A una semana del accidente del nadador Matías Bottoni en una pileta del Parque Roca, sigue la conmoción en el ambiente del deporte por la dura lesión que sufrió el joven rosarino de 17 años, que se recupera en el Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires, acompañado y contenido por su familia, a la espera de lo que será una larga y compleja rehabilitación, a la vez que muy costosa.
El sábado 10 por la tarde, Matías precalentaba para la final de la competencia y practicaba «entradas» cuando en uno de sus lanzamientos hacia el agua chocó con su cuello contra la espalda de otro nadador que se cruzó por su andarivel en forma imprudente, con tanta mala fortuna que el impacto le fracturó una zona de su columna y comprometió su movilidad: su cuerpo quedó sin reacción y tuvo que ser rescatado por una guardavidas.
Tras una primera internación en el Hospital Santojanni y luchar más de 24 horas con la burocracia y la negligencia de su obra social, Mati fue trasladado al Italiano y recién el lunes pudo ser operado en una intervención muy delicada que requirió más de cuatro horas. Con el correr de los días fue evolucionando favorablemente pero su padre reconoció que será difícil que recobra la movilidad en sus piernas. Ahora les espera salir adelante.
Hay giros del destino que son inexplicables pero la medicina es capaz de brindar algunas respuestas para las preguntas que deja un episodio de estas características. ¿Cómo se produce una lesión de este tipo? ¿Qué secuelas deja? ¿Cómo afecta al cuerpo? ¿En qué consiste la recuperación? Convocados por Clarín, los neurocirujanos Facundo Rodríguez (MN N°102.861) y Marcelo Orellana (MN N°116.227) analizan el alcance de este diagnóstico y detallan por qué un golpe en el cuello puede dañar con tanto poder el sistema nervioso.
Para comenzar a entender el escenario, es clave conocer la ubicación de las vértebras cervicales. “Son las que se ubican en el cuello. En total son siete. La séptima es la transición entre el cuello y la columna dorsal, es decir, la parte más baja del cuello”, describe Rodríguez. «Soy especialista en cirugía espinal y tratamos bastante a menudo lesiones como la que tendría Matías, son fracturas vertebrales con compresión medular que generan secuelas neurológicas», detalla Orellana.
La gravedad de una lesión en la zona cervical depende del tipo de traumatismo que se haya producido y de cuáles son las vértebras afectadas. “Las vertebras forman un conducto por el que trascurre la médula espinal, que se divide en cervical, dorsal y lumbar”, explica Rodríguez, y agrega: “El espectro de lesiones es grande. Desde fracturas hasta desplazamientos de vértebras (que se generan cuando se lesionan los ligamentos) y la estabilidad de la columna y la integridad del tejido nervioso se ponen en juego”.
De esta manera, en los casos como el de Matías, que hay fractura de vértebra, puede verse afectado el sistema nervioso. Sin embargo, cada segmento de la médula se asocia a funciones específicas: “Cuánto más cerca del cráneo más alta es la lesión, y hay más consecuencias desde lo neurológico. Cuanto más baja es la lesión, es decir, más cercana al sacro (final de la columna), es menor el territorio neurológico afectado”, aclara el doctor Rodríguez.
No es lo mismo una fractura en la primera vértebra cervical que en la sexta, como le ocurrió al nadador rosarino. “Si la lesión es muy alta, o sea de la médula cervical proximal, se va a comprometer la movilidad de los brazos y de las piernas. Ahora, si la lesión es por debajo de los nervios que inervan los miembros superiores, estos van a tener movilidad, pero no los inferiores”, destaca Ramírez.
En cuanto al tratamiento quirúrgico, los doctores explican que la operación busca fundamentalmente “estabilizar la columna” y que esto puede requerir diferentes abordajes. “El objetivo siempre es doble: alinear la columna y, además, dependiendo el compromiso nervioso, tratar de mejorar los síntomas neurológicos, lo que no siempre se puede”, aclara.
En el caso de Matías, su familia detalló que la intervención se llevó a cabo por la parte anterior del cuello, a la altura de la nuez de Adán, debido a la inflamación que presentaba su nuca. Consultado sobre esta alternativa, el doctor Rodríguez indica que “hay cirugías que requieren vías de abordaje combinadas, anterior y posterior; la indicación quirúrgica depende de cuál es la afección específica de cada paciente». Por su parte, Orellana agrega que en muchos casos «para generar una construcción más rígida, luego se puede llegar a hacer un complemento de esta cirugía con una abordaje de vía posterior».
