Un irlandés que aun conserva su acento de Dublín y habla fluidamente el español será quien conducirá la iglesia católica hasta que se elija un nuevo Papa. Con sus ojos celestes entristecidos, el cardenal Kevin Farrell es el Camarlengo o guardián de las llaves del Vaticano y le tocó la triste misión de anunciar la muerte del Papa Francisco, su amigo, y verificar su fallecimiento. Desempeñará su rol mientras continúe el status de “sede vacante” en el trono del Papa, cuando la iglesia se encuentra sin pontífice.
El cardenal Farrell, de 77 años, confirmó que el líder de la Iglesia católica falleció el lunes de Pascua, tras graves problemas de salud, incluyendo neumonía y un ataque cerebral.
Desde la capilla del hotel Domus Santa Marta, donde Francisco vivió y murió, en una breve declaración leída en directo por la televisión del Vaticano, el cardenal Farrell afirmó que el pontífice argentino «consagró toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia».
Según la tradición, el camarlengo certifica la muerte del Papa, sella el apartamento papal y rompe su anillo de pescador, como símbolo de una vacante en la Santa Sede. Encabeza la procesión que acompaña al féretro a la Basílica de San Pedro y preside el entierro.
El cardenal irlandés desempeñará un papel crucial durante el actual período de «sede vacante», cuando la Iglesia se encuentra sin pontífice y se debe convocar a todos los cardenales a Roma a elegir el nuevo Papa.
El cardenal camerlengo Kevin Joseph Farrell sella la puerta del dormitorio del Papa, tras su muerte. Foto: AP
Farrell es ahora responsable de la gestión diaria del Vaticano y contará con la asistencia de otros tres cardenales. Dirigirá las reuniones para determinar la fecha del funeral del Papa Francisco y supervisará otras tareas organizativas, que culminarán en el Cónclave para elegir al próximo pontífice.
Como Camarlengo, tiene derecho a solicitar a todos los departamentos del Vaticano informes presupuestarios, información económica y detalles sobre otros asuntos en curso.
Cómo Francisco lo eligió como camarlengo
Es el irlandés de mayor rango en el Vaticano, aunque también adoptó la nacionalidad norteamericana durante su carrera eclesiástica. Iba viajando en bussiness class con el Papa Francisco cuando el Papa le ofreció trasladarse a Roma para trabajar a su lado.
Volaban de regreso a Roma tras la Jornada Mundial de la Juventud de 2019 en Panamá, y el Papa Francisco le propuso el cargo.
10 momentos en la vida de Jorge Bergoglio
Su llamado a ser sacerdote en la iglesia San José de Flores, la llegada al Arzobispado de Buenos Aires y otras fechas importantes en su vida antes de convertirse en Francisco.
10 momentos en la vida de Jorge Bergoglio
Su llamado a ser sacerdote en la iglesia San José de Flores, la llegada al Arzobispado de Buenos Aires y otras fechas importantes en su vida antes de convertirse en Francisco.
1936
Nacimiento e infancia en Flores
Hijo de inmigrantes italianos y el mayor de 5 hermanos, vivió en la casa de Membrillar al 500.
1953
La decisión más importante de su vida
A los 17 años, tras confesarse en la parroquia San José de Flores, tomó la determinación de ser sacerdote.
1957
Seminario en Villa Devoto y noviciado de la Compañía de Jesús
Desarrolló un marcado sentido del orden, la austeridad, la humildad y el compromiso con los pobres.
1958
La salud le juega una mala pasada
A los 21 años le detectan tres quistes en el pulmón derecho. Lo operan y le extraen la parte superior.
1969
Sus inicios
Es ordenado sacerdote a los 32 años. Su primera tarea designada fue como maestro de novicios en Córdoba.
1973
Su camino con los jesuitas
Es nombrado provincial de los jesuitas argentinos, cargo que ejerció durante seis años.
