Los préstamos bancarios en dólares al sector privado siguen en alza y el stock total ya desembolsado superó en los últimos días los US$15.000 millones (estaban en US$15.081 millones al pasado jueves), la mayor marca desde comienzos de septiembre de 2019.
Impulsados por la mayor liquidez en esa moneda que están recuperando los bancos a partir del desarme del cepo para la demanda de personas —treparon en unos US$1600 millones los depósitos privados en dólares desde que se liberaron esas compras, hace poco más de un mes—, y por una demanda de empresas que se mantiene muy sólida, alcanzaron de este modo su mayor nivel en casi seis años.
“Ya encadenaron 15 ruedas consecutivas de suba al 15 de mayo desde el 11 de abril, día previo a la apertura del cepo. Los incentivos para tomar préstamos en dólares se reinstauraron, luego de que se pausaran en marzo y la primera quincena de abril, producto de las dudas que habían surgido sobre la sostenibilidad del viejo esquema en la víspera del acuerdo con el FMI», coincidieron en observar desde Porfolio Personal Inversiones (PPI).
De esta manera, se confirma el círculo virtuoso que, gracias a estas condiciones, se está verificando en lo que podría denominarse el “submundo dólar” del sistema financiero local, como había anticipado LA NACION.
Se trata de un fenómeno que ya se había registrado meses atrás, luego de que el blanqueo de capitales hiciera saltar de US$18.700 millones a US$33.500 millones el stock de depósitos privados en esa moneda bajo administración de los bancos, dotándolos de un muy holgado nivel de liquidez.
Fue el combustible que hizo que, en cinco meses (de octubre de 2024 a febrero de 2025), la colocación de préstamos en dólares (básicamente a empresas) creciera a un ritmo de US$1280 millones por mes, mientras que otras firmas obtenían financiamiento por US$2810 millones mensuales mediante la colocación de papeles de deuda (obligaciones negociables) en el mercado local.
Y eso ahora se repite, tomando en cuenta que la masa de préstamos en dólares ya colocados se amplió en unos US$1000 millones desde la apertura del cepo, en solo 21 jornadas hábiles, lo que los ubica apenas 10% debajo del máximo cercano a los US$16.600 millones alcanzado en agosto de 2018.
Esto sucedió aun cuando la financiación de consumos en dólares —que explicaban un 10% del stock total hasta el año pasado y hoy representan menos del 5%— cayó más de un 10%, debido a que se mantiene la recarga impositiva a consumos con tarjetas de crédito, lo que hace que se necesiten más de $1500 para cancelar cada dólar gastado por esta vía.
Al mismo tiempo, se liberó la demanda minorista (hoy accesible a un promedio de US$1162,22), lo que lleva a que este tipo de préstamos automáticos se cancelen cada vez más con dólares comprados legalmente por home banking.
En los bancos admiten que la demanda de crédito en moneda extranjera por parte de las empresas, básicamente para prefinanciar operaciones de comercio exterior, se mantuvo muy activa en los últimos meses. En todo caso, los que habían racionado la oferta a los clientes más fieles fueron las propias entidades, cuando el stock de depósitos en dólares se derrumbó en unos US$4500 millones por retiros destinados a otros tipos de inversiones, en general, con las divisas blanqueadas.
“El único momento en que las empresas frenaron solicitudes fue en las dos semanas previas a la salida del cepo, cuando ya se sabía que habría en breve una modificación de la política cambiaria y se temía que ello derivara en un salto del dólar”, reconoció un ejecutivo de un banco privado líder.
Fuera de ese momento, la demanda de crédito en dólares siguió firme. En el sistema financiero creen que la dinámica actual continuará, porque están dadas las condiciones generales para que así sea.
“Los bancos seguimos muy líquidos en dólares y no está lejos la posibilidad de que accedamos a fondeo externo en las condiciones necesarias como para transformarlo luego en crédito local, de necesitarlo, si —como parece— retoma la tendencia a la baja la tasa de riesgo país y Argentina recupera la calificación de mercado de capitales emergente, algo que podría ocurrir desde el mes que viene”, explicó un ejecutivo responsable de crédito de un banco privado de capitales extranjeros, antes de confesar que ya está gestionando esa posibilidad ante su casa matriz.
Hoy, las líneas financieras del exterior, que en los ’90 y durante los años 2016, 2017 y parte de 2018 —hasta la corrida que frustró los planes de la administración Macri— tuvieron gran protagonismo, apenas explican menos del 7% del stock de crédito ya colocado en la plaza local.
La expectativa está puesta, además, en el impacto que pueda tener en el sistema el denominado “plan canuto”, en el que trabaja el Gobierno para que se sumen a la circulación monetaria los dólares resguardados en “colchones”.