Hay artistas que parecen empujar la materia hacia el alma. Juan Kancepolski pintaba como quien escucha con el cuerpo entero. Su obra, reunida ahora en la muestra Mítica, encuentra un cauce inesperado: el de los mitos cotidianos, los que nos atraviesan sin que sepamos sus nombres. Su trabajo no solo se limitaba al lienzo, sino que exploraba el arte como una forma de elevar el espíritu, un proceso de búsqueda que lo llevó más allá de lo material a lo largo de toda su vida.
La muestra Mítica es una reflexión curatorial profunda sobre su obra, llevada adelante por Nora Kancepolski, hija del pintor y responsable de la exposición, y el pensador brasileño Jesualdo Correia. La exposición está diseñada para ocupar tres pisos del Anexo A del Congreso de la Nación Con 16 obras que abarcan tres décadas, ofrece una mirada única sobre su evolución como artista.
Pájaro de fuego, pintura del artista presentada en el Museo del Louvre, París.
Las pinturas, algunas de entre 4 y 10 metros de altura, invitan al espectador a adentrarse en los mitos que atraviesan nuestro día a día, aunque muchas veces no los reconozcamos. El concepto curatorial, nacido del intercambio entre Nora y Jesualdo, propone una lectura renovada de la obra de Juan como una reflexión sobre lo simbólico y lo místico que habita en cada trazo. “Los cuadros de esta muestra plantean un acercamiento a preguntarse por las creencias que nos atraviesan día a día, aunque no las conozcamos”, señala Nora.
A lo largo de su carrera, Kancepolski no se limitó por las convenciones ni las expectativas externas. «Es un mago a pesar de él mismo», afirma Jesualdo, refiriéndose a la independencia creativa que caracterizó su obra. Para él, el arte era una forma de expresarse sin restricciones, un acto de absoluta autodeterminación. Su trabajo se nutre de emociones e imágenes que permanecían grabadas en su retina. Juan falleció en 2016 a los 84 años, dejando un legado artístico que sigue vivo en cada trazo de su obra.
Nora Kancepolski, curadora de su obra, en una imagen de archivo junto a su padre Juan.
Lo que se ve en la tela son distintos momentos que se van superponiendo sin cuantificar, distintos estados vitales y anímicos que se plasman en esos presentes que se van sumando. La pintura de Kancepolski tiene la particularidad de ser una amalgama de emociones, una obra que invita a seguir mirando, a descubrir más allá de lo evidente. «Al experimentar una pintura de Juan Kancepolski como espectadores necesitamos formatear nuestro aparato estético, para poder escuchar y descubrir los miles de signos casi ocultos en el sorprendente primer impacto», destaca el curador Jesualdo Correia.
El trabajo de Kancepolski no solo se basaba en la pintura, sino también en la música, una de sus grandes pasiones. Aunque de niño soñó con ser violinista, la pintura se convirtió en su medio de expresión, un medio que no le generó ningún impedimento material. «Pudo ser pobre y aprender a pintar. Esa dedicación al arte era casi devocional, un agradecimiento hacia el acto mismo de pintar”, comenta Nora, quien desde chica se involucró en el proceso creativo de su padre. Con el tiempo, asumió tareas como el montaje, la asistencia y la producción conceptual de la muestra. Hoy se ubica en un rol de facilitadora, gestionando el encuentro entre el público y las obras.
Mural «La Pregunta/Vida». Homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo donando al Municipio de Morón en 2023.
Durante su juventud, Kancepolsky vivió en Morón, donde estableció un vínculo profundo con el lugar. La vida en una pequeña casa del oeste de Buenos Aires dejó una huella imborrable en su familia. “Morón quedó en el recuerdo emotivo de la familia. Hubo mucho anhelo por regresar ahí”, comenta Nora. En homenaje a esa conexión, el mural La Pregunta/vida, creado por Juan para las Abuelas de Plaza de Mayo, fue donado en 2023 al Municipio. Más recientemente, en 2024, el Concejo Deliberante de Morón presentó Cromático sinfín, una muestra que reunió 27 pinturas de Kancepolsky y seis esculturas de Fanny Diamant, su compañera de vida, reafirmando el diálogo artístico y afectivo que los unía. Algunas de estas obras también fueron presentadas en el Museo del Louvre, París, en 2001.
La muestra Mítica puede visitarse hasta el 6 de junio en el Anexo A del Congreso de la Nación. La inauguración oficial será el 19 de mayo a las 18, con la presentación de la cellista Sonia Elijovich, quien interpretará piezas de Johann Sebastian Bach, Camille Saint-Saëns y Heitor Villa-Lobos. La entrada es libre y gratuita, y el horario de visita es de 8 a 20.
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Bárbara Godoy
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