Oberá: un plan integral de obras públicas transforma la ciudad desde sus barrios
Por Redacción
En Oberá, el paisaje urbano está cambiando. A través de un ambicioso plan integral de obras públicas, la municipalidad impulsa mejoras sustanciales en infraestructura urbana, con un enfoque puesto en la accesibilidad, la educación, la conectividad y la calidad de vida. Las máquinas no se detienen y, detrás de cada tramo de vereda o espacio recreativo recuperado, hay una historia que habla de una ciudad que apuesta al desarrollo con una mirada inclusiva.
Barrio Stemberg: seguridad y acceso para la comunidad escolar
En el barrio Stemberg, las veredas comienzan a delinear un nuevo camino para los vecinos. Las calles Balcarce y avenida Yerbal Viejo, que hasta hace poco eran simples corredores de tránsito asfaltado sin infraestructura peatonal, ahora cuentan con veredas que no sólo embellecen la zona, sino que también aportan seguridad y funcionalidad.
El cambio es particularmente significativo para la comunidad educativa de la Escuela Nº 927. Antes, el acceso al establecimiento implicaba sortear calzadas sin protección, algo especialmente riesgoso para niños pequeños, padres y docentes. Con la construcción de veredas amplias y firmes, el trayecto se vuelve más accesible, seguro y cómodo.
“Es una obra que esperábamos hace mucho. Ahora los chicos no tienen que caminar por la calle, y eso nos da mucha tranquilidad a las familias”, cuenta Marcela, madre de dos alumnos que cursan en el turno mañana.
La intervención en Stemberg se inscribe en una lógica mayor: transformar no sólo la fisonomía de los barrios, sino también la experiencia cotidiana de quienes los habitan.
Veredas sólidas y accesibilidad en Villa Svea y Mousquere
La misma filosofía se trasladó a la zona donde confluyen Villa Svea y Mousquere, más precisamente en la Escuela Nº 788. Allí, la situación inicial era similar: veredas de césped, resbaladizas y en muchos casos inutilizables durante los días de lluvia.
Sobre la calle Goya, el municipio ejecutó una mejora integral que consistió en reemplazar esas veredas por estructuras firmes de hormigón, que se integran con el asfalto y el empedrado preexistentes. El resultado no sólo mejora la estética del entorno, sino que responde a una necesidad concreta: garantizar la circulación segura de los estudiantes en cualquier condición climática.
“Muchas veces los chicos llegaban con el calzado empapado o embarrado. Ahora es otra cosa”, señala Silvia, docente de la institución, mientras observa cómo sus alumnos caminan con mayor soltura hacia la puerta de entrada. La obra se complementa con intervenciones anteriores en la zona, que ya habían generado un impacto positivo en la conectividad barrial.
Bella Vista: un rincón para jugar y encontrarse
Mientras las veredas toman protagonismo en algunos barrios, en Bella Vista el acento se puso en la recuperación de un espacio vital: el área de juegos para niños.
La renovación del espacio recreativo trajo consigo la reinstalación de juegos, el reacondicionamiento de pisos y la incorporación de mesas y bancos de hormigón. Estas mejoras no sólo modernizan el lugar, sino que lo convierten en un punto de encuentro seguro, cómodo y pensado para el disfrute familiar.
El nuevo diseño paisajístico incluye zonas de sombra y sectores delimitados para distintas edades. Lo que antes era un terreno en desuso, hoy es un rincón vivo y vibrante que se llena de risas por las tardes.
“Se nota que pensaron en cada detalle, hasta los bancos están ubicados para que podamos vigilar a los chicos mientras juegan”, comenta Leandro, vecino del barrio, que suele llevar a sus hijos los fines de semana.
Terminal de ómnibus: orden y seguridad en la vía pública
Muy cerca de allí, en las inmediaciones de la terminal de ómnibus, otra intervención del plan integral busca mejorar la convivencia entre peatones y vehículos. Se pintaron nuevas sendas peatonales, se marcaron cordones y se reorganizó el tránsito para facilitar la circulación, sobre todo en horarios pico.
La zona, de alta circulación de familias y estudiantes, requería una intervención que no sólo ordenara el tránsito, sino que también ofreciera seguridad. La simple incorporación de señalética y pintura vial logró un impacto notable.
“Parece algo menor, pero marca la diferencia. Los autos ahora respetan más las sendas, y cruzar es mucho más fácil”, explica Graciela, empleada de un comercio cercano.