Estrella entre los alimentos que contribuyen a una dieta equilibrada y resistido hasta el cansancio por los niños, el brócoli (Brassica oleracea var. itálica) es una verdura de alto valor nutricional que tiene la bien merecida fama de “superalimento”.
Con gran cantidad de agua y escaso aporte en calorías, el brócoli contiene betacarotenos, vitamina C, ácido fólico y potasio. Es un aliado del corazón porque ayuda a bajar el colesterol malo (LDL) y también actúa como un desintoxicante del organismo.
Originario de la región del Mediterráneo oriental y cultivado desde la época romana, la mejor época para consumirlo son el otoño, el invierno y la primavera, porque está en su máximo momento de sabor y calidad, y su precio es más accesible.
Aquí los detalles de este superalimento que aporta numerosos beneficios al cuerpo y a la salud.
Brócoli: el superalimento que fortalece tu cuerpo y mejora tu salud
En primer lugar, hay que destacar que el brócoli tiene una composición excepcional porque es bajo en calorías (aporta 38 kcal por cada 100 g en su versión cruda), es rico en vitamina C (200 g cubren las necesidades diarias de un adulto), es una buena fuente de calcio (aporta 56-60 mg por taza) y tiene alto contenido en fibra (2.6 g por 100 g).
Además, aporta potasio (370 mg por 100 g), hierro, magnesio y zinc, y contiene antioxidantes como sulforafano y glucosinolatos.
En este sentido, la vitamina C y los betacarotenos refuerzan el sistema inmune, para proteger al cuerpo de posibles infecciones. La fibra y los antioxidantes tienen un papel clave en la protección cardiovascular, al reducir el colesterol LDL y mejorar la elasticidad arterial.
El brócoli es una verdura que se presta a todo tipo de preparaciones, desde pastas hasta woks, ensaladas, acompañamientos y pizzas.
La fibra insoluble previene el estreñimiento, mientras que los compuestos azufrados, los mismos que desprenden el mal olor cuando se cocina, protegen la mucosa gástrica.
Además, los glucosinolatos inhiben el crecimiento de células tumorales, especialmente en cáncer de mama, próstata y colon, y el cromo y la fibra ayudan a mantener niveles estables de glucosa. La combinación de calcio, fósforo y vitamina K, en tanto, previene la osteoporosis.
A pesar de sus beneficios, hay algunas contraindicaciones al consumo excesivo de brócoli. Las personas que sufren trastornos tiroideos, como hipotiroidismo, pueden tener que limitar el consumo de brócoli crudo o cocido, ya que contiene goitrógenos, sustancias que pueden interferir con la función tiroidea.
La mejor manera de cocinarlo para preservar sus nutrientes es al vapor, entre tres y cinco minutos. Foto: Shutterstock.
Además, el brócoli puede provocar trastornos intestinales como hinchazón y flatulencias, sobre todo si se consume en grandes cantidades. Esto se debe a su alto contenido en fibra y azúcares complejos que pueden fermentar en los intestinos.
También deben evitarlo quienes tienen trastornos gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable, ya que pueden experimentar un empeoramiento de los síntomas debido a la fermentación de la fibra en el tracto intestinal. Durante el embarazo y si se tienen problemas de coagulación de la sangre, el brócoli es desaconsejable.
La mejor manera de cocinarlo para preservar sus nutrientes es al vapor, entre tres y cinco minutos, lo que mantiene hasta el 90% de sus antioxidantes. Pero también puede comerse crudo o salteado en ensaladas o acompañamientos rápidos. El brócoli congelado, cabe aclararlo, tiene todas las propiedades que el fresco.
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