Misiones
“Francisco nos dejó una vida entregada a los pobres y una iglesia de brazos abiertos”
En el marco de la Pascua, la partida del sumo pontífice adquiere un significado profundamente simbólico: el pastor que entregó su vida por los últimos se despide en el tiempo litúrgico en que los cristianos celebran la vida nueva y la esperanza.
Desde Posadas, el padre Alberto Barros, referente de Cáritas, compartió, en diálogo con Acá te lo contamos por Radioactiva 100.7, una reflexión sobre su legado. Aunque nunca lo conoció personalmente, su cercanía con el pensamiento y las acciones del papa argentino fueron una constante: “Francisco fue un regalo de Dios para la Iglesia y para el mundo. Salido de las entrañas de la Iglesia latinoamericana, marcó un tiempo nuevo con un estilo profundamente evangélico”.
Según Barros, las enseñanzas de Francisco no estuvieron solamente en sus palabras, sino en su forma de vivir y de proponer la fe. “Nos permitió volver a lo más genuino de Jesús, sin cargas ni deformaciones. Nos mostró que la Iglesia no está para juzgar ni excluir, sino para recibir, sanar, abrazar. Su opción preferencial por los pobres, los migrantes, los presos, los descartados de toda clase, fue siempre coherente, tanto en gestos como en discursos. “Lo vimos en las cárceles, y en cada rincón donde había sufrimiento”, recordó el sacerdote.
La expresión que siempre utilizaba: “Iglesia pobre para los pobres”, para Barros no fue un eslogan. “Francisco invitó a construir una Iglesia con puertas abiertas, samaritana, misericordiosa. Habló de puentes, de diálogo, de una cultura del encuentro. Desarmó muros”, destacó, subrayando que ese modo de pensar generó tensiones y críticas, tanto dentro como fuera de la Iglesia. “Pero él no dejó de hablar, y no dejó de ir”, señaló.
Entre sus aportes más notables, el padre Barros remarcó la cercanía de Francisco con quienes muchas veces fueron marginados por estructuras rígidas. Mencionó, por ejemplo, su apertura hacia los divorciados vueltos a casar. “Hoy, en muchas situaciones concretas, se abren nuevamente las puertas de la Eucaristía. Es algo impensado hace no tanto. Eso ya no tiene vuelta atrás”.
Respecto al futuro, Barros se mostró confiado: “cada Papa deja su impronta, pero lo que el pueblo de Dios ya ha asumido como propio no se borra. La marca de Francisco, con su raíz latinoamericana, es ya parte de la Iglesia universal. El Espíritu Santo suscitará un nuevo pastor, con nuevos desafíos, pero en continuidad con este camino”.
Al cierre de la entrevista, el padre Barros dejó una imagen potente: “Francisco se fue en Pascua, mostrando hasta el último día su compromiso con los más frágiles. Visitó una cárcel el Jueves Santo, estuvo en la plaza el domingo de Resurrección. Vivió hasta el final con el Evangelio en la mano y los pobres en el corazón”.
Papa Francisco
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