Una de las dudas más frecuentes que se genera ante estos casos es saber si toda fractura cervical afecta a la médula. Los especialistas aclaran que no hay una única respuesta porque todo depende del tipo de lesión y del estado clínico de cada paciente.
“Cuánto más grave es la lesión medular, más importantes son las consecuencias neurológicas y menores las chances de recuperación. En casos de lesión medular leve, el pronóstico es mejor. La repercusión neurológica suele ser mayor al principio y a medida que el edema (la inflamación) mejora, se pueden recuperar algunas funciones», comenta Rodríguez.
El accidente de Matías se produjo al chocar con otro nadador mientras se lanzaba a la pileta. Rodríguez explica que, en estos casos, por encima de la violencia del impacto, lo determinante es el movimiento que realiza el cuello: “El golpe generó un movimiento brusco del cuello que desencadenó en la lesión. Es como si una persona hubiera realizado un clavado con poca agua en la pileta. El problema radica en el movimiento de flexión o de extensión cervical, que genera la lesión de la columna y de la médula”.
En ese sentido, el neurocirujano Orellana afirma que cuando el tejido nervioso está dañado, no hay mucho que se puede hacer para repararlo: “No existe tratamiento quirúrgico de reparación medular. Uno solamente puede liberar la médula para que después el organismo se encargue de reparar lo lesionado». Estas lesiones son más frecuentes en deportes como el rugby, apunta Ramírez, pero señala: «En el caso de los nadadores no es tan frecuentes, pero las hemos visto”.
La rehabilitación comienza una vez que se estabiliza la columna. Como las secuelas son motoras y sensitivas, hay centros especializados en tratar de recuperar la movilidad. El futuro de Matías dependerá de su evolución, la respuesta de su cuerpo y el alcance real de la lesión.
Según le contó a Clarín el entrenador de Matías, Gustavo D’Andrea, al joven ya comenzaron a realizarle estimulaciones en las manos y en los brazos. «Es parte de un tratamiento temprano de rehabilitación. Es muy bueno que se lo estén pudiendo hacer. Hay pacientes que están en condiciones de comenzar, aunque sea con actividad de rehabilitación muy livianita de manera temprana, mientras que otros están inestables y requieren una mayor estadía en terapia intensiva con medicación que les impediría realizar alguna rehabilitación», destaca Orellana.
«Los pacientes jóvenes tienen muchísimas más chances de recuperarse, hay casos que sorprenden. Va a depender del grado de lesión medular. Cuando es completa, los pacientes generalmente no se recuperan. Cuando es parcial y si el paciente es joven, puede llegar a recobrar gran porcentaje del déficit que tienen inicialmente», detalla Orellana, especialista en cirugía espinal.
Por último, en relación a los llamados tratamientos experimentales, Rodríguez explica que hay que ser muy cauteloso porque “se ofrece mucho con poca o ninguna evidencia científica”. Y agrega: “Hay familias que en su desesperación están dispuestas a afrontar los costos de cualquier tratamiento que les ofrezca una esperanza, pero no hay nada demostrado en términos cientícos que revierta un daño medular instalado más allá de la rehabilitación”, advierte el especialista.
El club Echesortu organizó en principio la recolección de mil grullas de papel para acompañar a Matías en su recuperación. «Creo que habían llegado a 3.000», cuenta el entrenador.
La salud de Matís Bottoni: «Anoche vió una película y hoy seguía con más estudios», dice su entrenador
Matías Bottoni atraviesa días más tranquilos en el Hospital Italiano. Su estado de salud evoluciona en forma lenta pero favorable, y las noticias sobre su estado físico pero especialmente las vinculadas a su estado de ánimo, traen alivio y esperanza.
«Ayer a la noche no tuvo fiebre y pudo descansar mejor», le contó a Clarín su entrenador Gustavo D’Andrea, quien estuvo a su lado en todo momento y planea viajar a Buenos Aires en forma constante para seguir a su lado. «Hoy a la mañana seguían con algunos estudios, más que nada clínicos, y en un brazo que le duele, le iban a hacer una nueva ecografía», agrega.
Matías está lúcido y con buen semblante: «Anoche vio una película, ahora iba a ver otra, seguían con las estimulaciones en las manos y en los brazos«, detalló D’Andrea. En cuanto a la alimentación, ya adoptó como rutina las cuatro comidas sin dificultades.
