Cuando lo vio cruzar la meta octavo en el Gran Premio de Azerbaiyán tras sobrevivir a las calles de Bakú -y reponerse así al accidente en la FP1 que podría haber destruido la moral de cualquier rookie-, Flavio Briatore supo que en Franco Colapinto había un pupilo ideal, como en el pasado lo habían sido Michael Schumacher y Fernando Alonso. Pero pronto confirmó que también detrás había un interesante negocio cuando observó el movimiento de fanáticos y empresarios privados dispuestos a apoyar a un argentino en la Fórmula 1.
«Todos lo quieren en el equipo, no solo yo. Yo pienso que es muy bueno. Tiene mucha presión y lo hace muy fácil, pero es muy bueno», contó el empresario italiano en ESPN antes de la largada del Gran Premio de Las Vegas, pese a que el joven de 21 años ya tenía encima tres accidentes importantes: dos en el GP de San Pablo y el otro en la clasificación de esa última carrera de la temporada en Estados Unidos.
Un mes y medio después, cuando la F1 confirmó a sus 20 pilotos de la temporada 2025 y el bonaerense se quedó afuera, Briatore logró un acuerdo con James Vowles con una promesa: lo iba a contratar como reserva, lo mismo que le tenía en Williams, pero le iba a dar la chance de correr, más temprano que tarde, en un Alpine. Cinco meses después, está a punto de hacer el movimiento que tanto se esperaba: sacar a Jack Doohan y poner allí a Colapinto.
«El acuerdo llegó porque ambas partes consiguieron lo que querían: Flavio logró contratar a Franco y James (Vowles) pudo darle la posibilidad de que pueda correr, ya que en Williams sus pilotos titulares tienen contratos a largo plazo», había contado María Catarineu, la representante del piloto argentino desde los 14 años, en una entrevista con Corazón F1 poco después de confirmado el acuerdo con Alpine, en enero.
Catarineu, Campbell y Briatore posaron juntos antes de la llegada de Colapinto a Alpine. (Foto: jamiecampbellwalter/IG)
Fue la española quien también reveló algunos detalles de la primera charla con Briatore, cuando el argentino todavía era piloto de Williams. «Briatore lo vio a Franco desde que debutó en la Fórmula 1. El día que charlamos por primera vez nos dijo: ‘He visto talento y lo quiero’ -relató en una de las pocas notas que dio este año-. Siguió todas las carreras de cerca y cómo fue la evolución como piloto en los nueve Grandes Premios que pudo correr. Y estima que Colapinto puede estar en la F1 durante no menos de 15 años si logra desarrollar su potencial, y Alpine está ansioso por tratar de capitalizar una gran parte de eso en las primeras etapas a medida que desarrolla su talento, lo que sugiere que el equipo confía en poder extraer lo mejor de lo que puede ofrecer».
Su marido y también representante de Colapinto como parte de la empresa Bullet Sports Managment, Jamie Campbell Walter, también había destacado el trabajo de Briatore para que Colapinto tuviera una chance más real de volver a la F1. «Se ha trabajado mucho en esto durante varios meses y estoy muy contento con el resultado. Gracias a Williams y Alpine, y especialmente a Flavio Briatore por insistir en que esto funcionara, finalmente lo conseguimos. Franco, te lo mereces y espero con ansias lo que el futuro tiene preparado. A todos nuestros socios, un enorme agradecimiento por su apoyo y, por supuesto, a los fanáticos argentinos», había escrito en su cuenta de Instagram.
Aunque se había especulado con que Briatore había exigido la representación del piloto, María y Jamie se mantuvieron junto al argentino. Aunque el italiano comenzó a influir en ciertas decisiones, como la de que el piloto sumara una residencia en Mónaco. También lo sumó a su círculo íntimo: en el pequeño descanso del que gozó previo al GP de Miami, Franco compartió un asado en la casa de Nathan Falco Briatore, el hijo del Asesor Ejecutivo de Alpine.
Colapinto, en el centro, con el hijo de Flavio Briatore a la derecha. Junto a ellos, aparece el fisio argentino Ulises Badio.
Además, a lo largo de estas seis fechas de la temporada, quien fue representante de los campeones del mundo Schumacher y Alonso habló en la prensa cada vez que pudo del joven de 21 años y reiteró que «correrá en la F1 tarde o temprano».
«En Benetton, el actor era Michael Schumacher y en Renault el actor era Fernando Alonso. Ahora tenemos que hacer otra película, pero aún no sabemos quién será el actor. Prefiero hacer lo que es mejor para el equipo. Si tienes dos pilotos, la elección es entre dos pilotos. Si tienes cinco (sic), la elección es entre cinco (sic). Lo hicimos con Benetton. Lo hicimos con Renault. Si ves lo que hicimos en Benetton, Renault era la misma película, sólo cambiamos el actor. El piloto es el que termina el trabajo de casi 1.000 empleados detrás de él. Todos trabajan para dos personas. Si uno de los pilotos no se mueve para adelante, no trae resultados, entonces lo reemplazo», fue tajante cuando apenas se habían disputado dos carreras, con Colapinto en el paddock.
Después de Australia y China, el argentino ya no volvió a un circuito. Se concentró en su trabajo en el simulador ubicado en la fábrica de Alpine en Enstone. La escudería francesa había tomado la decisión de alejarlo de los focos, evitar preguntas incómodas de periodistas y ahorrarse respuestas largas de un argentino que nunca habló con el cassette puesto, como el resto de los deportistas del más alto nivel. De hecho, la última vez que lo hizo en un gran premio de F1 -el de China- confesó que se aburría abajo del auto porque lo que él quería era estar arriba. Bueno, no tendrá que esperar mucho.
La reciente decisión de Oliver Oakes de dejar su cargo como jefe de equipo estaría relacionado con el futuro anuncio de Alpine de que el piloto que disputó su primera carrera de F1 el 1 de septiembre en Monza volverá a hacerlo el 18 de mayo en Imola. Como si fuera una película, en Italia, donde comenzó su historia, también será donde continuará. Y allí, en el box y en la radio, estará a su lado el hombre que lo hizo posible.