1976
El reclamo por los curas jesuitas secuestrados
Durante la dictadura se reunió dos veces con Massera para reclamar por los sacerdotes Yorio y Calics.
1998
Arzobispo de Buenos Aires
Tras la muerte de Antonio Quarracino, el 28 de febrero asume la conducción pastoral del Arzobispado.
2001
Crece su prestigio en la cúpula de la Iglesia
Es creado Cardenal por el papa Juan Pablo II con el título de San Roberto Belarmino.
2013
Un Papa del fin del mundo
Por primera vez se proclama un Papa surgido de territorio americano. Bergoglio tenía 76 años.
“Le dije que aceptaría el cargo, pero por un lado, con una «Condición», recordó Farrell, en una entrevista de 2022, sonriendo al recordar su conversación aérea. La condición era que el Papa predicara en el funeral de Farrell, lo que reflejaba su esperanza de morir antes que Francisco y nunca tener que actuar como camarlengo.
La broma tenía dos caras: Farrell no quería asumir la gran responsabilidad. Pero, más personalmente, no quería contemplar la posibilidad de sobrevivir a Francisco, a quien atribuía haber puesto a la Iglesia Católica “en un camino crucial de renovación”, alejándola de la defensa de la guerra cultural y devolviéndola a su esencia evangélica de inclusión.
«Siempre nos defendíamos: la autopreservación era el lema de la Iglesia», dijo Farrell. «Y el Papa Francisco nos llevó más allá de la autopreservación», a un mensaje de bienvenida y acompañamiento.
Farrell llevaba solo unos años en Roma, convocado inesperadamente desde su puesto como obispo de Dallas para reorganizar la oficina del laicado del Vaticano, un elemento clave de las reformas de Francisco.
Luego de tres años en el cargo, Francisco le pidió que asumiera este otro otro rol, impregnado de mitos y misterio, pero con responsabilidades reales: dirigir el Vaticano como camarlengo durante el a menudo traumático interregno entre papados y ayudar a organizar el cónclave para elegir al próximo pontífice. El cardenal Farrell aceptó y hoy ha quedado a cargo temporal de la Iglesia católica, su futuro y el legado reformista del Papa Francisco.
El Papa Francisco, con el cardenal Kevin Farrell, durante su visita a Panamá, en 2019. Foto: AP
Educación irlandesa
Kevin Farrell nació el 2 de septiembre de 1947 en Dublín, el segundo de cuatro hijos y criado en la cultura gaélica. Brian, su hermano mayor, más tarde se convertiría en obispo y secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad Cristiana. Ninguno de los dos sería sacerdote en Irlanda. Vivió en Galtymore Park, Drimnagh hasta llegar al noviciado.
Como Martin McGuinness, ex jefe del Ejército Republicano irlandés (IRA) y luego viceministro de Irlanda del Norte, el Padre Kevin estudió con los Christian Brothers el colegio secundario. En su casa vivió una cultura bien gaélica, cuando existía tensión entre católicos y protestantes en la isla Esmeralda.
Se unió al noviciado en la orden de los Legionarios de Cristo en 1966, que luego abandonó cuando supo que el jefe de la orden era un abusador sexual. Se fue de Irlanda antes de la guerra civil religiosa en Irlanda del Norte.
Al año siguiente, descubrió los Estados Unidos durante una campaña de recaudación de fondos para misiones en América Latina, bajo la égida de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
A Salamanca, México y Estados Unidos
Farrell es Licenciado en Artes por la Universidad de Salamanca en España. Luego continuó sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo la Maestría en Filosofía y la licencia canónica en Teología. También es licenciado en teología dogmática y teología pastoral por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino. Posteriormente también obtuvo un MBA en la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.).
Es Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida desde agosto de 2016, después de haber servido sucesivamente como Obispo Auxiliar de Washington y Obispo de Dallas. Fue nominado cardenal en noviembre de 2016 y nombrado camarlengo el 14 de febrero de 2019 por el Papa Francisco.
