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El complejo deportivo Ian Barney I fue escenario, el pasado fin de semana, de una intensa y emotiva velada boxística que convocó a cerca de 300 personas, marcando un nuevo impulso para el deporte en la ciudad.
Fiscalizado por la Federación Argentina de Boxeo (FAB), el evento contó con combates entre púgiles federados de Misiones y Corrientes, y se vivió con un clima de entusiasmo y compromiso tanto arriba como abajo del ring.
A pesar de no tratarse de una fecha de cobro —un factor que suele incidir en la convocatoria— el público respondió masivamente, colmando las instalaciones y alentando de forma constante, algo que, según los organizadores, “no se escuchaba desde hace mucho tiempo”.
“Fue una noche muy agradable y emotiva, participó mucha gente, y es un placer poder organizar un evento de estas características. Ya estamos planificando llevar el boxeo a los barrios y trabajar más cerca de la comunidad”, expresó Juan Arandas, referente de la organización y entrenador local, quien además adelantó que ya se proyecta una nueva velada para el mes de julio.
La jornada transcurrió con normalidad en la mayoría de los combates, aunque hubo algunos contratiempos. Nazarena Carvallo, alumna de la academia local, no pudo subir al ring debido a que su rival presentó un peso de 59,600 kg cuando el combate estaba pactado en 54 kg. En su lugar peleó Yoselín Carvallo, quien cayó por puntos en un fallo muy discutido. Juan Carlos Batista, también de la academia integral de boxeo, fue otro de los representantes obereños que perdió su combate por puntos.
Más allá de los resultados, el evento tuvo un fuerte componente solidario: lo recaudado será destinado a la compra de equipamiento para los entrenamientos. Según detallaron, tras cubrir los costos de fiscalización, alquiler del ring y otros gastos logísticos, quedaron disponibles 300 mil pesos. Un dato no menor es que varios elementos como las sillas, la seguridad y la premiación fueron aportados por el municipio, con la colaboración del área de Juventud a cargo de Francisco Kempski.
Arandas aprovechó la ocasión para anunciar que se encuentra impulsando la creación de una asociación o comisión que permita regular los costos de fiscalización y fomentar una mayor frecuencia de eventos. “Hoy nuestros chicos llegan a un campeonato con una o dos peleas previas, mientras que en otros lugares tienen 10, 15 o hasta 20. Es una diferencia enorme. Si seguimos contando con el apoyo del municipio, pronto vamos a tener muchos campeones”, aseguró.
El entrenador también destacó la función social del boxeo: “Tenemos muchos chicos de barrios carenciados. Yo me encargo de pagar la cuota de varios, pero la demanda es cada vez mayor. De todas formas, seguimos adelante con esta disciplina que crece día a día”.
Desde la organización agradecieron al intendente, al público, a los medios de comunicación y a cada persona que contribuyó con su presencia o colaboración. La noche del boxeo en Oberá no solo dejó combates memorables, sino también un mensaje claro: el boxeo misionero está de pie y quiere más.
