ofrendas como velas en muestra de agradecimiento. «Si yo salgo bien este año, el próximo le llevo algo, una vela, voy al depósito de los ángeles. Se cumple. Hay que tener fe», afirmó.
Precisamente, la mujer salió de su casa alrededor de las 7, aunque se explicó que muchos fieles parten durante la madrugada, algunos caminando y otros en colectivos que los acercan hasta la entrada del lugar. «Invito a todos los devotos que quieran venir, que lo hagan con fe. Que prometen, que piden por salud, por trabajo, por unión en la familia. Todo lo que se pide con fe se escucha y se cumple».

Para ella, estas fechas siguen teniendo un profundo valor espiritual, y por eso aleja a quienes no conocen la experiencia a acercarse. «Hay que venir, visitar, hacer. Es un lugar para despejarse, para pedir que se vayan las cosas negativas, para salir con un alma positiva y sana. Es muy sagrado y muy religioso. Tiene mucha historia ya mí me trajo muchas bendiciones en mi familia. Como dice el sacerdote, si uno conoce a María, conoce a Jesús. Porque en este momento se recuerda la muerte y la pasión de Cristo. Cristo murió por nuestras culpas y al tercer día resucitó. Así es también con cada uno de nosotros».
Otra de las participantes fue Neris Angélica, oriunda de Jardín América, quien llegó por tercera vez para compartir la jornada. Su presencia no estuvo motivada por una promesa puntual, sino por el deseo de agradecer. “Es una fecha de reconocimiento, de oración, de reflexión”, expresó al referirse al significado personal que le atribuye al Viernes Santo.
Si bien no hizo una caminata extensa como otros promeseros, su participación estuvo atravesada por la fe. Reconoció que muchas personas se acercan cuando enfrentan momentos difíciles, aunque demostró que todavía hay quienes mantienen viva la tradición. “Yo creo que está ahí aún la tradición, lo que pasa es que la gente viene y camina cuando necesita”, reflexionó.
Entre los grupos que se sumaron a la jornada estuvo también Gissel Farinola, quien llegó junto a familiares y amigos en bicicleta. El grupo de ciclistas se fue conformando de forma espontánea a partir del entusiasmo compartido por el cicloturismo.
«La historia comienza así: empieza mi hijo Lautaro a andar en bicicleta con su tío, que lo invitó a una trilla en Alem. Él fue con una bicicleta común, sin experiencia. Después que vimos todo el proceso, nos gustó, me uní con él y el amigo. Después se unió mi papá, una amiga y los papás de Lucas. Así que armamos hace poco el grupo, hace dos años por ahí estamos».
Fue la primera vez que llegaron juntos a este espacio en Semana Santa. Según explicó, eligieron este día como un momento simbólico para agradecer por el camino recorrido, no sólo en lo físico, sino también en los lazos que fueron forjando.
«Para nosotros fue importante porque pasamos altos y bajos dentro del grupo, recorriendo los cicloturismos. Es como un reconocimiento, un agradecimiento por esta unión y para fortalecerla más. Es momento de agradecer y ver toda esa trayectoria que recorrimos, hasta ahora que vamos formando ese vínculo de amistad».
Por su parte, Luciano De Ávila fue el joven que interpretó a Jesús en la representación del Vía Crucis viviente. Conmovido por el significado de esta participación, expresado que formar parte de la puesta en escena es una experiencia que lo transforma cada año.
«Es algo que me llena bastante a mí y como a todos los chicos que participan. Es una obra bastante grande, un servicio que nos da mucho amor, y estoy encantado de poder dar mi grano de arena acá».
Asimismo, puntualizó que lleva tres años formando parte de esta actividad religiosa y que su compromiso creció aún más cuando le ofrecieron representar a Jesús. Desde entonces, buscó preparar su cuerpo y su espíritu para el rol. “Cuando me dijeron que iba a ser Jesús, intenté dar lo mejor de mí. Me dejó el cabello largo y desde el inicio de la Cuaresma no me afeito -aunque no lo acostumbro- para dar la mayor inspiración de Jesús que pueda”.
Además de relatar su preparación personal, transmitió un mensaje a otros jóvenes que tal vez sienten vergüenza de expresar su fe. En su caso, ya pasó por esa etapa, pero hoy comprende el valor de compartir la espiritualidad a través del arte y el servicio.
«Veo muchos chicos de 13 o 14 años que por ahí les da vergüenza mostrar su pasión por Cristo y por la iglesia. Yo también tenía vergüenza de expresarme y hoy que puedo formar parte de un Vía Crucis, actuando delante de tantas personas, la mejor sensación de que te puede dar es servir y llevar ese mensaje. Aunque alguien esté alejado de la Iglesia, este mensaje puede acercarlo poco a poco a Dios ya la salvación».
En cuanto a la organización de la obra, comentó que comenzaron los ensayos hace casi un mes y que también contaron con una renovación de miembros, ya que varios jóvenes se sumaron por primera vez. Los trajes, en su mayoría, estaban listos, aunque algunos debieron ser ajustados por cuestiones de tamaño. «Estuvimos ensayando, dándolo todo. Muchos de los antiguos integrantes dejaron su lugar para los más jóvenes, así que entrenamos nuevos proyectos con nuevos integrantes. Este año nos acompaña todo, así que esperemos que salgamos bien».
0%
0%
0%
0%
0%