Después del susto, la internación en la Clínica Zabala y los muchos estudios a los que se sometió en las últimas horas, Carmen Barbieri va a tener el alta esta tarde y su hijo Federico Bal es quien va a ir a buscarla. Al menos esos son los planes. “Mi mamá se sintió mal, fue a la clínica para hacerse chequeos y salió todo bien. Se quedó internada por prevención, nada más. Hoy ya sale y se va para la casa”, aseguró Federico Bal.
En los últimos tiempos, Barbieri tuvo algunos disgustos relacionados con el trabajo. De un día para el otro terminó el programa que conducía en las mañanas de eltrece y se hizo mucha mala sangre. Recién hace unos días firmó contrato para sumarse a las huestes de elnueve, con un ciclo vespertino que iba a debutar el 26 de mayo. Ahora, todos están pensando en retrasar un poco el estreno, para que Carmen descanse y se reponga. Además, está haciendo una gira teatral con Enemigas íntimas, que protagoniza junto a Luisa Albinoni.
El martes, la actriz y conductora sintió fuertes dolores en el pecho y llamó a Melanie Alvarado, su amiga y asistente ahora que Penca (que trabajó con Carmen toda la vida) se fue a vivir al exterior. Así, Melanie la acompañó a la Clínica Zabala, donde quedó internada en terapia intensiva. Le hicieron algunos chequeos de urgencia que dieron bien pero decidieron seguir estudiándola.
La tarde del martes, la misma Carmen contó en Todas las tardes, por el nueve, que se sentía mejor. “Estoy sin dolor, por suerte. Tuve dos episodios a las cinco de la mañana, como si me clavaran un cuchillo en el pecho. Me despertó el dolor, era como que me faltaba el aire. Después me tomé una aspirina, me di vuelta, de costado, me quedé un ratito y me dormí. A las ocho y media o nueve menos cuarto, otra vez la misma puntada en el pecho. Llamé a Melanie, que es mi amiga y mi secretaria y le dije que viniera a buscarme. Pensé que me estaba dando un infarto. Pero no. Tengo bien el corazón. Si hubo un infarto, me dice la doctora, fue chiquitito chiquitito. Por eso me internaron en terapia intensiva en la unidad coronaria. La doctora me dijo que iban a observarme, que me iban a sacar sangre a cada rato, porque con las enzimas se dan cuenta si hubo un infarto chiquito. Porque grande no se ve nada. El corazón está impecable, no hay trombosis. Bien la aorta, bien el pericardio, está todo perfecto”, contó ya más tranquila.
Sin embargo, Carmen siguió internada un día más, en observación y para completar algunos estudios más específicos. Aunque pasó una buena noche no pudo dormir. Pudieron hacer los estudios que faltaban y todo salió bien, según sostiene el último parte médico. No fue más que un susto. Ahora deberá hacer reposo en su casa durante unos días y tomarse todo con mucha calma, lo cual no es fácil porque es muy ansiosa.