Retoca su boca con un lápiz labial rojo frente al inmenso espejo del camarín de su sala de ensayo de danza. Luce radiante a pesar de que durmió poco. Nada fuera de lo común para Noelia Marzol teniendo en cuenta que es mamá de Donatello, de tres años y medio, y de Alfonsina, de dos. Además, protagoniza su show Bloody Tango y actúa en la obra Un viaje en el tiempo.
La vida de la actriz y bailarina cambió radicalmente hace cinco años, más o menos. Se enamoró, se casó, descubrió la maternidad, cosa que le fascinó, y también creció en lo creativo. Fueron como tres partos en continuado.
En febrero de 2021, Noelia se casó con Ramiro Arias, ex jugador de fútbol profesional de Instituto de Córdoba. Estaba embarazada de Donatello. A los cinco meses de la llegada de su primer hijo, se embaraza de Alfonsina. Y después, decide crear Bloody Tango, espectáculo que protagoniza y produce con éxito en el teatro Astral.
El combo suena agotador. “Así es”, admite entre risas. “En un momento saqué la cuenta y dormía menos de cuatro horas diarias. No tenía fines de semana ni feriados. Cansador, sí, pero hoy está todo encaminado. Es muy loco porque sin Donatello no me hubiera atrevido a tener a Alfonsina y sin Alfonsina no me hubiera atrevido a crear Bloody”, revela Noelia.
Donatello tuvo un problema clínico y quedó internado en Neonatología. Fue lo peor que me pasó en la vida.
Noelia MarzolActriz y bailarina
Parto 1
Los nacimientos llegaron con un pan bajo el brazo, pero tuvieron sus complejidades: “Donatello tuvo una problema clínico que no cuento para no estigmatizarlo. Se lo diré a él cuando sea grande. Pero estuvo mal y tuvo que quedarse internado en Neonatología. Estar ahí lo salvó de una muerte súbita. Al estar monitoreado, lo atendieron a tiempo y lo salvaron. Después estuvo un tiempo medicado. El primer año de Dona fue duro. De mucho cuidado. Lloré un montón. Encima nosotros vivimos en Benavídez, así que tuvimos que mudarnos a lo de mi mamá, en Capital, que quedaba más cerca del sanatorio. Era pandemia”, recuerda.
Y le vienen a la mente momentos cruciales: “Los médicos tienen un límite para acccionar. Me acuerdo que la jefa de Neonatología nos dijo algo así: ‘Bueno chicos, esto es minuto a minuto, que Dios nos ayude. Nosotros hicimos todo lo que podíamos hacer, ahora mucha suerte’. Miedo total. Sin duda fue lo peor que me pasó en la vida, sin precedentes. Vivirlo fue como una maldición total. Y siempre está la sensación de miedo, de que se ahogue o que le pase algo cuando duerme. A veces pienso en las mujeres que sufren la pérdida de un hijo. Yo creo que no podría seguir adelante”, imagina.
Noelia Marzol, Lourdes Sanchez y elenco de Bloody tango.
Parto 2
Pasado el alerta con Donatello, pensaron en tener “la nena”. Aunque Noelia confiesa que su fantasía era “tener una población de nenes”. La cuestión es que a los diez meses de Dona, se volvió a embarazar. Alfonsina nació sanísima. El problema fue previo a su llegada. “Tuve depresión pre parto. Creo que se dice así. Me agarró a los seis meses del embarazo. Y a los ocho y medio estaba pidiendo a gritos que me la sacaran. Estuve muy mal. No me quería levantar de la cama. ¡Hasta era una sensación fea para con la beba! Como que pensaba: ‘Esta nena que me está jodiendo la vida’. Después me explicaron que esa depresión que sentí pudo haber tenido que ver con una cuestión hormonal o con sentirme mal físicamente. Tenía naúseas y la presión baja. Era verano, hacía calor y eso me planchaba. Era un flan. Terminé internada con reposo absoluto por las contracciones. No podía levantarme ni para hacer pis. Me ayudó hacer mucha terapia y mi marido, que me re bancó”, señala.
