El Papa Francisco, que murió este lunes a las 7.35 de Italia en su residencia de la Casa Santa Marta, tuvo una relación muy cercana con el fútbol y fueron múltiples sus demostraciones de afecto a San Lorenzo, el equipo del que fue hincha durante toda su vida. En distintos reportajes y cuando rememoraba su infancia en Buenos Aires, le dedicaba un momento especial a los partidos en El Gasómetro, donde iba con su familia.
«Recuerdo, en particular, el campeonato de 1946, el que ganó mi San Lorenzo. Recuerdo aquellos días que pasé viendo a los futbolistas jugando y la alegría de nosotros, los niños, cuando regresábamos a casa: la alegría, la felicidad en la cara, la adrenalina en la sangre», comentó.
Aquel legendario equipo del 46 con sus estrellas Armando Farro René Pontoni y Rinaldo Martino cimentó la idolatría del entonces niño Jorge Bergoglio por San Lorenzo. Y no la abandonaría más. Ofició varias veces las mismas en la capilla del club, inclusive en el año del centenario (2008), donde lo hizo en el oratorio de San Lorenzo, sede de la fundación. Y ya ungido Papa, varias veces, inclusive quebrando los rígidos protocolos vaticanos, hizo sentir aquella pasión por los colores azulgranas, saludando los éxitos, recibiendo a dirigentes y futbolistas o “rezando por el equipo”. El carnet número 88.235 del Club Atlético San Lorenzo era uno de los tesoros que exhibía Francisco.
El papa Francisco contento con una camiseta de San Lorenzo que le regalaron en la Plaza San Pedro. (Fuente: ANSA)
Carné de socio de San Lorenzo de Almagro perteneciente al Papa Francisco.
Y por supuesto, tuvo la oportunidad de recibir a nuestras máximas estrellas -Maradona y Messi- en distintos momentos. Fue famoso su comentario cuando, ante la infaltable pregunta sobre su preferencia por «el mejor futbolista de la historia» optó por incluir a ambos y agregó: «Yo también incluyo a un tercero, Pelé». Fue en una entrevista con Gian Marco Chiocci, director del noticiero de la RAI 1, donde agregó: “Son los tres futbolistas que he seguido, los tres grandes, cada uno en lo suyo. Y en este momento, Messi”.
El Papa llegó a conocer personalmente a Pelé, fallecido a fines del 2022: “Era un hombre de un corazón grandísimo. Hablé con él, lo encontré en un avión en Buenos Aires, era de una grandísima humanidad”.
San Lorenzo y la Copa Libertadores, dos orgullos de la vitrina que el papa Francisco tenía en el Vaticano. Foto Víctor Sokolowicz
Curiosamente, no vio aquel momento cumbre de nuestra historia deportiva, la coronación de la Selección en el Mundial de Qatar. Lo contó así:
«No vi la final. Estaba reunido con seis pilotos de Alitalia con sus esposas. En un momento fui a buscar algo y, cuando volví, uno me dijo ‘va ganando 3 a 0’, o 2 a 0, o 3 a 1, no me acuerdo. Y está bien dije, pero eso me hizo pensar una cosa que me permito decirla sin querer ofender, porque yo también soy argentino, pero un poco refleja nuestra idiosincrasia En los dos partidos, el de Países Bajos y la final, Argentina comienza ganando, todos felices. Nos vamos al segundo tiempo y termina ganando los dos por un penal. Por casualidad. Los argentinos tenemos eso: empezamos con entusiasmo las cosas y tenemos una cultura —no sé, al menos yo la tengo— de dejar a la mitad. Y como que ya nos damos por vencidos antes de tiempo, o vencemos antes de tiempo. Sea en lo positivo o en lo negativo. Nos cuesta terminar el perfil de las cosas. Es una reflexión mía en base a estas dos cosas objetivas, nada más».
En setiembre del 2014, la organización Scholas Ocurrentes concretó un amistoso en el Estadio Olímpico de Roma entre leyendas del fútbol de nuestro país e Italia con el objetivo de “promover la paz y la cooperación interreligiosa”. Y en la previa, el Papa recibió a todos los participantes –además de los directivos y amplias comitivas- en el Aula Paulo VI del Vaticano. También allí estaba una adolescente ya muy popular, Tini Stoessel, quien al día siguiente cantaría en la previa al encuentro. Era, también el primer encuentro entre el Papa y Diego Armando Maradona, quien se sentó junto a Maxi Rodríguez y Mascherano: le entregó a Francisco la camiseta de la Selección Argentina con el número 10. Y el nombre “Francisco”.
