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Los cimientos en Boedo se siguen moviendo, San Lorenzo continúa siendo un hervidero, en plena crisis institucional, con el séptimo vocal de la lista oficiando de presidente ante la licencia de Moretti por la acusación de corrupción por medio de una cámara oculta y con el plantel, con el aval de Miguel Ángel Russo y su cuerpo técnico, plantado por la falta de pago y, principalmente, por las promesas incumplidas que se vienen acumulando desde hace rato. A días de un duelo clave ante Argentinos, en La Paternal, por los cuartos de final del Apertura, este viernes se entrenaron pero todavía no hay solución.
Es que en la lluviosa mañana del viernes, los futbolistas azulgranas se reunieron y decidieron entrenarse con la normalidad que el clima permitía, incluso salieron al campo de la cancha auxiliar bajo el manto de agua que caía en el Bajo Flores. No es que hayan aparecido los billetes y el atraso salarial haya quedado en el olvido, pero entendieron que la determinación del jueves de no realizar la práctica alcanzó para llevar el problema a primer plano y que los dirigentes tomen nota. Ahora a correr el foco de los problemas y pensar en el duelo del lunes, a las 19, con el Bicho.
“No nos quedaba otra. Teníamos que plantarnos para que nos escuchen los dirigentes, parece que viven en otra realidad”, le soltaron desde la intimidad del vestuario a Olé para explicar la situación. Con premios adeudados desde hace rato y los sueldos impagos desde febrero, la soga de la paciencia se terminó de cortar tras varias promesas sobre el bidet que terminaron en el inodoro con la novela del dinero de la AFA en una cuenta embargada. En las últimas horas apareció algo de plata pero solo una pequeña parte de la deuda total, que es abultada.
“Nosotros venimos dejando todo y eso no va a cambiar. Necesitábamos que se sepa lo que estamos viviendo en el club, pero estamos con la cabeza puesta en el partido del lunes porque tenemos la misma ilusión que los hinchas”, señaló otra voz.
El tema no está cerrado y puede haber nuevos capítulos de la tensa relación entre los futbolistas y lo que queda de la dirigencia tras la licencia del presidente y varias renuncias, pero con la definición del torneo en el horizonte, el plantel decidió declarar la paz… O al menos una tregua.
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