El matrimonio compuesto por Gloria Miriam Pedd y Miguel Ángel Benítez, de Fundación «Reto A la Vida», estuvo junto con el concejal Horacio Martínez, en el programa Cadena de Noticias, que se emite por la señal C6Digital. Hablaron acerca de la actividad que llevan adelante desde hace más de 20 años.

«Cuando llegamos al barrio en el 2003 era todo monte, con una sola entrada por la ruta, no habia el puente y hoy por hoy es una comunidad grande, podríamos llamarlo Comunidad Reto, a El Faro», comentó Benítez.
En tanto, recordó que en Misiones, la Fundación Reto comenzó en Eldorado, en el año 1994. «Ahí se abrió la primer casa, que todavía está. También hemos comprado ahí una propiedad bastante grande, de 9 hectáreas, donde hicimos la comunidad de los de los hombres, una casa de hombres, donde hay hoy en la actualidad casi 50 hombres y tres matrimonios que están apoyando la obra. Además también hay una iglesia pequeña, mucho más chica la que tenemos en Posadas, pero también que está trabajando con la comunidad», apuntó Benítez.

Además de Posadas y Eldorado, la Fundación tiene presencia en Aristóbulo del Valle desde hace ya varios años. Con un inmueble donde atienden a 50 hombres en la actualidad y con la asistencia de un matrimonio que está encargado de la obra. «La verdad que todos los días ahí hay mucha gente para internarse», observó.

Por su parte, Pedd relató que sus padres fueron los fundadores de la Fundación Reto en el país. Agregó que son originarios de Eldorado pero vivieron en Estados Unidos. «Y ahí recibieron un llamado para servir a Dios. Luego fueron a España, de donde es Reto. Ahí comenzaron con un matrimonio hasta que regresaron a la Argentina y empezaron acá con lo que habían aprendido», refirió.
Entre las obras que llevan adelante en el Centro de Rehabilitación de adicciones, la Fundación atiende desde el 2011 un Hogar de Niñas, donde están alojadas una veintena, todas judicializadas.
«Justamente llegó una nena una bebé de un mes y de alguna otra manera ellos entran con informes, hacemos una especie de guarderías en ese lugar. Nos llamó mucho la atención el día que llegamos a Misiones ver a muchos niños vendiendo en la calle, vendiendo flores, y un día bueno el Señor, Dios puso esa carga a nuestro corazón», expresó.

Según apuntó, se trata de un trabajo «que es completamente diferente a lo que estamos acostumbrados a hacer, Dios mandó la gente para trabajar con ellos». «Nos fuimos hasta Perú, a un hogar de niños también donde habían unos pastores amigos y así empezamos con el hogar de Niñas. Ya fueron muchas niñas también adoptadas y la verdad que le podemos dar esa contención familiar que cada uno necesita, orando también para que puedan conseguir una buena familia, que es lo que queremos», remarcó Benítez.
La Fundación cuenta con una panadería industrial donde elaboran productos que luego los comercializan a través de comercios.
Por su parte, el concejal Martínez manifestó que el Estado provincial y municipal «de muchas maneras pueden colaborar, de las más diversas». Con mandato hasta el 10 de diciembre, el edil propuso poner El Faro, como nombre a ese sector de la ciudad. «En reconocimiento al gran trabajo pastoral – comunitario que están haciendo. Y de todas maneras se puede colaborar, y se lo está haciendo desde mejorar las vías de acceso, el mantenimiento del arroyo cercano, en la naciente del Mártires», puntualizó.

En esta línea, Martínez destacó que la Fundación Reto a la Vida «se sostienen por su propio trabajo, con sus propios recursos, con mucho voluntariado». «Esto tiene que servir de ejemplo para mucha gente tiene ganas de empezar algo en su barrio, en su comunidad», aseveró.
Además, enfatizó que con la suma de voluntades se puede lograr mucho, «sin esperar el asistencialismo del Estado que a veces, por ahí, terminó desvirtuando, si se quiere, una misión tan noble como es la ayuda al prójimo».
En otro segmento de la entrevista, Pedd señaló que el pilar del matrimonio, -en marzo cumplirán 25 años de casados- «siempre fue orar juntos, tomar mate y leer la Biblia». «El saber equilibrarnos y ayudarnos, tener el ejemplo de nuestros padres. El tiempo en familia. No solamente tenemos dos hijos sino que también sentimos a las personas que están con nosotros. Los internos también son como nuestros hijos, nos interiorizamos por su situación, ver sus necesidades. No solo nosotros, sino también los otros matrimonios que están en el equipo», subrayó.

En este sentido, afirmó que es un internado «pero es una familia también».

Benítez, a su vez, dijo que de los 100 hombres que atienden en la Fundación, el 50 por ciento están rehabilitados y prefieren quedarse para ayudar a los internos desde su experiencia.
«No se trata de religión sino de relación. Llega un momento en que la persona está tan vacía que ya es impresionante lo vacío que están y ahí es donde no podemos hacer nada nosotros, donde no hay medicación que pueda llegar al corazón de la gente sino que Dios, a través de su presencia, pueda llegar a ellos. Y empiezan a vivir esta etapa de transformación. Dios no remienda, Dios transforma», sentenció Benítez.