
Por: Fernando Oz
@F_ortegazabala
Con todas las listas de candidatos sobre la mesa, desde la más razonable hasta las más disparatadas, me imagino que deberíamos comenzar a reflexionar sobre qué vamos a hacer con el gigantesco bache que nos dejan de herencia las estructuras políticas que vienen repartiéndose la provincia desde el inicio de la democracia. La ausencia de debate y la baja calidad discursiva de buena parte de los postulantes a ocupar bancas en la casa de las leyes, no es más que una respuesta a nuestra propia mediocridad y apatía social.
La discusión de la cosa pública quedó reducida a shorts, el intercambio de ideas a merced del totalitarismo de los algoritmos, con los autócratas de guardería que no conocen ni aprecian las reglas de la vida adulta, por lo que lamento suponer, que se puede esperar cualquier cosa, tanto risible como espeluznante.
El cuadro de incultura cívica, inoperancia y mezquindad es inobjetable. Se quejan de lo mismo y no aportaron una opción que sea capaz de concentrar en un mismo espacio una alternativa superadora al oficialismo, y que, además, no tenga la necesidad de estar corriendo detrás de una agenda con prioridades ajenas al interés de los habitantes de Misiones. Quedó demostrado que les preocupa más sostener sus pequeñas quintitas o hacer algún negocio que lanzarse a la necesaria conquista de bancas que garanticen el vital equilibrio de poder.
La Libertad Avanza (LLA) terminó siendo lo que algunos conocedores de secretos del establishment habían anticipado: una mesa de dinero manejada por un especialista en impuestos, un bróker de negocios y un par de vivos que aprovechan el envión libertario mientras juegan al golf en un country paraguayo.
Este viernes, el abogado Carlos Adrián Nuñez, candidato a diputado provincial y, hasta ahora, protegido de Karina Milei, fue denunciado en la Justicia Federal por juntar fondos para actividades partidarias cobrándoles un diego a los funcionarios públicos que ingresaron al plantel estatal enrolados en las filas de Milei. La presentación judicial fue realizada por un afiliado libertario, el productor agropecuario Samuel Doichelle. También hay otros denunciados y un tendal de inversores enojados.
Quienes también se negaron a la unidad opositora fueron los radicales con peluca, que, tentados por faraónicas promesas y la caja de la EBY, prefirieron sumarse a la incierta aventura de Martín Arjol. Su candidatura a primer diputado provincial por el Partido Libertario, según afirman en su entorno, sería la catapulta para presentarse como candidato a gobernador en las elecciones de 2027. Aún cree en las promesas de Santiago Caputo y que tiene el respaldo de los hermanos Diego y Rodrigo de Arrechea, hemisferio económico y político de un mismo esquema.
Los radicales, que viven en un microclima de internas de egos, tampoco buscaron un acuerdo. Una vez finalizada las elecciones del 8 de junio, los sobrevivientes de la UCR deberían reunir a sus convencionales para condecorar al concejal Santiago Koch por enfrentar con estoicismo una de las peores elecciones del radicalismo. Las encuestas apuntan hacia esa dirección. El otro mariscal de esa derrota es el diputado Pepe Pianesi, que intentará obtener una banca de concejal.
Koch, que encabeza la lista de diputados provinciales del Frente Unidos por el Futuro —ni que fuese un chiste—, es secundado por Carolina Gross, una abogada del team del senador Martín Goerling Lara, que sigue siendo del PRO y que en los últimos tiempos se convirtió en uno de los blancos predilectos del oficialismo. El legislador nacional, que tiene una de las mejores imágenes positivas de todo el arco opositor, fue el primero en buscar el armado de un frente único que discutiera la agenda local y dejara de lado los mandatos de los partidos nacionales, pero las mezquindades de otros sectores pudieron más.
Además de La Libertad Avanza, el Partido Libertario y el Frente Unidos por el Futuro, hay otras ocho listas opositoras. Ninguna de las once obtendrá más de cinco bancas en la Cámara de Representantes, hay en juego veinte puestos. El Frente Renovador de la Concordia, que no es ajena a las problemáticas de nuestro tiempo y que lleva una lista poco competitiva, tiene un piso de nueve, lo que le permitirá seguir teniendo una holgada mayoría. El análisis de todos los datos, hoy en día, arrojan esos resultados.
La dispersión de la oposición no es producto de una alquimia, de un plan macabro elaborado en un laboratorio oculto en la Legislatura, es el resultado de la estupidez y cainés de sus propios dirigentes. El peronismo opositor o de centro derecha que una vez lideró Ramón Puerta terminó implosionado con Activar, el partido que fundó su hijo Pedro para navegar por aguas locales con sello propio. Desde la centro izquierda, el kirchnerismo, o lo que supo ser el Partido Agrario y Social cuando fue la segunda fuerza política provincial, tampoco salió nada.
A propósito, ahí lo tienen a Héctor Cacho Bárbaro y a su exsocio político Martín Sereno. Ninguno de los dos soporta estar alejado de una banca por mucho tiempo, se ahogan, por eso ahora cada uno es candidato a diputado provincial por su lado. Lo más probable que no entre ninguno de los dos, pero ahí están, como adolescentes, midiéndola. Todos césares de su propia parcela.
Los césares más tiránicos suelen ser descriptos como chicos caprichosos. Me imagino que vivir bajo la férula de Calígula o Nerón debía ser como padecer las intemperancias de un crío dotado con poder absoluto. Donald Trump y Javier Milei se manejan con esa incontinencia desmesurada de adolescente tardío.
Y es que vivimos en una época que se venera no ya a la juventud impetuosa sino a la conflictiva, destemplada, semisalvaje e indolente. El discurso político consagra el maniqueismo de una película de buenos y malos, la argumentación se reduce a un intercambio de exabruptos y torpezas de estudiantina, el liderazgo consiste en ver quién mea más lejos en el patio del recreo.
Triunfa el sentimentalismo más inmediato, el “me gusta”. La cuestión ya no es qué mundo dejaremos a nuestros hijos sino qué hijos van a quedarse con el timón. Una discusión que se da en el Cantón Verde, en Punta del Este, en las costas de Palm Beach o en un café cualquiera sobre Les Champs-Élysées.