La Argentina experimental se da todos los gustos en vida. Esta semana inaugura un escenario inédito: la interpelación a tres ministros y a un alto funcionario del equipo económico de un gobierno de minoría. Están citados este martes para que expliquen qué quiso hacer el presidente con el sketch promocional de la criptomoneda Libra. Ya es novedosa esta actividad de Javier Milei como hombre de negocios, algo poco habitual en políticos en funciones. Aunque Néstor Kirchner compraba hoteles (y problemas) siendo primer caballero (2008, Hotesur) y ahora nos enteramos de que Guillermo Francos cultiva la ciencia de producir huevos, que es también un arte. Orondo, confesó en la sesión informativa: “Soy productor de huevos y el maple lo vendemos a 5.000 pesos, mientras que en el comercio se vende a 8.000 pesos”. Arrancó aplausos (se entiende, la palabra huevos connota virilidad). ¿Será acusado también de promover negocios desde la altísima dignidad que le han confiado este gobierno y el anterior?
Antesala para la comisión investigadora
Esta interpelación determinará la conducta del oficialismo y oposición en el segundo round de la criptosemana. El miércoles comienza a funcionar durante 120 días la comisión investigadora sobre este chanchullo. Arranca con una impugnación a Martín Menem por haber incurrido en el mismo ardid de Cristina de Kirchner de dividir bloques para multiplicar la participación de amigos del Gobierno en una comisión creada para investigar… al Gobierno. La oposición tratará de no judicializar el caso, como ocurrió con el intento cristinista de ampliar la bancada peronista en el Consejo de la Magistratura. En aquella oportunidad Humberto Schiavoni, por el Senado, logró en la Corte imponer a Luis Juez, víctima de aquel ardid. Lo mismo logró Mario Negri en Diputados, presentando una demanda en favor de la representante Roxana Reyes. Quizás es lo que busca el oficialismo, porque eso retrasaría meses el funcionamiento de una comisión en la que se juega el destino del Gobierno.
Efecto tóxico de las elecciones
Menem integró con bloques rearmados una comisión de 28 miembros, empatada entre oficialismo y oposición. El bloque peronista se cree con número como para imponer al presidente pero sabe – lo admitió en privado Germán Martínez – que no les votarán esa precedencia. Esto facilita las negociaciones entre los 28. Los baquianos creen que hay más posibilidades de que un oficialista se vuelva opositor, a que uno de los 14 opositores se vuelva oficialista. Algunos miran el resultado de las elecciones del domingo en Santa Fe y Formosa. En Santa Fe, la tercera provincia del país en cantidad de votos, La Libertad Avanza salió tercera pese a un buen candidato como Nicolás Mayoraz –lee de corrido, no tira vasos de agua ni filma con el celular a sus colegas-. En Clorinda, la alianza no peronista que integró LLA con la UCR y otros partidos para disputar el domingo la intendencia, perdió con los sublemas del PJ, dos de ellos referenciados en José Mayans. Estos resultados en un distrito grande y otro chico desmienten la leyenda de la popularidad de Milei y LLA, y contradicen la publicidad de que la Argentina está condenada a Milei. Las urnas del domingo ignoraron esa pauta que repite la militancia del streaming y el prime time del cable, turbio fondeadero donde van a recalar/Barcos que en el muelle para siempre han de quedar (Cadícamo).
Una suelta de vampiros
A las comisiones las carga el diablo y las disparan los incautos. Es grande el riesgo del Gobierno al haber admitido que las cosas lleguen al extremo de la creación de una comisión investigadora. Es una suelta de vampiros que van a buscar sangre en donde la haya. La aparición en recinto de Cavallo en agosto de1996 para discutir Yabrán y Banco Nación derivó en la creación de una comisión para investigar Hechos Ilícitos y Prácticas de Corrupción. Se generalizó como la “Comisión Anti-Mafia”, palabra impuesta por Cavallo en sus denuncias. El peronismo logró entonces asegurarse la mayoría de los integrantes, que permitió que César Arias ejerciera la presidencia. Arias había sido secretario de Justicia de Carlos Menem, y como diputado, presidió la Comisión de Juicio Político, el cerrojo de todo mandatario. Nadie como él lo cuidó tanto a Menem, de quien fue abogado personal, apoderado del PJ, procurador del Tesoro (abogado del Gobierno) y presidente de la Auditoría General de la Nación. Aun con el control de la mayoría de la comisión que indagó sobre Yabrán, Correos, la muerte de José Luis Cabezas, contrabando de oro y otros delitos, el peronismo entró en picada en el año electoral 97. En octubre de aquel año perdió las legislativas por 10 puntos ante la flamante Alianza UCR-FrePaSo. Fue la antesala de la pérdida del poder en 1999 en primera vuelta. Ojo.
