La salud, un concepto que hasta no muchos años se abordaba separadamente, según fuera para los animales o los seres humanos, y poco se vinculaba con el ambiente, es actualmente un valor que se aplica en forma integrada a todos ellos, en el concepto de “una salud”.
Partiendo de la premisa que los nutrientes del suelo que se transmiten a los cultivos, con los que los humanos se alimentan, y que también sirven como forraje para los animales que se producen para consumo humano, el Simposio Fertilidad 2025, que Fertilizar realiza en Rosario, propuso un panel titulado “Una salud: nutriendo suelos, cultivos y personas”.
En ese segmento, los ingenieros agrónomos Miguel Ángel Taboada (FAUBA), Ana Posas (FAO) y el médico Claudio Zin (divulgador y consultor), desde la visión agroalimentaria y de salud humana, dieron sus puntos de vista sobre la influencia que los nutrientes, desde el suelo hasta el planto, tienen en relación con la salud de las personas.
Miguel Ángel Taboada: “Habría que ir hacia programas de mejoramiento del nivel
nutricional de lo que se produce”.
Miguel Taboada, actualmente profesor de la FAUBA y con una dilatada trayectoria en el INTA y el Conicet como técnico e investigador en el uso de los suelos en la agricultura, señaló que “la pérdida de salud de los suelos tiene relación directa con la erosión hídrica y eólica que ha aumentado con los fenómenos climáticos extremos, situación que también influye en el desbalance de los nutrientes y micronutrientes”.
En este sentido, precisó que en la Argentina hay más problemas de deficiencias que de excesos, particularmente en los cultivos extensivos, mientras que, en otras producciones, como la horticultura en zonas periurbanas, se da el fenómeno inverso.
Valor nutricional
Un capítulo aparte es el de los micronutrientes, sobre los cuales hay poco conocimiento sobre su valor nutricional. “La deficiencia de zinc está siendo un problema para la producción de cereales como arroz y trigo en muchos países, donde hay programas de sobre fertilización de este nutriente aplicado a varios productos alimenticios”, explicó Taboada.
Sobre la salud de los suelos en el país, destacó que “la Argentina produce sobre suelos sanos, y aunque estamos en buen camino con un uso creciente de biológicos, hay un incipiente problema de contaminación: hay que prestar atención al uso de herbicidas con dosis muy altas, porque el país está visto como un gran consumidor de herbicidas”.
Como solución a este punto, Taboada señaló que hay que impulsar el uso de los cultivos de cobertura o de servicio que permitan hacer menos barbechos y aplicar agricultura regenerativa, práctica que ya están utilizando un 20% de los productores agrícolas del país.
Ana Posas: “Más del 95% de los alimentos que se consumen provienen del suelo”
Taboada señaló que “para mantener la fertilidad de los suelos no solo hay que agregar y reponer nutrientes, sino mantenerlos en una situación estructural, manteniendo buen contenido de carbono, prácticas en las que el país está muy embarcado”, aseguró.
Igualmente, dejó una reflexión no menor respecto del mejoramiento vegetal de los cultivos: “Hasta ahora estuvimos enfocados en hacer genética para el rendimiento y nos olvidamos de su valor nutricional. Habría que ir hacia programas de mejoramiento del nivel nutricional de lo que se produce” porque “hay que empezar a medir el valor nutricional de lo que están produciendo”, aseguró.
Fertilidad integral
Por su parte, Ana Posas, de la FAO, recordó que “más del 95% de los alimentos que se consumen provienen del suelo, que es un recurso esencial que debemos gestionar y no solo usar; si tenemos suelo sano y nutrido, tendremos plantas nutridas y sanas que nutrirán bien a los animales y seres humanos”, explicó.
Señaló que la deficiencia de micronutrientes (hierro, zinc, yodo) y vitamina A se da en todas las regiones del mundo y afecta a unos 2.000 millones de personas, de los cuales el 50% de los niños.
Claudio Zin destacó la importancia de alimentarse en familia.
En este sentido, precisó que hay muchas dietas que aportan energía e hidratos de carbono, pero no nutrientes. Una dieta saludable debe ser adecuada en cuanto al tipo de nutrientes que tengan los alimentos. “Debe ser balanceada en proteínas, grasas y carbohidratos y diversa, es decir moderada en cuanto al consumo de alimentos”. Sobre este punto agregó que “la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) están midiendo la diversidad de las dietas, donde el reto es lograr el equilibrio de los nutrientes”.
Sobre este punto, pero en lo referido al suelo, Posas precisó que “se habla mucho de fertilizantes, pero no siempre de la condición del suelo como fertilidad integral en cuanto a estructura, textura, salinidad, propiedades biológicas y microorganismos. No hay que aplicar solo fertilizantes, sino que hace falta un ecosistema mucho más complejo y es importante tener marcos regulatorios”, sostuvo.
En cuanto a la calidad nutricional de los alimentos admitió que el modelo impuesto a los agricultores es pagarles su producción por cantidad y no por calidad nutricional. “No es una condición habitual que las empresas reconozcan a los agricultores que hagan agricultura regenerativa, práctica que está avanzando más lentamente de lo que quisiéramos. Hay que visibilizar y reconocer esos esfuerzos”, señaló.
Compartir la comida
En tanto, el médico Claudio Zin, consultor privado, reconoció que “los médicos no sabemos con certeza sobre la deficiencia de los micronutrientes y que la medicina está desorientada sobre el tema nutrición».
Respecto de la falta de micronutrientes en los alimentos sostuvo que “si fortificáramos alimentos con zinc, la incidencia de enfermedades infecciosas sería menor porque la falta de zinc afecta al sistema inmunológico”, y anticipó que en los próximos años todos los alimentos serán fortificados.
Zin recordó la inconveniencia de consumir alimentos procesados y ultra procesados, especialmente aquellos con exceso de azúcares cuyas consecuencias en la salud, la sociedad muchas veces no conoce y paga el sistema sanitario.
También enfatizó en la recomendación del consumo de frutas y verduras de estación, costumbre poco arraigada en la Argentina y base de una alimentación saludable.
Además, recomendó volver a la costumbre de comer en familia en vez de hacerlo en forma solitaria. “Estar juntos facilita la buena alimentación. Una cosa es comer solo y otra compartir la comida”, concluyó.
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Gastón GuidoBio completa
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