Para intentar frenar la polémica sobre la difusión del Plan de Inteligencia Nacional (PIN), el Gobierno reconoció la existencia del programa que da lineamientos a la SIDE, pero rechazó que el mismo esté dirigido a perseguir opositores, periodistas o «adversarios políticos».
Luego que trascendiera el nuevo plan de la Secretaría de Inteligencia del Estado sobre los lineamientos estratégicos que llevará a cabo durante los próximos meses, que incluiría supuestas tareas de espionaje interno sobre quienes busquen «erosionar» la confianza de la opinión pública, desde máximos niveles de gobierno amenazaron, además, a los medios que lo difundan con el argumento que se trataría de «un delito federal» por vulnerar las normativas que rigen la inteligencia en Argentina.
Este domingo La Nación dio a conocer este plan que, según lo publicado, abriría la puerta a tareas de espionaje interno a quienes busquen «erosionar» la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios y quienes generen una «pérdida de confianza» en las políticas económicas del Gobierno. Es decir, este programa podría ir contra periodistas, economistas, académicos y cualquier otro que cuestione las medidas del presidente Javier Milei y sus ministros, quienes en las últimas semanas han insistido con la necesidad de «odiar más» a los trabajadores de prensa que no están alineados al Gobierno.
Sin embargo, un comunicado de la Oficina del Presidente publicado en la tarde de este domingo sostiene que «este el primer gobierno en décadas que ha tomado la decisión política de no utilizar la SIDE para perseguir opositores, periodistas y adversarios políticos».
Y agrega: «El Presidente Javier Milei ordenó reconstruir el Sistema Nacional de Inteligencia, destruido en anteriores administraciones en su afán de saldar internas políticas abusando de sus recursos».
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