El entrenador del actual líder de la Conferencia Norte B de la Liga Federal, Bartolomé Mitre, habló de todo con Misiones Básket: el origen del equipo, el compromiso de los jugadores, el rol de la dirigencia, el ida y vuelta con los hinchas, el torneo y el sueño del ascenso. Imperdible.
“Llegué al club en noviembre y desde ese momento que nos reunimos con la dirigencia, nos propusimos armar un equipo competitivo. Por suerte me dieron la libertad de poder elegir, siempre tratando de amoldarnos al presupuesto y a la realidad económica”. En ese momento, Matías Martinho seguramente no imaginaba que su Mitre hoy estaría liderando la Conferencia Norte B de la Liga Federal con un récord de 12 triunfos, incluidos los dos clásicos posadeños, y tan solo 3 derrotas. “No se si me lo imaginé, pero lo estoy disfrutando, cosa que fui aprendiendo con el correr de los años”, destacó el entrenador en una charla con Misiones Básket.


El conjunto posadeño es una de las sensaciones de la tercera categoría a nivel país, que reúne a 110 elencos. Si, ni más ni menos. El camino rumbo al ascenso es complicado y, generalmente, en esta clase de torneos, los clubes con mayor presupuesto parten como candidatos. Mitre, a diferencia de su eterno rival, Tokio, que apostó fuerte esta temporada, no partió como favorito, más allá de tener jugadores de renombre en la categoría. “Tuve la oportunidad de dirigir en Buenos Aires a Quimey Acosta, pero a Martín Chervo y a Luciano Tantos los conocía personalmente y fueron los primeros tres jugadores que fuimos a buscar. A Facundo Wolinsky lo conocía de BsAs y porque antiguamente había dirigido a su hermano, y tengo muy buena relación con su entrenador, quien nos facilitó la llegada por medio de un préstamo con Ferro, donde el estaba jugando Liga de Desarrollo”, recordó Martinho, quien tuvo un paso por OTC en 2016 y 2017 siendo asistente de Lucas Zurita y dirigiendo en formativas.
“Como cualquier equipo nuevo, necesita tiempo de rodaje, para conocerse y poder encontrar la química necesaria. Si bien hicimos una buena pretemporada, los primeros partidos sirvieron para conocernos y entender que es lo que podía aportar cada uno e ir acomodándonos, tanto ellos como nosotros como cuerpo técnico. Creo que la clave estuvo en tratar de entender que no queríamos jugar cada partido por separado, sino construir día a día una filosofía que nos deposite en playoff, con una estructura de juego solida y afianzada”.


“Es un grupo humano increíble”
Para que un equipo funcione en su plenitud es importante que todos entiendan su rol dentro de la cancha. Esa es la base de todo. A ello siempre se le suman los aspectos extradeportivos que consolidan a un elenco, en cualquier deporte. “Creo que somos un equipo que entiende cómo jugar cada partido. Intentamos que todos se sientan importantes y cada uno fue entendiendo y aceptando el rol que tenia que cumplir. Hoy en día lo que nos sostiene es la parte defensiva, estamos entre los dos equipos que menos puntos reciben y entre los dos que mas rebotes toman, eso habla del compromiso que tiene el equipo para encontrar un equilibrio entre el ataque y la defensa”, destacó el coach.




“Por fuera de lo deportivo, es un grupo humano increíble, se llevan todos bien en un clima muy agradable, lo cual hace mas fácil construir. Siempre tratamos de generar espacios donde el grupo pueda sentarse, charlar e intercambiar buenos momentos. Ellos entienden que siempre se va a respetar ese espacio pero también saben que cuando hay que arremangarse y ponerse a entrenar quiero que den el 100%, asi que en ese sentido nos entendemos bien”. En ese sentido agregó que “tenemos dos espacios que por lo menos proponemos nosotros, uno es la cena post partido de local, tratamos de quedarnos todos, y el otro es una competencia de lanzamiento el día previo al juego. Ahí si que se pica bastante la cosa pero sinceramente nos divertimos mucho”, señaló el DT de 33 años (este jueves cumple 34), quien reconoció que se encuentra muy cómodo en la capital misionera.


Un club que brinda todas las condiciones
La institución “auriazul”, una de las históricas en Posadas, atraviesa grandes cambios en infraestructura, tanto en su predio del barrio Rocamora, como en la sede de las calles La Rioja y Jujuy, donde se encuentra la cancha de básquet. Esta transformación hoy también se ve reflejada en resultados deportivos, tanto en fútbol como en el deporte de la “naranja”. A la hora de analizar el rol de la dirigencia, Martinho resaltó que “es muy parte importante, no solo a nivel deportivo, sino también a nivel estructural: se ha reformado el piso de parquet, se hizo la oficina y el gimnasio dentro del predio, lo cual facilita un montón la logística y las actividades que tiene que hacer el equipo en el día a día. Sin dudas que para que algo vaya bien tienen que estar todas las partes alineadas, en este caso dirigentes, jugadores, cuerpo técnico y toda la gente que trabaja para que el equipo pueda trabajar lo mas cómodo posible”.




En cuanto al ida y vuelta con el público, lo cual siempre costó en el ámbito del básquet, subrayó el compromiso que transmiten sus jugadores, clave para contagiar a las personas y seguir convocando. “Son personas increíbles que se comprometen con el objetivo grupal e institucional y defienden la camiseta como si fuese suya. Así que creo que eso el publico lo siente y se los reconoce. Esperemos poder seguir contagiando a mas hinchas todavía y que cada partido se juegue con mas público, sobre todo en playoff”.


Sobre el clásico ante Tokio y la levantada épica en la última presentación fue moderado: “Si bien nos tocó ganar ambos partidos, creo que la importancia radica en la jerarquía del rival. Mas allá de que los clásicos son lindos y todo el tema del folklore, tratamos de abstraernos y que el clásico lo juegue la gente, nosotros practicamos un deporte y tratamos de hacerlo de la mejor manera posible”.
Formato en deuda: muchos viajes y pocos entrenamientos
El joven entrenador oriundo de Capital Federal, que también supo jugar al básquet en Ateneo popular de Versailles, también analizó esta temporada de la Liga Federal. “Creo que el torneo tiene un buen nivel, aunque el tema de las cinco fichas U21 limita bastante la posibilidad de mejorar aún más el nivel de la competencia, ya que son jugadores que en su mayoría no habían participado de ninguna competencia profesional o ni siquiera han alcanzado el grado de madurez personal ni deportivo. El tema de la duración del torneo y la seguidilla de partidos también perjudica, vamos a estar completando 18 partidos en nueve semanas y media, y en nuestro caso con viajes de entre 6 y 8 horas por día, lo cual hace que la posibilidad de entrenar y mejorar sea casi nula, por ende te limita en el crecimiento y el desarrollo del equipo, como así también de los chicos U21 que están tratando de desarrollarse”.




Para finalizar, Matías se refirió al sueño de todos los simpatizantes: el ascenso. “Mitre está para competir, ojalá lleguemos lejos. En un torneo tan difícil como este, para ascender se tienen que dar muchas cosas, y no me gusta pensar tan allá, prefiero que nos enfoquemos en el rendimiento y en los objetivos que nos plantemos a corto y mediano plano. Veremos como estamos, como nos sentimos y si se van dando esas cositas que quizá te ponen en un playoff por el ascenso, pero es muy lejano, tratamos de ir paso a paso”.
Fotos: Prensa Mitre.