Marcelo Larraquy inauguró oficialmente el espacio cultural Clarín / Ñ (stand 4000 – Hall Central 9) en la Feria del Libro 2025. El escritor, historiador recibido en la UBA, periodista y también guionista, quien fuera jefe de Investigaciones del diario Clarín entre 2011 y 2016, pasó por ese standpara hablar de Gordon (Penguin Random House), su decimotercera obra, una novela de no ficción que retrata la vida de Aníbal Gordon, un hombre que pasó por la Triple A en los años 70 para luego convertirse en un temible delincuente.
Autor de grandes obras como Galimberti: de Perón a Susana. De montoneros a la CIA (2000), López Rega, el peronismo y la Triple A (2011) y Recen por él (2013) y Código Francisco (2016) –las dos últimas sobre la vida del Papa Francisco–, Larraquy fue entrevistado por el periodista Pablo Díaz Marenghi y brindó detalles de su nueva obra, su primera novela.
Gordon combina robos comunes, asesinatos, extorsiones, peronismo, Malvinas y mucha violencia durante en la época de la represión y en el mundo del delito, entre otros temas. También hay una incógnita: ¿quién es el otro en la novela?
¿Por qué decidiste contar la historia de esta manera, como una novela?, preguntó Díaz Marenghi.
«Sentí que, de alguna manera, era como volver al origen. Cuando trabajamos en Galimberti era un personaje conocido pero había quedado fuera del radar por su tiempo de clandestinidad pero había perdurado después de que fuera indultado», explicó Larraquy.
Marcelo Larraquy presentó «Gordon» en espacio cultural Clarín / Ñ de la Feria del Libro. Fotos: Martín Bonetto.
Pero en el caso de Gordon, este personaje murió en 1987, tuvo una etapa muy pública durante seis meses, cuando secuestró al periodista y dirigente político Guillermo Patricio Kelly. Después estuvo prófugo hasta que quedó detenido. De hecho, cuando lo juzgan a él no lo juzgan por la represión sino por ese secuestro que cometió en 1983.
Estilo propio
Larraquy, especialista en temas en temas de investigación sobre los oscuros años 70 de la dictadura, dijo que la banda de delincuentes liderada por Gordon estuvo marcada por un estilo propio enmarcada por el delito. “Esta banda tenia diferencias con los casos de la Triple A que eran plenamente ideológicos y políticos. En este caso, alternaba la delincuencia con la política”, remarcó.
Después de varios años de investigación sobre la vida de este siniestro personaje, Larraquy optó por “soltar la mano” en cuanto a la narrativa para saltar a otro generó el de la novela de no ficción.
“Ya había escrito demasiado. Tenía la ‘losa’ hasta que dije: ‘Qué pasa si esto lo cuento con mayor libertad?’ Soltar un poco la voz, la mano, y con los elementos que disponía me puse a escribir hace cuatro años. Me tomó su tiempo.
“Quería meterme en la novela. Tenia mucho miedo hasta de recrear un diálogo cuando hacia los libros de investigación periodística. Por eso, para soltar un poco la mano, decidí hacer una novela y aclararle a la editorial de que esto era una novela con todas las herramientas que se disponen para escribir una novela”, reveló.
El otro quid de la cuestión pasaba por la novela propiamente dicha a partir de la recopilación de ciertos datos para construir o hablar sobre una determinada historia o personaje: ¿ficción o no ficción?, indagó Díaz Marenghi.
“Cuando uno está en la creación está frente a su propia conciencia. En un momento está el historiador y en otro momento está el novelista”, respondió Larraquy.
Y continuó: «Hay una pelea, una tensión en el momento de la escritura que fue bastante difícil pero cuando soltás la mano hay otro narrador que se maneja de otra manera, como si fuese otra persona que te dice ‘ahora escribo yo, el que manda en la novela”.
“De pronto me soltaba para contar algo que no había sucedido pero podría haber sucedido. Lo mismo ocurría con los personajes no los hacia para cubrir un bache sino que salían a la luz solos”, completó el autor de Gordon.
Así nació Tejo, el oficial principal de la Policía Bonaerense creado por Larraquy como también la construcción de numerosas historias.
“Tejo pidió pista solo, inesperadamente. De golpe apareció acá y va por acá como también me ha ocurrido con muchas historias que tenían un respaldo histórico y también tenían que ver con los hechos”, subrayó.
Marcelo Larraquy presentó «Gordon» en espacio cultural Clarín / Ñ de la Feria del Libro. Fotos: Martín Bonetto.
Un buen vecino
Larraquy también dijo que Aníbal Gordon no tuvo una vida pública. “Creo que no ha dado una entrevista en su vida. De todos modos, hablé con gente que estaba de pinche en el juzgado donde él declaraba en 1983. También conseguí otras personas que lo habían tratado como vecino o allegado. Me decían que era un buen vecino. Decían que Gordon era un caballero. Son elementos que van sumando”, recordó.
“También conocía a todas las chicas que trabajaban en el juzgado. Ese tipo de pinturas te permiten avanzar en la novela. También está la propia creación que puede tener una referencia real sobre el personaje”, aseveró el escritor.
Sin spoilear el libro, Díaz Marenghi mención a Julieta, un personaje especial que pertenecía las fuerzas de seguridad y a los servicios de inteligencia durante la dictadura. Esta mujer fue el nexo para que Gordon pudiera dar un salto en su vida: de las fuerzas represivas de la Tripe A al delito común. Fue construida por Larraquy para abordar su reciente novela.
“Hablé con mucha gente de Inteligencia, también leí temas de la guerrilla. Estuve 25 años trabajando sobre la violencia política, la inteligencia, gente que persigue a otra gente. Acá me interesaba la confusión frente al delito, ¿qué tipo de delito es: un delito político o un delito común?, se preguntó Larraquy.
“Esa era la gran confusión de los años 70 y es el leitmotiv de la novela, la trama con la que avanza la novela. Por eso está tejo que investiga un delito común y Julieta un delito político. En un momento se cruzan. ¿Esto es un acto guerrillero o un delito común? En esa confusión avanza la novela”, reveló su creador.
Por último, Larraquy se refirió acerca de los dos libros que escribió sobre la figura del Papa Francisco, recientemente fallecido. En una mirada retrospectiva, tengo trece libros pero escribí cuatro biografías de personajes visibles: Galimberti, López Rega, Gordon y Bergoglio.
Marcelo Larraquy presentó «Gordon» en espacio cultural Clarín / Ñ de la Feria del Libro. Fotos: Martín Bonetto.
¿Por qué Bergoglio?, preguntó Díaz Marenghi.
“Tiene los años 70, tanto como Aníbal Gordon como delincuente, como Galimberti como López Rega y Perón, como Galimberti y Montoneros, Gordon delincuente y paraestatal. Bergoglio es un personaje de los años 70”.
“Llegué a él por esa época, ya que toda la sociedad estuvo atravesada por los años 70 y Bergoglio especialmente en la Compañía de Jesús. Entre un grupo de 150–200 sacerdotes había tendencias internas terribles en el colegio Máximo, en San Miguel. Todo eso explotaba y explotó durante la dictadura. Me interesó la sensación de asfixia de los años 70 dentro de la Compañía de Jesús. Había un mundo de tendencias internas, teológicas, políticas, ideológicas con dos desapariciones”, comentó Larraquy.
“También me gustó mucho su resiliencia. Bergoglio estuvo muchísimo tiempo en el ostracismo hasta que de golpe termina siendo Papa. En él descubrí un hombre con muchas ambigüedades y contradicciones pero con un sentido de verdad muy fuerte, con mucho humanismo”, concluyó.
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