«Su sueño era jugar en River. De chiquito usaba la camiseta y lo seguíamos desde Colombia». Richard Castaño tiene una sonrisa todavía más grande que la de su hijo. Aquellos días agotadores y estresantes durante el último mercado de pases ya son un recuerdo y vaya si valieron la pena. Porque el rostro de Kevin no suele salir en los resúmenes de los partidos, donde Mastantuono, Driussi, Colidio suelen robarse los flashes. Tampoco hace un juego vistoso, pero su trabajo, de hormiga, en silencio y laborioso, se convirtió en fundamental para el equipo.
Aunque no hizo la pretemporada en San Martín de los Andes, llegó con buen ritmo por sus intensos trabajos de preparación con el Krasnodar. El equipo lo recibió muy bien y Castaño se acopló rápido. Tal es así que los números del colombiano son dignos de un volante que juega hace años en Núñez y no de un refuerzo que hace pocos meses vivía en Rusia.
«En 2012, Kevin jugaba como delantero y lo fui retrasando porque le vi buenas condiciones de su técnica en la entrega del balón, buena visión para descargar, para buscar los espacios, para recibir. Cuando cumplió los 17, le vi su forma de marcar con buen carácter y lo retrasé de #10 a volante central», contó Richard, quien lo dirigió desde los 7 años en Águilas. Y ese análisis explica por qué el encuentro de KC ante Barracas fue completo: terminó primero en toques (117), en recuperaciones (9) y en pases precisos (92/99), con una efectividad total de pelotas al pie de sus compañeros de un 93%.
Que Gallardo haya remarcado que el presente de KC «habla de su jerarquía» y que «no es fácil llegar a River, ponerte la camiseta y jugar como juega él» indica lo rápido que se acopló al equipo, sin verse afectado, al menos hasta el momento, de la temida palabra «adaptación» que complica a los nuevos refuerzos y también a los que regresan. «Hablamos español, somos cordiales como en esta tierra y cómo hacen el asado también nos gusta, ja. Ha sido todo muy bueno y eso ayuda», explicó Richard en charla con Guardia Alta.
Richard Castaño junto a Kevin. Instagram.
Ante el momento que atraviesa el volante de 24 años, en parte se entiende por qué el Krasnodar no se la hizo sencilla a River a la hora de negociar. Como interior y hasta recostado por la banda, «crackstaño», como ya lo apodan los hinchas, es el complemento ideal para cualquier #5. Sin embargo, lejos de conformarse, Richard es todo ilusión: «Apenas se está adaptando, puede dar mucho más. La confianza lo es todo y si Gallardo le sigue dando la confianza, va a aportar mucho más».
River Plate –
Borja y Castaño compartieron un costillar y se hicieron virales
Video: Instagram @anitasanchez_costillares
Además de asegurar que «River es el Real Madrid de Sudamérica» y de revelar que le dieron ganar de llorar cuando vio a su hijo salir a la cancha ante Boca en medio de una bienvenida que le puso «los pelos de punta», agradeció los consejos de Juanfer Quintero y dejó en claro que no sólo Gallardo motivó a Kevin para que arribara a Núñez.
«Enzo, con su experiencia y todo lo que es como jugador y referente, le da consejos. Le dijo ‘venite que vamos a hacer una buena dupla’. La confianza es clave y debe tener los pies sobre la tierra. Tiene un técnico que ayuda y que es ganador, pero hay que demostrarle y rendir».
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