Una larga carrera eclesiástica para un cardenal que habla al menos cuatro idiomas y con el Papa se comunicaban en español. Fue ordenado sacerdote de los Legionarios de Cristo, una orden mexicana, el 24 de diciembre de 1978. Primero sirvió como capellán en la Universidad de Monterrey en México, donde también impartió seminarios sobre bioética y ética social. Al mismo tiempo, fue también administrador general de la Legión de Cristo, responsable de seminarios y escuelas en Italia, España e Irlanda.
En 1984, fue nombrado cardenal en la Arquidiócesis de Washington, donde ocupó diversas responsabilidades parroquiales. En 1986, sucedió a Sean O’Malley como director del Centro Católico Hispano.
Dentro de la Arquidiócesis de Washington, después de servir como jefe interino de obras caritativas en 1988, fue nombrado secretario de finanzas de 1989 a 2001 y finalmente vicario general en 2001. El 13 de octubre de 1995, el Papa Juan Pablo II le confirió el título de Prelado Honorario de Su Santidad.
El 28 de diciembre de 2001, Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Rusuccuru y obispo auxiliar de Washington. Recibió la consagración episcopal el 11 de febrero del cardenal Theodore Edgar McCarrick, que luego fuera condenado por pedofilia y le quitara el Papa Francisco su status de cardenal. McCarrick, muy influyente en Washington durante su mandato, murió este mes.
El 17 de agosto de 2016, Francisco lo llamó al Vaticano para dirigir el nuevo Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, creado en el marco de la reforma de la Curia Romana que había emprendido. Fue nominado cardenal como otros dieciséis prelados durante el consistorio del 19 de noviembre de 2016 por Francisco, quien le atribuyó la diaconía de San Giuliano Mártir.
En Dallas, celebrando a JFK y rompiendo tabúes
En marzo de 2007 fue designado el séptimo obispo de la diócesis católica de Dallas, en Texas.
En noviembre de 2013, su acento dublinés aún era evidente cuando leyó la oración inicial en la ceremonia del 50º aniversario del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, en la Plaza Dealey de Dallas.
Kevin Farrell, con el Papa Francisco, durante un evento en el monasterio Mater Ecclesiae en Roma, en marzo de 2018. Foto: AP
La ceremonia marcó la primera vez desde el asesinato de Kennedy que Dallas conmemoraba oficialmente un aniversario de su muerte, lo que refleja la vergüenza que la ciudad sintió durante tanto tiempo. El entonces obispo Kevin Farrell formó parte del comité que organizó una ceremonia, diseñada para reconocer abiertamente lo sucedido en noviembre de 1963 y tratar de superar la situación.
En declaraciones a The Irish Times sobre esa ocasión, recordó que tenía 16 años y asistía a una reunión de jóvenes en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Consejo en Drimnagh, cuando se enteró de la noticia de la muerte de Kennedy.
“Nunca imaginé, ni en mis sueños más locos, que estaría de pie en la loma de hierbas pronunciando esa invocación. Uno recuerda aquella fría tarde de viernes de noviembre , cuando se supo la noticia en Irlanda, y que aquí fue donde ocurrió todo, donde Estados Unidos perdió su inocencia”, contó.
Cuando centenares fe católicos se reunían en la catedral de Dublín este lues para honrar al Papa Francisco por su muerte, otro irlandés en el Vaticano reconocía su muerte, elegía sus vestimentas y respetaba los nuevos pedidos sencillos del Papa para un funeral y su entierro en la iglesia de Santa Maria Maggiore. El Cardenal Farrell emprendía la misión que nunca había querido aceptar.
Farrell, un buen administrador, sensato, afirmó que las responsabilidades financieras son mucho más importantes que las ceremoniales y para las que está más calificado. Farrell ya dirige los principales comités del Vaticano sobre finanzas, inversiones y asuntos confidenciales, así como su Tribunal Supremo, lo que lo convierte en la persona ideal para presentar un plan financiero al nuevo Papa.