Y todo cambió al dar a luz: “En el mismo instante que Alfonsina estaba saliendo de mi cuerpo, me invadió una sensación de alegría y plenitud total. Fue rarísimo. Alfonsina nació por parto natural y yo misma la llevé a upa a la habitación. Se prendió a la teta enseguida. Después vino Dona y se mostró chocho con su hermana. Todos felices. Esto es la gloria, sentí”, cuenta.
Tuve depresión pre parto. Me agarró a los seis meses del embarazo de Alfonsina, mi segunda hija.
Noelia MarzolActriz y bailarina
Parto 3
Con la maternidad encaminada, afloró con más fuerza el arte, lo creativo, su pasión. Y también algunos miedos. Noelia empezó a pensar en la finitud. “Yo decía: ‘Tengo una vida útil y no voy poder vivir toda mi vida bailando’. Y tampoco quería dejarle a Ramiro toda la responsabilidad económica. Pensé entonces cómo seguir ligada a la danza, que es el amor de mi vida. Porque si no bailo, me muero”, acota.
Y mientras soñaba con abrir su propia escuela (proyecto que queda para el futuro), surgió la idea del show de tango: “Estaba haciendo el Bailando por un sueño y un día fuimos a merendar con Jony Lazarte, mi compañero en el certamen y la Cata (María Laura Cattalini), mi coach, y charlando se nos ocurrió”.
-¿Por qué elegiste el tango?
-¡Porque me encanta! Mi abuelo Reinaldo era ferroviario y amaba el tango. Le busqué una vuelta teniendo en cuenta que algunos lo ven antiguo. Dije: “Renovémoslo”. Pusimos los temas clásicos y además canciones de Britney Spears y los Rolling Stones en modo dos por cuatro. Contratamos un músico que es un genio, que nos hizo todas las versiones y después pensamos en contar una historia de amor, que fuera sexy, donde hubiera transparencias. Y nos está yendo súper.
-Prueba superada, al igual de las que pasaste con tus hijos…
-Sí, ser madre me cambió radicalmente la vida. Todo fue aprendizaje y todo enseñanza. Hasta cuando estaba internada, embarazada de Alfonsina, que no podía levantar de la cama ni para hacer pis, me puse a tejer cosas, leí un montón de libros, novelas, como Mi madre, Yiya Murano. Cosas pochocleras.
-Hace un rato hablaste de maldición. ¿Creés en esas cosas?
-No, soy atea. Sólo fue: “Uy, Dios, ¿por qué tengo que pasar por estas cosas?”
Noelia Marzol Teatro y Tango para nota Viva
-¿Y te hiciste creyente después de pasar por esas situaciones?
-(Risas) Para nada. Y más aún porque mi hijo se la re bancó. Donatello hizo su labor, puso toda su predisposición para seguir viviendo. Así que todo el premio es de él, se lo recontra ganó y se merece una vida hermosa. Él puso el cuerpo. Yo aprendí. La maternidad es algo que me fascina y por eso di un paso más y tuve otro hijo.
-¿Y cerraron la fábrica o se viene el tercero?
-Yo no la cerré, pero Ramiro todo el tiempo me pregunta: “¿Cuando pido fecha para hacerme la vasectomía? ”. El está convencido de que ya estamos y para mí hay una lucecita al final del camino y no quiero que se apague. Ramiro me dice que es todo tan perfecto que no quiere que nada cambie. Por ahí, si viene un tercero y termina siendo un demonio… Veremos. Puede ser que sí o puede ser que no. Algunos días afloja un poco y otros me tira: “Ni en pedo otro hijo”.
-¿Cómo se conocieron con tu marido?
