“¿Cardaqué?” bien puede ser el comentario de muchos cuando se les menciona al cardamomo, una especia originaria de la India y aledaños.
El cardamomo todavía no irrumpió en el mainstream oriental, lo que hace que haya que esforzarse un poquito para conseguirlo. De todas formas, aunque no se consiga en los supermercados, tampoco es tan complicado.
¿Para qué sirve?
Para cocinar, obviamente. Pero antes de entrar en la cocina, vale mencionar que el cardamomo se viene usando desde hace miles de años, para saborizar distintas preparaciones culinarias y también como un remedio natural y casero. Entre varias propiedades, es antibacteriano, alivia la congestión y la tos, además de favorecer la salud cardiovascular, dado que tiene potasio y antixodantes.
De acuerdo a la “medicina Ayurveda“, el cardamomo tiene múltiples aplicaciones, algo que también fue respaldado por la medicina occidental y convencional. Por ejemplo, un estudio de 2021 titulado republicado por la Biblioteca Nacional de Salud de Estados Unidos, “The effect of Elettaria cardamomum (cardamom) on the metabolic syndrome”.
La investigación sostiene que el cardamomo es una fuente “rica en compuestos fenólicos, aceites volátiles y aceites fijos”. El cardamomo y sus sustancias farmacológicamente activas demostraron efectos de amplio espectro, que incluyen propiedades:
- Antihipertensivas (reduce la presión arterial)
- Antioxidantes (combate el estrés oxidativo)
- Moduladoras de lípidos (regula colesterol y triglicéridos)
- Antiinflamatorias
- Antiateroscleróticas (previene placas en arterias)
- Antitrombóticas (reduce riesgo de coágulos)
- Hepatoprotectoras (protege el hígado)
- Hipocolesterolemiantes (disminuye colesterol LDL)
- Antiobesidad
- Antidiabéticas (mejora control glucémico)
La frutilla de la torta: se creía que era afrodisíaco.
Al continente europeo llegó gracias a comerciantes árabes en la Edad Media, como tantas otras cosas que le aportó Medio Oriente al Viejo Continente.
Una vez arribado a Europa se fue esparciendo por el continente hasta abarcarlo todo. A los inhóspitos y fríos paisajes escandinavos, sin embargo, había llegado antes gracias a las a menudo sanguinarias excursiones vikingas, que descubrieron los encantos del cardamomo en Constantinopla y se lo llevaron hacia las tierras de fiordos y lagos. Allí, posteriormente abrazado por los reposteros, seducidos por el aroma que perfumaba bollos, galletas y pasteles dulces.
Como ya se insinuó, no es muy barato que digamos. Junto al azafrán y la vainilla, es uno de los condimentos más caros del mundo, principalmente porque hay que cosecharlo a mano y secarlo al sol. Una vez que se tienen las vainas en las cuales se hallan los diminutos frutos, hay que abrir esas vainas y extraer esas microcápsulas de intenso aroma y sabor algo menos preponderante.
Las variedades más conocidas son la verde (la ya mencionada elettaria cardamomum) y la negra (amomum subulatum). Se lo puede comprar en las vainas o, a veces, ya molido en polvo. A continuación, dos recetas que incluyen cardamomo.
Arroz con cardamomo
Ingredientes:
- 1 ½ tazas de arroz aromático
- 2 cucharadas de aceite vegetal
- 1 trozo de canela (5 cm)
- 2 vainas de cardamomo verde
- 2 clavos de olor enteros
- 1 cucharada de semillas de comino
- 1 cebolla pequeña, cortada en rodajas
- 2 ½ tazas de agua
- Sal a gusto
Procedimiento:
Colocá el arroz en una olla o bol y cubrilo con agua. Dejalo remojar durante 20 minutos y luego cocinalo. Por otro lado, calentá en otra olla o sartén aceite a fuego medio y agregá: canela, cardamomo, clavo de olor y semillas de comino. Freí todo revolviendo más o menos un minuto. Agregá la cebolla en rodajas, revolvé y seguí friendo. Incorporá el arroz y seguí revolviendo hasta que el arroz esté ligeramente tostado, unos tres minutos. Listo.
Galletitas de cardamomo
Ingredientes:
- 1 taza de manteca a temperatura ambiente
- 3/4 de taza de azúcar
- 1 huevo grande, a temperatura ambiente
- 1 ½ cucharaditas de extracto de vainilla
- 2 tazas de harina 0000
- 3/4 de cucharadita de cardamomo molido
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/4 de cucharadita de nuez moscada molida
Procedimiento:
En un bol batí la manteca con el azúcar hasta obtener una mezcla esponjosa y clara (5-7 minutos). Incorporá el huevo y el extracto de vainilla. En otro bol mezclá harina, cardamomo molido, sal y nuez moscada. Añadile de a poco la mezcla de manteca hasta integrar bien.
Formá discos de esa masa, envolvelos en plástico y a la heladera mínimo 3 horas (o hasta que esté firme). Cortá las galletas y cuando las tengas todas mandalas al horno, que tiene que estar a unos 160°C hasta que los bordes estén ligeramente dorados (eso lleva más o menos entre 12 y 15 minutos). Dejá que se enfríen unos cinco minutos y ya tenés galletitas de cardamomo de inspiración escandinava.