Moreau, el sobreviviente
El cuarteto – Francos, Caputo, Cúneo y Roberto Silva (de la CNV) – fue citado, pese a la resistencia del oficialismo para que nadie meta la nariz en ese asunto. Planteó la pelea en el recinto de los Diputados y perdió, como perdió también con la creación de una comisión investigadora. La máxima dice que lo malo no es meter la pata sino no sacarla pronto (Felipe González). Que el gobierno de Milei sea de minoría explica que no haya habido desde 1994 ninguna interpelación. Domingo Cavallo y Armando Caro Figueroa, los últimos interpelados hasta ahora, fueron citados como ministros de un gobierno de mayoría y en el contexto de un mundo que ya no existe. Pasados 30 años desde entonces, en la actual Cámara de Diputados hay un solo sobreviviente de aquel retablo: Leopoldo Moreau, en aquella época una espada filosa del radicalismo y hoy un asesor más filoso aún de Cristina de Kirchner. La presencia de Cavallo en agosto de 1995 en la larga noche de 11 horas discutiendo con los radicales sobre Yabrán y Banco Nación, no fue una interpelación. Fue una presencia voluntaria del ministro de un gobierno que venía de ganar las presidenciales de ese año en la primera vuelta. Estaba en casa.
El reglamento quedó viejo
Estas singularidades se agravan por la intención del Gobierno de desbaratar la interpelación del martes y también de matar a la comisión investigadora que tiene fecha de inicio el martes 23. El reglamento de Diputados regula cómo debe tramitarse una interpelación. Pero fue escrito para el mundo del bipartidismo entre peronismo y radicalismo. Quedó viejo para un Congreso balcanizado en multitud de bloques, uno más débil que el otro. Por ejemplo, el art. 206° le da el protagonismo al funcionario convocado y a un “diputado interpelante”: los dos concentraban todo el libreto. La principal tarea antes de la sesión del martes es adaptar la rutina a que hay varios diputados interpelantes.
Arqueología legislativa
Los diputados interpelantes deberán acordar un orden de intervención y un reparto del tiempo disponible. Durante el fin de semana hubo mucho trabajo de arqueología sobre cómo ocurrieron las interpelaciones en el pasado. La más resonante fue en mayo de 1986 a Antonio Troccoli y Germán López sobre el secuestro de Osvaldo Sivak. El diputado interpelante fue el peronista Roberto Digón, del sector renovador del bloque del PJ. Introdujo una herramienta que hoy horrorizaría a Martín Menem. Cuando Troccoli negó haber hablado alguna vez con Marta Oyhanarte, Digón puso ante el micrófono de su banca un audio que desmentía al ministro. Esa interpelación le costó la cabeza a Germán López, cuya cartera de Defensa fue acusada de albergar, sabiéndolo o no, a la famosa “mano de obra desocupada”. Los interpelantes de hoy están buscando algún testimonio crudo y convincente que equivalga al “tape” de Digón que desequilibró los tantos.
Despiadados, aunque prudentes
Fue un golpe para Alfonsín, de quien López era un funcionario clave. Pero el presidente siguió la receta que hoy Miguel Pichetto le prescribe al Gobierno: admitan lo que hicieron, señalen responsabilidades y echen a rodar alguna cabeza. ¿Será que la cabeza que debería rodar está demasiado arriba? Están debiendo una narrativa. Las interpelaciones, aunque las almas bellas de los sensibles de Montserrat (barrio del Congreso) lo nieguen, son un recurso de la oposición para arrinconar el Ejecutivo. ¿Hasta dónde? Hasta el final. En 1986 le costó la cabeza a uno de los hombre clave de Alfonsín. Pero desde la reforma de 1994 puede haber otro trofeo, que es la cabeza del jefe de Gabinete. Esa reforma creo la figura del voto de censura y la remoción del jefe de los ministros. Este es el riesgo de destratar al Congreso por parte del Gobierno. No existe la política “de onda”. Es un oficio transaccional con ganadores y perdedores donde nadie perdona nada. En la citación primó la prudencia, impuesta en la oposición por Pichetto, que sacó de la lista a la hermana del presidente. Una cortesía de la oposición amigable hacia Javier Milei. También quedó afuera el portavoz Adorni, que ya tiene fueros como candidato a concejal por CABA. Nada indica que la comisión investigadora no los cite.