Uno de los gestos más emotivos que rodean la recuperación de Matías fue la llegada de las grullas de papel, una iniciativa impulsada por el club Echesortu de Rosario, donde entrena el joven de 17 años. «Las grullas las iban a traer hoy. Creo que habían llegado a 3.000. Pero el problema es que como la Ruta 9 está cortada, anoche quisieron venir unos papás y no pudieron», explicó el entrenador, en referencia a las inundaciones en la autopista que une Santa Fe con la capital argentina.
El club Echesortu está juntando grullas de papel como una muestra de afecto hacia Matías Bottoni.
En estas horas, Matías está acompañado por su mamá y su novia, quienes permanecen a su lado en todo momento. Los médicos evalúan trasladarlo a una sala común en los próximos días. Aunque el proceso será largo, la evolución del joven y el apoyo constante que recibe son señales alentadoras.
El caso del joven deportista tomó repercusión y llegó a oídos de Ángel Di María y Giovani Lo Celso, dos rosarinos comprometidos con la situación, quienes grabaron unos videos para darle aliento y, de paso, difundir la necesidad de colaborar con sus padres para afrontar los gastos médicos.
«Hola Matías, quería mandarte muchísimas fuerzas y pedirte que la sigas luchando, que vas a salir de esa», dice Fideo en el material compartido en redes. «Te mando muchas fuerzas y sos un guerrero, va a estar todo bien, no aflojes», agregó Lo Celso.
Las coberturas de las obras sociales no siempre son las ideales, y los tratamientos de rehabilitación que deberá afrontar Matías incluyen costos que terminan siendo millonarios. Por eso, la manera de ayudar a la familia Bottoni es a través de transferencias a la cuenta de Luciano, su papá, y de Valeria, su mamá, el sostén del joven nadador en medio de este episodio que les cambió a todos la vida.
Donaciones para la familia Bottoni
- Titular: Luciano Martín Bottoni
- DNI: 25.524.775
- CBU: 0720101788000035926254
- Titular: Valeria Alejandra Grimaux
- DNI: 26.809.267
- CBU: 0720101788000035926018
Matías Bottoni, en la voz de su entrenador: «Es un chico inteligente y tenaz»
“Inteligente, tenaz, aplicado, educado, buen compañero y muy querido en el ambiente y en el equipo”, define D’Andrea a Matías, que heredó de su padre, Luciano, el amor por la natación. Un compromiso que se transformó en pasión y que, a lo largo de los años, se volvió cada vez más intenso.
“Él nadaba en Gimnasia y Esgrima de Rosario, y por una cuestión de comodidad, de cercanía, ya que empezó a competir y tenía que venir más días, se pasó a nadar al club Echesortu”, recuerda el entrenador.
Pero los cambios para apostar todas las fichas a una carrera como deportista no se agotaron en esa mudanza de pileta. “En 2025, se anotó para hacer quinto año en una escuela virtual para deportistas, y así poder entrenarse mucho más tiempo para alcanzar los objetivos deportivos que se había propuesto”, explica D’Andrea.
Matías, que tiene 17 años, cursaba sus estudios en el colegio Dante Alighieri. En febrero, viajó a Italia junto a sus compañeros durante un mes como parte de una experiencia escolar. “La idea era poder entrenarse todos los días y algunos días doble turno y aparte ir al gimnasio”, revela para explicar por qué había decidido cambiar de colegio y de modalidad de estudio para dedicarle más horas por día a la natación.
Los buenos resultados avalaban sus decisiones. En 2023 había sido convocado a la preselección nacional juvenil y viajó a competir a Brasil. También había subido a un podio en el Campeonato Argentino en la categoría juvenil 1. Este año había pasado a la categoría juvenil 2: “Él llegó donde llegó y obviamente iba a llegar a más por la perserverancia que tiene y por el entrenamiento. Él sabe que el entrenamiento es arduo y son muchas sesiones semanales. Tiene también su preparador físico y nutricionista. Su entrenamiento, prácticamente, es como si fuese de alto rendimiento”, detalla D’Andrea.
“Es un chico muy tenaz”, repite el entrenador. Es que el vínculo entre ambos va más allá del ámbito deportivo. “Mi relación con mis nadadores federados es muy intensa porque vivimos mucho tiempo juntos, muchas horas, viajamos mucho, competimos cada dos fines de semana”, describe.
Sobre la firma
María Florencia Miozzo
Redactora en la sección Deportes.
Bio completa
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