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Suele decirse que un año en Boca equivale a cuatro o cinco en cualquier otro club. Que el desgaste del día a día, la presión, el foco mediático permanente y la altísima exigencia son un combo que potencia, que multiplica y que también, claro, eyecta. Incluso, a quienes nacieron en el club o a quienes lo conocen como nadie. Pasó, una vez más, ahora con Fernando Gago. Sin embargo, hay excepciones a esta regla, incluso cuando lo deportivo no acompaña la expectativa. De hecho, hay cinco jugadores en este plantel xeneize que sobrevivieron a la salida de ¡seis técnicos!
La lista de nombres la encabeza nada menos que el capitán ante River, Marcos Rojo. Pero también incluyen a Luis Advíncula, Javi García, Frank Fabra y una de las esperanzas futbolísticas, Exequiel Zeballos. Claro, todos tienen sus matices. Pero los cinco estuvieron bajo el mando de Miguel Russo, el primer entrenador de la era Riquelme en el club. Y todavía siguen en un plantel que, en todo este tiempo, se renovó muchísimo…
Podría decirse que Rojo, Advíncula y Fabra fueron los que más protagonismo tuvieron con cada uno de los entrenadores salientes. Porque por lo general, fueron titulares, salvo este último tiempo del peruano, que alternó en la posición con Blondel. Y también del colombiano, relegado desde la final de la Libertadores 2023. Pero en definitiva, todos sumaron minutos en este tiempo y son hoy los más antiguos del plantel. Frank, ni hablar.
Acá, el uno por uno de los sobrevivientes…
Rojo, con Gago, recuperó protagonismo.
Marcos Rojo
El capitán contra River llegó a principios del 2021, con Miguel Russo al mando y ya campeón. Con el primer DT de Román jugó 14 partidos, hasta que fue despedido justo después del partido con Estudiantes, un club que también los une. Después, fue el líder del plantel con el resto de los demás técnicos y cuando parecía que su ciclo empezaba a agotarse, con Gago recuperó protagonismo y terminó jugando diez partidos al hilo, su mejor seguidilla en el Xeneize.
Russo, con Rojo, Zeballos y Capaldo, en el 2021.
Luis Advíncula
Llegó en el final del ciclo de Russo. Con él en el banco jugó tres partidos, por lo que claramente no tuvo una participación activa. Pero en definitiva, fue uno de los refuerzos que Miguel aceptó para el segundo semestre del 2021. Luego, fue titular con Battaglia, Ibarra, Almirón, Diego Martínez y, más allá de la disputa con Blondel, también con Gago.
El peruano, en su primer año en el club. (EFE)
Exequiel Zeballos
El Changuito, quien entró en el ST tiempo del último superclásico y tuvo una chance clara para empatar, debutó de la mano de Russo en el 2020 (contra Newell’s, el 29 de noviembre). Y desde entonces, está en el plantel profesional, aunque atravesando diferentes lesiones que le fueron sacando continuidad. Lo concreto es que, a pesar de su juventud (23 años) es hoy uno de los que más tiempo lleva en el equipo y los que vieron pasar a los seis entrenadores salientes.
El Chango con Battaglia, el segundo DT de la era Román. (Prensa Boca)
Javi García
Otro con cierto matiz, claro, por su condición de arquero suplente y hasta tercera opción. Sin embargo, Javi volvió al club de la mano de Riquelme a mediados del 2020. Y salvo con Gago, atajó con todos los demás entrenadores. Con Ibarra y con Almirón, incluso, jugó bastante. Pero con Diego Martínez sólo disputó un encuentro. Después de Frank Fabra, es el de mayor permanencia en el plantel.
Javier García con Riquelme, Pol Fernández, Molinas y Villa, durante el ciclo del Negro Ibarra. (Foto: Maxi Failla).
Frank Fabra
Sin dudas, un caso especial. Porque el colombiano, desde su llegada a comienzos del 2016, vivió la salida de ¡nueve entrenadores! Sí, un verdadero récord. En su lista están Arruabarrena, Guillermo, Alfaro, Russo, Battaglia, Ibarra, Almirón, Martínez y ahora Gago, sin contar los interinatos de Herrón, claro está.
Fabra, en el 2016, en su primer año en el club. (AP)
El atenuante para el lateral es que cada vez tiene menos influencia y participación. Súper relegado ahora, igualmente con los primeros cuatro entrenadores de la era Román jugó muchísimo. Hasta esa final de la Copa Libertadores contra el Fluminense en 2023, su infantil expulsión que lo marcó con los hinchas y que empezó a condicionar su ciclo en el club que todavía se sostiene. Pese a todo, siempre tuvo la banca de Riquelme. Y, cuando se designe el nuevo DT, será el décimo que tenga al mando en Boca.
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