Misiones
Un informe muestra cuánto podrían mejorar los aprendizajes si se utiliza mejor la inversión educativa
El informe “Eficiencia de la inversión educativa provincial en Argentina”, elaborado por Argentinos por la Educación junto con Fiel, analizó la capacidad de las provincias para transformar los recursos educativos en aprendizajes efectivos. El estudio toma como base los desempeños de los alumnos del sector estatal en las pruebas Aprender 2023 de sexto grado en Lengua y Matemática, y los cruza con el esfuerzo presupuestario que cada jurisdicción realizó entre 2012 y 2023. La comparación permite estimar la eficiencia de cada provincia en el uso de sus recursos. Misiones, según el informe, registró un 36% de estudiantes con aprendizajes satisfactorios y un esfuerzo presupuestario de 0,65.
El documento fue elaborado por María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén (Argentinos por la Educación) e Ivana Templado (Fiel), y destaca que algunas provincias podrían mejorar hasta 52 puntos porcentuales sus resultados sin necesidad de incrementar el presupuesto, únicamente optimizando el uso de los recursos ya disponibles.
“Dados los mismos recursos se pueden lograr mejores resultados educativos. Sin embargo, con niveles de logros generales tan bajos, acercarse a la frontera de eficiencia no implica que el nivel absoluto de aprendizaje sea aceptable; sólo indica que, con los insumos actuales, para hacerlo mejor es necesario cambiar cuestiones más de fondo”, explicó Ivana Templado, economista e integrante de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas.
Para estimar la eficiencia, el estudio utilizó un modelo DEA (Análisis Envolvente de Datos), que permite evaluar cómo cada provincia convierte el esfuerzo presupuestario por alumno en resultados concretos. En ese ranking, Cava, Córdoba y Formosa aparecen como las jurisdicciones más eficientes, mientras que Chaco, Catamarca y Tucumán muestran mayores dificultades para transformar el gasto educativo en aprendizajes.
Además, el informe incorpora un índice de eficiencia ajustado por recursos físicos disponibles, como conectividad, equipamiento, jornada escolar, cantidad de alumnos por cargo docente y porcentaje de suplencias. En ese análisis, Misiones se ubica con una eficiencia del 91%, junto a Chubut, Córdoba y Cava. Este porcentaje indica qué tan bien logra la provincia utilizar su infraestructura escolar para generar aprendizajes, aunque no modifica el dato base: el 36% de los alumnos alcanzó los niveles esperados en Lengua y Matemática.
También se incluye un análisis estadístico sobre variables contextuales no gestionables directamente por las provincias. Se evaluó cómo inciden tres factores en la eficiencia educativa: la dependencia de recursos nacionales, el peso del sector educativo privado y la ruralidad. Según este modelo, las provincias que dependen más de fondos nacionales tienden a mostrar niveles más bajos de eficiencia.
“Con frecuencia, las discusiones sobre política pública se reducen a una falsa dicotomía entre más o menos Estado, sin considerar lo más importante: la calidad del Estado y su capacidad para transformar recursos en resultados. Estudios como este permiten pasar del debate ideológico al análisis empírico”, indicó Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva en Fundar.
De igual forma, Javier Curcio, investigador del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA – Conicet), destacó que “el análisis realizado constituye un aporte central para mejorar la asignación de los recursos en busca de favorecer resultados educativos que promuevan la calidad y equidad en el sector”. Y agregó que es necesario fortalecer el rol de los tres niveles de gobierno en el financiamiento de la educación.
Por su parte, Alejandro Morduchowicz, especialista en planeamiento y políticas educativas, señaló: “En Argentina casi no hay estudios sobre la eficiencia del uso de los recursos en educación. Recordemos que esto implica la posibilidad de hacer más con lo mismo. Se trata de que cada peso invertido cumpla su objetivo: mejorar la educación”.
El informe concluye que no basta con aumentar el presupuesto para mejorar los aprendizajes. También es clave revisar cómo se utilizan los recursos ya existentes -docentes, infraestructura, tiempo escolar y asignaciones- para lograr mejores resultados educativos en todo el país.
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