Cuando tenía 15 años y jugaba de 10 en la Séptima de River, una entrevista para la página oficial del club fue el pie para que se definiera como futbolista. «Lo principal es que cada vez trato de leer mejor el juego, de saber por dónde hay que jugar el partido, dónde puede estar el espacio… Creo que lo estoy haciendo cada vez mejor. Mi función principal es crear juego, me gusta agarrar la pelota, hacerme cargo del equipo, meter asistencias y llegar a definir también», se radiografió.
No lo dijo abiertamente pero Franco Mastantuono, por sus características de juego, se autodefinió como enganche. Sí, esa función, más que posición, que tuvo su época de esplendor en el fútbol argentino y que por la evolución de los dibujos tácticos se vio obligada a reconvertirse en otros sectores del campo de juego. Pero al ver jugar al pibe de 17 años que hoy es la sensación del fútbol argentino queda claro que, más allá del lugar en la cancha en donde se mueva, el enganche como rol nunca se fue, siempre está volviendo.
La adaptación a otros puestos
En el superclásico del domingo, en el que fue la figura de la cancha y convirtió un golazo de tiro libre para el 1-0 parcial, la joyita de River arrancó como un falso extremo por la derecha. Al ser zurdo, la idea es que juegue a pierna cambiada para que enganche hacia adentro, su mejor perfil. El problema -que él por su talento natural igual lo resuelve de la mejor forma-, es que jugar en esa posición lo incita más al juego individual, a la personal. Es una zona donde generalmente se producen muchos duelos con el lateral rival. Y al enganchar hacia adentro también con el central que juega en ese sector, como fue Ayrton Costa en la cuestionada línea de cinco defensores de Boca.
River Plate –
Golazo de Mastantuono para el 1-0 de River
Video: TNT Sports
No parece que su mejor característica sea el uno contra uno y encarar. Pero su capacidad para el contraanticipo (anticipar el intento de anticipo del rival) y su técnica depurada lo convierten en un jugador desequilibrante para sacarse un jugador de encima. Y si lo hace de afuera hacia adentro, su perfil zurdo le abre un abanico de posibilidades para la progresión de la jugada: patear al arco desde un mejor ángulo, asistir a un compañero, encontrar el espacio para un pase filtrado…
El mapa de calor de Mastantuono en el PT vs. Boca: más tirado sobre la derecha.
Eso sí, si recibe muy abierto, la raya lo limita porque su marcador de turno le cierra el enganche hacia adentro y a cambio le libera la banda. Entonces, la recepción de la pelota debería ser en un pasillo un poco más interno para no quedar rehén del desborde hacia afuera, donde por un tema de perfil ya no tiene el mismo peso específico en el ataque.
Otra dificultad que tiene esa posición es el retroceso. Como River es un equipo que presiona siempre alto, con sus defensores que achican hasta la altura del círculo central, Mastantuono como extremo no realiza grandes recorridos hasta campo propio. Pero ante laterales rivales que pasan seguido al ataque, su prestación sin pelota no contribuye demasiado al sistema defensivo de su equipo.
Sin jugar como enganche, Mastantuono igual se las arregla para ser el enganche de River. No importa la posición en la que juegue. Aunque queda la duda sobre por qué Marcelo Gallardo no lo utiliza como un 10 clásico. Franco es un jugador con un perfil asociativo, ideal para juntar pases, para moverse libre por todo el frente de ataque gracias a su buena lectura de juego y a su panorama. Detrás del 9, en otro tipo de esquema táctico, podría seguramente explotar aún más todo su potencial.
Sin embargo, el Muñeco casi no lo ha utilizado en esa posición. Frente a Boca, en el segundo tiempo, lo corrió de la banda hacia el medio. Pero lo hizo jugar de falso 9. Ahí, metido ente los tres centrales rivales, como principal referencia de ataque de River. Tampoco esa función parece la más apta porque ahí tiene que recibir generalmente de espaldas al arco rival, con poco espacio para pensar y ejecutar. De hecho, perdió varias pelotas en esa zona. Y además, no es el típico 9, el especialista que define la que tiene. En un mano a mano suyo ante Marchesin, con tiempo y espacio para definir dónde y cómo, su remate al segundo palo se fue desviado.
El mapa de calor de Mastantuono en el ST vs. Boca: más tirado al centro.
Por una cuestión de ideología futbolística, el enganche clásico no engancha con Gallardo. El DT de River se inclina más por la intensidad para presionar y para recuperar la pelota en campo rival gracias al achique colectivo y así atacar de manera más directa. El freno, la pausa y la cadencia que Mastantuono entremezcla con su veloz cambio de ritmo y de dirección lo hacen más apto para un juego de más toques de los que a Gallardo le gustan para atacar el arco rival.
Además, por una cuestión de edad e inexperiencia, posiblemente la idea del entrenador es colocarlo sobre la banda para quitarle un poco de presión y responsabilidad en ser el armador de juego de River. Con apenas 17 años en el lomo, no es fácil manejar los hilos de un equipo tan pesado. El propio Gallardo, por su experiencia como jugador, lo sabe bien. Por eso lo cuida en cada declaración y le baja el tono a los encedidos elogios del mundo fubolístico.
Lo que le espera en Europa
El fútbol europeo es más táctico que el sudamericano. Hoy, el dibujo 4-2-3-1 le está quitando al 4-3-3 la hegemonía que gozó en los últimos 15 años, más precisamente desde la irrupción del revolucionario Barcelona de Guardiola. El doble cinco está recuperando terreno en el círculo central y los extremos puros ya no son tanto la vedette de los ataques.
Justamente, este cambio de paradigma táctico en Europa puede llegar a favorecer a Mastantuono, quien por rendimientos y proyección se acerca cada día más al Viejo Continente. A diferencia de Juan Román Riquelme cuando fue al Barsa y le tocó el fundamentalismo de Van Gaal y su intocable 4-3-3 (también 3-4-3), donde no tenía lugar y debía actuar como extremo izquierdo, el pibe de River encontraría un escenario más propicio para poder elevar su nivel de juego, dependiendo, claro, del club y del entrenador de turno.
Conocer otras posiciones y funciones le servirá para ese proceso de aprendizaje que aún hoy en Primera continúa. La sensación es que por adentro, más libre, su juego crece. Pero hoy, Gallardo lo va llevando de a poco. Juegue dónde juegue, se mueva dónde se mueva, Mastantuono se las rebusca para demostrar que es crack.
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