Ya había comenzado la semifinal en un Nuevo Gasómetro colmado. San Lorenzo se jugaba la vida ante Platense. Iban un puñado de minutos del primer tiempo y la atención de todos estaba puesta sobre lo que pasaba en el partido. Sin embargo, en los pasillos del Bidegain pasaba algo que nadie vio.
¿Qué pasó? Una camioneta 4×4 ingresó por el playón. Se estacionó y de ella bajó Marcelo Moretti, el presidente en uso de licencia mientras la Justicia lo investiga por presunta coima de 25 mil dólares para fichar a un juvenil a las Inferiores.
Moretti llegó sin que nadie lo esperara, acompañado por un grupo de hombres de seguridad. También llevó con él a uno de sus hijos. Subió al segundo piso e intentó ingresar al palco presidencial, donde estaba el grueso del oficialismo. Pero no fue bien recibido.
Ante el asombro de todos, algunos no sabían cómo reaccionar. Si dejarlo pasar o no. Los que actuaron fueron Martín Cigna, secretario general del club, y Julio Lopardo, vice 1° en uso de la presidencia. Ambos lo invitaron a retirarse. Hubo discusiones. “¡Traidores!”, los señaló Moretti.
San Lorenzo fue eliminado en semifinales.
Foto: EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
El presidente se fue para evitar confrontaciones y un clima aún más espeso. Pero buscó refugio en la zona baja. En la sala de prensa para poder ver desde allí el partido. Sin embargo, por orden de la dirigencia tampoco pudo permanecer en ese sector y finalmente desistió y se fue de la cancha.
Todo esto mientras el equipo se jugaba el pasaje a la final. Un San Lorenzo que hasta en los momentos más importantes no tiene paz interna.