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«Cuando lleguemos a Rosario, prácticamente todo el mundo va a haber festejado», decía Raúl Broglia, presidente de Rosario Central en 2014, en la previa de la final de la Copa Argentina ante Huracán. Lo que no sabía es que el destino, o mejor dicho el fútbol, terminaría convirtiendo ese optimismo en desilusión.
Aquel partido en San Juan fue histórico. No solo porque la pica entre clubes -ya existente- se incrementó, sino también por el contexto. El Canalla estaba en Primera, había jugado la Copa Sudamericana ese mismo año (cayó con Boca en la segunda fase) y encaraba la final como favorito. Claro, desde adentro se sentía esa ilusión.
Pero del otro lado, la cosa era diferente. El Globo, comandado por Néstor Apuzzo en uno de sus tantos interinatos, divagaba en la vieja B Nacional con la oportunidad latente de volver a la élite en aquel inédito torneo de diez ascensos. Y así, en medio de un choque de realidades, se definió el campeón de la Copa.
El Pity Martínez, titular en aquella noche en San Juan, lleva la pelota.
El partido
Disputado, con miedo a los errores. Un claro 0 a 0 en el Bicentenario de San Juan. La oportunidad de coronar era real. Ninguno se la quiso jugar. Por eso es que toda la suerte -o no-, se inclinaría para alguno de los dos lados en la tanda de penales.
La primera sonrisa del destino la tuvo Central. Claro, porque a la hora de patear el tercer penal, sabía que podría conseguir una ventaja casi irrecuperable para Huracán. En el Canalla ya habían convertido Fernando Barrientos y Rafael Delgado, mientras que en el Globo, Pity Martínez y Wanchope Ábila fallaron y solo la metió Eduardo Domínguez. Pero esa sonrisa se esfumó.
Porque Paulo Ferrari la tiró afuera y revivió a los de Parque Patricios. Porque después pateó Rodrigo Erramuspe y adentro. Pero, particularmente, porque la figura exponencial de Marcos Díaz empezó a surgir. Le tapó el cuarto disparo de los rosarinos a Mauricio Caranta y comenzó a agigantarse.
Agustín Torassa, Sebastián Abreu, Carlos Arano, Javier Correa y Federico Mancinelli, todos nombres que fueron pasando e hicieron su labor. Hasta que llegó Hernán Encina. O mejor dicho, hasta que Marcos Díaz se llenó la mano izquierda de historia y le negó el grito al Sapito. Huracán campeón. Estando en la B y 41 años después. Sublime.
El penal que Marcos Díaz le tapó a Encina: el Globo ganó 5-4 en la tanda.
Las declaraciones de Broglia
La confianza del por aquel entonces presidente de Central era total. A tal punto que proyectó los posibles festejos en la previa: «El domingo, en el partido con Racing, vamos a hacer un festejo. Y quiero adelantar que vamos a invitar a la Comisión anterior y a jugadores que hayan sido campeones en Central para que sean parte», soltó.
Y, de yapa, el pope aspiraba a más: «Estamos cerquita de empezar el camino de ser campeón de América», dijo aquella vez. Claro, es que la obtención del título daba un boleto para ir a la Libertadores. El Canalla no la terminó jugando. Huracán sí: dejó afuera a Alianza Lima en el repechaje y se metió de lleno a jugar la fase de grupos.
Una vez consumada la derrota, Broglia volvió a declarar sin arrepentirse de nada: «Tenía el convencimiento de que los festejos se iban a dar, ¿por qué íbamos a ser pesimistas? Nunca pensé en otra circunstancia». Clarísimo…
Broglia fue uno de los protagonistas de aquella final.
Un duelo con historia
El del próximo domingo, por los cuartos de final del Torneo Apertura, será el cuarto mano a mano que jugarán Central y Huracán entre sí, con historial positivo para el Globo. El primero, por los 16vos de final de la Copa Argentina de 1970, el Canalla se impuso por 4 a 2. Pero después, los otros dos fueron para el Globo.
Claro, porque además de la final en 2014, los de Parque Patricios se impusieron en el repechaje para pasar a la semifinal de la Copa Libertadores 1974: en la cancha de Vélez, fue triunfo por 4 a 0 ante los dirigidos por Carlos Timoteo Griguol.
Y repasando otro encuentro clave, pese a que no fue mata-mata, se dio en el Clausura 1994. Faltando tres partidos para el cierre de un torneo que pelearon Central, Huracán e Independiente, el Globo le ganó 1-0 al Canalla y le cortó el sueño. Finalmente, el Rojo terminó siendo campeón.
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