-Lo conocí haciendo el espectáculo SEX. Ramiro estaba convencido de que iba a venir a la función, me iba a conquistar, nos ibamos a casar e ibamos a tener hijos. Eso le decía a su familia y amigos. Y lo consiguió. Me perseguía por toda la función, toda la obra. Y siguió viniendo durante muchas funciones. Incluso (José María) Muscari se mataba de risa y me decía: “No le des bola nunca a este pibe porque viene siempre, paga la entrada y encima trae a los amigos. Para nosotros es un negocio redondo”. Y bueno, Ramiro insistió y después empezó a hablarme por Instagram.
Soy una bola de ansiedad y lo hablo mucho en terapia.
Noelia MarzolActriz y bailarina
-¿A vos te gustó enseguida?
-Sí, la verdad es que a mí me había gustado. Vino a SEX como muy relajado y sencillo. La primera noche que salimos dije: “No sé de qué voy a hablar…” Y la pasamos bárbaro y nos terminando casando. Es más: al año de conocerlo quedé embarazada (Risas). Siento que es el amor de mi vida.
-¿Tuviste muchos novios a lo largo de tu vida?
-Tuve un montón de relaciones. A mi familia le presenté diez formales… Y hubo otros informales. Yo hice el casting de la vida. Mi consejo a las mujeres es: “Cuídense, porque para poder disfrutar tenés que saber cuidarte y saber que está todo okey. Después, disfruten y quédense con el mejor”.
-Cumpliste sueños, formaste una familia, te la jugaste como productora, ¿estás más tranqui?
-Nunca puedo aflojar. Soy como una pelota de ansiedad, una bola de ansiedad. Por un lado me doy cuenta y agradezco el camino, que fue duro. Ser bailarín requiere mucho esfuerzo y mucha disciplina. Uno, en realidad, no sabe si va a poder vivir de eso siempre. Yo hice gimnasia rítmica desde los cuatro hasta los diecisiete años. Competí: fui a Londres, a República Checa, a Polonia. Soy competitiva a full. No me gusta perder a nada. Estudié en en la Universidad Nacional de las Artes. Pero es una carrera corta. No podés bailar intensamente muchos años. Uno se tiene que jubilar. Yo ya tengo 38 años.
Noelia Marzol en familia, junto a su mardio y dos hijos.
-¿Cómo está tu cuerpo por el tema del baile?
-Tuve un par de hernias de disco y tengo las rodillas ahí, infiltradas con hialurónico. Probé un montón de tratamientos, hice kinesiología y me propusieron este tratamiento con un deportólogo de jugadores de fútbol. Me infiltraron hace seis meses y ya no tengo dolores de rodilla. Un alivio. Por ahora, muy bien, disfrutando. Y cansada a la vez.
– ¿Y cómo llevás el rol de manejar tu propia companía?
-Siento que tengo mucha presión. Hubo mucha expectativa, esto de que digan: “A ver esta piba ahora, que se quiere hacer la productora, qué nos va a mostrar”. Y todo fue a pulmón, porque yo hago todo: desde bordar los vestidos hasta poner a cargar los handys. Me esmeré para que fuera un gran espectáculo.
– ¿Cuántos son en total?
– Somos once arriba del escenario y cuarenta y tres como compañía. Es mucha responsabilidad porque hay que cubrir los sueldos de todos y cumplir con todos. Y a la vez, me gusta crear grupos de trabajo donde la gente esté feliz. Nos queda una función el miécoles 30, en el Astral, después haremos una gira nacional. Iremos seguro a Uruguay. Y en mayo y junio, volvemos a Buenos Aires, al teatro Broadway. Estoy feliz. No sé si terminaré ganando plata, pero nos haría muy feliz llevar Bloody al exterior, a Brasil, a España…
– No parás nunca
-Todo el tiempo hablo de esto en terapia porque tengo un nivel de ansiedad tremendo.
-La terapia entonces no se cambia por nada, ¿no?
-Tal cual y estoy con la misma terapeuta desde los quince años. Imaginate que le tenga que contar toda mi vida a otra persona. Eve me conoce desde antes de que yo estuviera en los medios, de antes de cualquier cosa. Sabe toda mi vida. ¡No la cambio ni loca!