Dejarse las canas al descubierto, sin recurrir a tinturas ni tratamientos para disimularlas, se convirtió en una estética muy común en la actualidad tanto para hombres como para mujeres. Aunque pueda parecer un detalle menor en la apariencia de una persona, es una decisión cargada de sentido. Según los psicólogos, esto implica una profunda aceptación, autoconocimiento y empoderamiento personal.
En un contexto cultural donde la juventud es vista como la mejor etapa de la vida y muchas veces idealizada, mostrarse con el cabello blanco puede ser un gesto a contracorriente. Según explican especialistas en psicología, asumir el envejecimiento de forma natural es, en muchos casos, una señal de reconciliación con el cuerpo y con el propio recorrido vital.
Desde un punto de vista biológico, las canas aparecen cuando los melanocitos, que son las células encargadas de producir melanina, disminuyen su actividad o desaparecen con el paso del tiempo. Esta sustancia no solo da color al cabello, sino también a la piel y los ojos. Sin embargo, lo que la ciencia explica en términos fisiológicos, la psicología lo analiza como parte de una evolución interna.
Lucir canas, en especial en el caso de las mujeres, también puede representar una forma de resistencia a los mandatos estéticos tradicionales. Durante décadas, teñirse el cabello fue casi una norma implícita para ocultar los signos de la edad. Por eso, dejar de hacerlo puede simbolizar una ruptura con esa exigencia constante de parecer más joven. Lejos de ser un signo de abandono o resignación, mostrar las canas con naturalidad puede leerse como un acto de buena autoestima.
Según explicó la psicóloga Elena Daprá, en una entrevista a Cadena SER, la aparición de las canas tiene un significado muy importante para las personas, ya que es el signo más palpable del paso a la adultez. “Las canas no son juventud, en la sociedad de la juventud. Y además, son el pico, luego vamos a ir hacia abajo. Nosotros atribuimos en la sociedad, por roles de género, que la mujer tiene más madurez que el hombre. Entonces, parece que con las canas ahora sí es maduro y ahora sí es atractivo. Pero es solo una visión y un estereotipo al que estamos respondiendo”, remarcó la especialista en salud mental.
“Dejarse las canas es un trabajo personal. Todo esto que dicen de la crisis de los 40, bueno, hay una especie de crisis a esta edad, en la que tienes que darte cuenta de todo lo que tenés y no lo que te falta. Si ponés el foco en lo que tenés, es cuando vas a comenzar a aceptarte. Incluido que tu cuerpo cambia y ya no digo físicamente, sino que uno se siente diferente. ¿Si yo voy a aceptarte, me voy a dejar las canas y ya? No. Es un trabajo personal mucho más complejo. ¿Pero me puede ayudar? Bueno, en un momento dado, sí“, respondió Daprá, a algunos de los planteos más comunes que le realizan sus pacientes sobre esta decisión trascendental en sus vidas.