Claudio “Chiqui” Tapia vuelve a la FIFA. El presidente de la AFA fue nombrado por la Conmebol como reemplazante del brasileño Ednaldo Rodrigues, que fue destituido de su cargo como presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) por la Justicia, y a quien los dirigentes sudamericanos le quitaron la confianza para representarlos ante la FIFA. Los integrantes del Consejo de la Conmebol votaron este lunes en forma unánime el reemplazo de Tapia por Rodrigues.
El ahora expresidente de la CBF decidió no apelar la decisión de la Justicia de su país de removerlo de su cargo, y de nombrar a Fernando Sarney como interventor, cuya primera medida fue llamar a elecciones. Está prevista una “asamblea general electoral” para el próximo 25 de mayo, en la que se elegirán a las autoridades para el período 2025-2029. Ednaldo no será ni siquiera candidato y le “deseó suerte” a su sucesor.
La capitulación de Rodrigues le dio luz verde a la Conmebol para nombrar a su sucesor. En este sentido, la relación de Tapia con Alejandro Domínguez, el presidente de la Conmebol, pasa por uno de sus mejores momentos. A nadie le sorprendió que el dirigente paraguayo haya propuesto al argentino. Después de todo, la selección albiceleste es la vigente campeona del mundo y vencedora de la Finalissima en 2022.
Tapia, entonces, completará el mandato de cuatro años que tenía Rodrigues, y que concluía en 2027 (había sido nombrado en el Congreso de la FIFA de 2023 realizado en Kigali, Rwanda). La decisión adoptada este lunes por la Conmebol no sorprendió en la FIFA. Un dato: la silla de Rodrigues en el Consejo de FIFA era, hasta el 2023, de… Sarney, justamente su sucesor en la CBF.
“Se lo habían prometido hace dos semanas”, dice a LA NACION una fuente de la AFA que confirma el nombramiento del máximo dirigente del fútbol argentino. El Congreso de FIFA, que se celebró por primera vez hace unos días en Asunción del Paraguay, mostró al propio Tapia muy cerca de Infantino. E incluso hubo una foto en el partido de leyendas en la que se lo ve junto a Cristian Malaspina (secretario general de la AFA y presidente de Argentinos Juniors) y Alejandro Domínguez. Entonces era apenas una cuestión de tiempo que la Conmebol le quitara la confianza al brasileño Rodrigues y se la devolviera a Tapia.
El presidente de la AFA, además, hizo hace un par de años una movida estratégica: ofrecerle a la FIFA un país para ser sede del Mundial Sub 20 del 2023. El torneo había perdido a su organizador, Indonesia, y precisaba reemplazarlo. La Argentina había quedado afuera del torneo ecuménico. Tapia, rápido de reflejos, consiguió la aprobación del gobierno de Alberto Fernández y el compromiso de los ministros de Economía (Sergio Massa) y de Deporte y Turismo (Matías Lammens) para que la Copa del Mundo pudiera desarrollarse sin problemas en el país. Además, en el último viaje del presidente de la FIFA (junio de 2023), Infantino visitó tanto la AFA como la cancha de Argentinos Juniors, que homenajea a Diego Armando Maradona. Lo hizo a pura sonrisa.
La traumática salida de Tapia de la FIFA en 2019
A mediados de 2019, y tras una Copa América en la que la AFA se sintió perjudicada, sobre todo, por el uso del VAR en la semifinal contra Brasil, el organizador, la Conmebol decidió “retirarle la confianza a Tapia” en la FIFA. Ocupaba el lugar del uruguayo Wilmar Valdez en el Consejo, que lideraba el presidente Gianni Infantino, quien se mantiene en su cargo hasta hoy.
“Si pensás todo eso de nosotros, amigo Chiqui, no tiene sentido que nos representes ante la FIFA. Has perdido nuestra confianza”. El venezolano Laureano González, vicepresidente primero de la Conmebol, fue el primero en sugerir que el presidente de la AFA cediera su silla en Suiza, adonde este había llegado luego de la renuncia del uruguayo Wilmar Valdez en octubre de 2018. Era un cargo interino (como ahora), destinado a ser moneda de cambio en cualquier conflicto. Colombia y Brasil apoyaron a Venezuela. Uno por uno, los demás países miembros de la Conmebol secundaron la moción de destituir a Tapia de su función con efecto inmediato, por “pérdida de confianza”.
“Lo único de lo que me arrepiento es haber hecho pública la carta”, dijo Tapia al comienzo de la reunión, convocada de urgencia luego del documento incendiario que el presidente de la AFA firmó (pero no redactó) el 3 de julio, luego de la derrota del seleccionado argentino frente a Brasil en una semifinal por la Copa América. Tapia redobló la apuesta y reafirmó las palabras de ese documento de seis páginas que enardeció a los presidentes de los asociaciones de los demás países y, también, al de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez. “Tapia no dio margen para nada. Vino a redoblar la apuesta”, contó uno de los asistentes a la reunión de entonces en la sede de la Conmebol, donde esperaban que el sanjuanino se arrepintiera de la publicación de la carta y de su contenido. Pero no ocurrió tal cosa.
Ahora, a casi seis años de aquel desplante de Tapia a la Conmebol, el dirigente de Barracas Central vuelve a lo más granado del concierto internacional. Lo hace como vigente campeón del mundo y de la Finalissima, y bicampeón de América. Lo hace, sobre todo, sin cartas incendiarias. Y sin ninguna oposición.