No tiene nombre, no recuerda un pasado, se comunica en un lenguaje incomprensible. Pero escondidos entre su ropa usada había 150 dibujos, mapas y fotos de lugares que pudo haber conocido y que pueden contener la clave de su misterio.
El hombre en cuestión, una persona sin hogar que vive en la zona de la estación Términi de Roma, fue asistido diez días atrás por los servicios sociales del Ayuntamiento de la capital italiana, que decidió llevar este caso a «Chi l’ha visto?» («Quién lo ha visto»), el legendario programa de televisión de la RAI 3, que se ocupa de casos de desaparición, cuestiones sin resolver y misterios por resolver con la ayuda de los espectadores. Esperaban así poder darle un nombre a esa cara y una explicación a esos dibujos.
El vagabundo vivía entre sus harapos, en la calle, sin reparar en las ratas que lo rodeaban, pero que no le hacían daño, sus únicas compañeras en la vida durante quién sabe cuánto tiempo.
Alguno de los dibujos que tenía en su ropa (Captura de tv).
Alguien le había apodado Mickey Mouse por aquellos ratones que se habían convertido en amigos. Llevaba consigo lo que podía ser la clave de su secreto: 150 maravillosos dibujos que incluso lo protegían del frío y que retratan interiores, ordenadores, escritorios, televisores, mapas detallados de lugares, tal vez familiares, acompañados de palabras y números incomprensibles. Y con una fecha que aparece a menudo: 1993.
No pudo decir su nombre a los trabajadores sociales, quienes poco a poco se ganaron su confianza a pesar de su lenguaje incomprensible. Fueron ellos quienes lo llevaron al hospital, donde sufrió una primera metamorfosis: los sanitarios lo limpiaron y lo alimentaron, y finalmente confió y se entregó a los cuidados de alguien.
Comió y mostró gratitud por la comida que le dieron. La concejala de Políticas Sociales, Barbara Funari, quiso llevar esta historia a «Chi l’ha visto?» para ver si alguien conocía ese rostro del hombre sin hogar, de 1,90 metros de altura.
Ordenadores, escritorios, televisores, mapas detallados de lugares, maravillosos dibujos que tenía (Captura de tv).
Esperaba que acaso lo podía ver un amigo, un pariente, un conocido y destrabar el misterio.
Su mamá lo reconoció
«Es un chico con una edad aparente de 35/40 años (explicó la concejala Funari, entrevistada en la TV). Tiene problemas de salud mental y dificultad para hablar. En los últimos días, gracias a la ayuda de un mediador ruso-parlante, dijo algo. Por ejemplo, que ahora está bien porque por fin come».
Y gracias a la emisión de RAI 3 y al llamamiento de la concejala, la buena noticia parece estar en camino: en la página de Facebook de «Chi l’Ha visto?» aparecía días después un posteo que decía: «Caso resuelto».
Otro de los increíbles dibujos que llevaba (Captura de tv).
Funari, satisfecha: «Decidimos intentar este camino también para devolverle una identidad y, con ella, una parte fundamental de su dignidad. Una identidad que también es necesaria para poder seguir brindándole la atención que necesita, junto con los servicios deasistencia del Municipio Roma I Centro, en sinergia con la Policía de Roma Capital y todas las fuerzas del orden ya implicadas en el caso».
«Un agradecimiento especial a todos los ciudadanos que, sin duda, han demostrado tanta solidaridad con este hombre», completó sin más detalles.
Y el milagro se produjo.
Hubo cientos de llamadas y mensajes al programa de gente que creía reconocer al indigente entre unos jóvenes desaparecidos en el extranjero, pero las comprobaciones realizadas por la policía descartaron todas las hipótesis.
Hasta que el pasado miércoles 21 de mayo, llegó un correo electrónico: «Soy la madre de ese muchacho, no lo he visto en cuatro años».
La mujer se encontró con unas publicaciones en redes sociales, reconoció los escritos y dibujos realizados por su hijo: “Definitivamente es él”, dijo.
Las verificaciones realizadas por los Carabineros y el consulado de Lituania en Roma pudieron confirmar la identidad del hombre, de 35 años.
La foto que su madre mostró de él (Captura de tv).
Al día siguiente el hombre recibió un documento de identidad temporal. Sigue hospitalizado y aún no hay certeza sobre su futuro.
El muchacho, efectivamente proviene de Lituania y desapareció hace cuatro años de su país. No se sabe donde vivió todo ese tiempo y ahora estará bajo tratamiento hasta que esté recuperado y no se dará conocer su identidad porque así lo pidió su madre.
El siguiente final feliz que todos esperan es que se recupere y pueda volver a su patria junto a su madre. Por lo pronto ya no es un desaparecido. Y aunque no lo sepamos tiene un nombre y un apellido. Y una madre que lo buscaba desde hace cuatro años.
Agencia ANSA y propio.
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