Diego Maradona entrega una camiseta del seleccionado argentino al papa Francisco durante un encuentro en el Vaticano.
Ese día Diego contó que el Papa “me inspiró a volver a la religión después de muchos años. Me hizo sentir como un argentino bueno y eso me da mucho placer, que un argentino esté haciendo tan bien las cosas como es ser Papa en el Vaticano. Me pega en el corazón cuando habla del hambre que hay en el mundo».
En su discurso ante los jugadores –entre los cuales también había leyendas locales como Buffon y Baggio- Francisco dijo que esperaba que el partido en el Estadio Olímpico de Roma ayude a llevar a una «coexistencia pacífica entre todos los pueblos, excluyendo cualquier discriminación basada en la raza, lengua o religión».
Pocos días después, Maradona tuvo otro privilegio: el Papa Francisco lo recibió en una audiencia privada en la residencia de Santa Marta. Allí Diego concurrió junto al entonces agregado comercial de la embajada argentina: Guillermo Moreno.
Luego, con el deterioro de la salud de Diego, el Papa le hizo llegar varios mensajes. Cuando falleció, el 25 de noviembre de 2020, el Vaticano emitió sus condolencias y Francisco recordó que “recé por él y por su familia”.
Semanas más tarde, en una entrevista con el diario deportivo La Gazzetta dello Sport, Francisco recordó a Maradona como “un poeta en el campo de juego, aunque también un hombre muy frágil. Como futbolista fue un gran campeón que le dio alegría a millones de personas en la Argentina, en Nápoles… Lo conocí en aquel partido por la Paz del 2014 y recuerdo con placer todo lo que hizo Diego por Scholas, la fundación que se ocupa de los más necesitados en todo el mundo”.
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El Papa Francisco, un futbolero de ley.
El Papa también evocó como había palpitado el Mundial de México 86, cuando Maradona lideró a nuestra Selección hasta la coronación:
“Tengo un recuerdo personal vinculado al Mundial de 1986, el que ganó Argentina gracias a Maradona. Estaba en Fráncfort, fue un momento difícil para mí, estaba estudiando el idioma y recopilando material para mi tesis. No había podido ver la final del Mundial y recién al día siguiente me enteré de la victoria de Argentina sobre Alemania, cuando una chica japonesa escribió «Viva Argentina» en la pizarra durante una lección de alemán. Lo recuerdo, personalmente, como la victoria de la soledad porque no tenía con quien compartir la alegría de esa victoria deportiva. La soledad te hace sentir solo, mientras que lo que embellece la alegría es poder compartirla».
Pero, curiosamente, con Lionel Messi la relación con Francisco había llegado un año antes, en la previa de otro partido. Messi y el plantel de la Selección Argentina que conducía Alejandro Sabella jugaba un amistoso con Italia en homenaje al Papa, a pocos meses de su asunción, y también todos los jugadores fueron recibidos en la Sala Clementina del Vaticano el 13 de agosto de 2013 (Leonel, lesionado, no podía jugar pero acompañaba a la delegación).
El Papa recibe de manos del capitán de la selección argentina, Lionel Messi, un olivo de la paz en el marco de torneos futbolísticos impulsados por el Vaticano.
También allí se cumplieron los protocolos y la Selección le obsequió al flamante papa una bandeja de plata, un óleo de Pontoni –el ídolo de la infancia de Bergoglio- una camiseta de la Selección con la firma de todos sus jugadores, un banderín de la AFA y una revista alusiva al partido. El Papa les dijo a los jugadores: “Ustedes son artífices del entendimiento y de la paz social; son un modelo para la sociedad, para los más chicos sobre todo, un modelo para el bien o para el mal. Es por eso que les pido lealtad, respeto, altruismo y solidaridad” . Y concluyó: “Pido al Señor que los bendiga y a la Virgen María que los guarde; les pido también que oren por mí para que en la cancha donde me han puesto pueda jugar un partido honesto y con coraje para el bien de todos nosotros”.
Antes de marcharse, el Papa saludó especialmente a Messi y desde entonces tuvo palabras de reconocimiento con él: “Un gran chico, a quien nunca se le subieron los humos a la cabeza”. Inclusive en su etapa del Paris Saint Germain, Messi le hizo llegar una camiseta como obsequio. «Lionel Messi, querido hermano, te agradezco la camiseta que me mandaste y la dedicación. Siempre con tu sencillez», comentó Bergoglio. “Que Dios te bendiga y, cualquier cosa, cuenta conmigo».
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