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Para frenar a Franco Mastantuono primero hay que agarrarlo. Aunque a veces literalmente no alcanza ni eso. Mateo Carabajal lo comprobó. No le quedó otra, al capitán de IDV. No había otra después de que ese pase de Facundo Colidio dejara solo a la joya. Y entonces, tironeó del estampado con el #30 para tumbar en el área a ese pibe de River que, jugando, se sigue esmerando por contradecir a su DNI.
Un Mastantuono que, cuando agarra la pelota, hace que sus espectadores se pregunten qué estaban haciendo cuando tenían 17 años. ¿Vendiendo rifas para ir a Bariloche? ¿Macheteándose para un examen de Geografía? El shock interrogativo debe quizás afectar también a sus propios rivales. Porque pocos de los que tienen que enfrentarlo habían hecho todo lo que este pibe.
Mastan se hizo cargo del penal (Juano Tesone).
¿Cuántos futbolistas -ya no hinchas: futbolistas- con edad de quinto año patearon un penal caliente como el que Mastan ejecutó firme para poner el 3-2? Por lo pronto no abundan cracks de tan baja edad que sean capaces de meter una finta como la que Franco hizo en el borde del área en la génesis del 2-2, dejando desparramada a su marca para encaminar a River al empate.
Tiene coraje, Mastantuono. Y eso lo eleva por encima de la vara. Por caso, en el Monumental no hizo nada extraño: frente a Barcelona de Guayaquil, de hecho, había pedido la pelota en el penal que Sebastián Driussi terminó errando. Aquella vez, Gonzalo Montiel había preferido infructuosamente que el Gordo cortara su sequía. Y entonces Franco debió acatar. Esta vez no hubo cómo quitarle la redonda.
Con un remate seco, preciso, determinante, Mastantuono alcanzó su sexto gol en el año. Igualando a Sebastián Driussi en la pole de goleadores de River en 2025 y estirando a 17 la influencia del tridente MDC en los 36 gritos que lleva pegados el equipo de Marcelo Gallardo en la temporada.
El coraje y el fútbol
River Plate –
Mastantuono anotó de penal y dejó en ventaja a River sobre el final del primer tiempo
FOX Sports.
Tiene lo que ponen las gallinas, Mastan. Para hacerse cargo de un tiro libre en zona de golazo que -previo roce en un rival- pasó pegadito al poste derecho de Guido Villar. Con la autoridad de quien se ganó una plaza en un equipo que trata de no pensar en cuánto tardará en perderlo.
Porque los scouters y las gerencias deportivas de los clubes king size de Europa ya lo tienen en su radar. Y más temprano que tarde intentarán acercar una propuesta para llevarse a un crack cuya rescisión está valuada en € 45 millones. Vale cada centavo.
Porque Lionel Scaloni, al mismo tiempo, evalúa incluirlo en la lista de convocados del medio local para que comience a tener rodaje con la Mayor en la próxima ventana de Eliminatorias.
Porque anoche se transformó en el primer jugador de River menor de 18 años en marcar tres goles en Copa Libertadores, superando así a Fernando Cavenaghi y a Javier Saviola (ambos con 2).
Porque es, sencillamente, único. Quedó demostrado con la tremenda ovación que se llevó del Liberti. ¿Cómo no hacerlo? Si es imparable. Si ni agarrándolo alcanza…
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