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Hay series que marcan un antes y un después en el público, y que, a pesar del paso del tiempo, todavía conquistan a nuevas generaciones. Además de la trama que las envuelve, los personajes se ganan rápidamente el cariño del público; y esto ocurrió con Dirk Benedict, el galán de Brigada A -la ficción estadounidense que se emitió en la pantalla chica entre 1983 y 1987- que cumplió 80 años el 1 de marzo.
En la ficción dirigida por Mike Post y Pete Carpenter, el actor estadounidense se puso en la piel de Templeton ‘Faceman’ Peck o simplemente Faz, un estafador y ladrón que se une al equipo de Hannibal Smith (interpretado por George Peppard) para realizar misiones y ayudar a personas inocentes.
‘Faceman’ era conocido por su carisma, su habilidad para estafar y su capacidad para obtener lo que necesitaba sin recurrir a la violencia. Como era el “hombre de la cara bonita”, siempre lograba convencer al resto del equipo que hicieran lo que él quería. Fue tal el éxito que alcanzó que formó parte durante cuatro temporadas de la tira que giraba en torno a un grupo de excombatientes de la guerra de Vietnam que, acusados injustamente de un delito, se veían obligados a vivir como fugitivos.
Pero si bien fue aquel papel el que lo catapultó a la fama, no fue el único en el que se destacó. Años antes, interpretó al personaje Lieutenant Starbuck, un piloto de caza Viper, en Galáctica: estrella de combate (1978-1979), la cual narra la historia de la supervivencia humana después de que una raza de robots, los Cylons, destruyen las Doce Colonias, dejan a la humanidad en la ruina y a una flota de supervivientes en búsqueda de un nuevo hogar.
Después de haber sido el galán de Brigada A, Dirk no participó de producciones de televisión o del cine que alcanzaran el mismo nivel de popularidad que su personaje Templeton ‘Faceman’. Además, formó parte de algunos proyectos dentro de la industria del entretenimiento, como apariciones en programas de entrevistas, reality shows y convenciones de fanáticos.
Su última aparición pública fue en 2019, en la Winter-Con en la ciudad Nueva York (Estados Unidos).
Uno de los hechos más trascendentales de la vida de Benedict fue su larga lucha contra un cáncer de próstata, enfermedad que transitó a los 30 años y de la que habló en profundidad en su primer libro, Confessions of a Kamikaze Cowboy (Confesiones de un Cowboy Kamikaze), publicado en 1987. “Solo estoy orgulloso de dos cosas en mi vida. Una, mis hijos; la otra, mi primer libro”, comentó en aquel entonces.
En su obra relata cómo se aisló en una cabaña en el norte de Estados Unidos, abandonó los tratamientos médicos convencionales y optó por una dieta macrobiótica extrema. Esta decisión lo llevó a un viaje de autodescubrimiento y transformación física, ya que perdió una cantidad significativa de peso en el proceso.
La música, su primer amor
Aunque fue la ciencia ficción la que lo llevó a ser reconocido mundialmente, su primer amor fue la música. Estudió en el Whitman College, de Washington, donde alternó también con clases de interpretación; y más tarde inició una búsqueda urgente de papeles en el teatro musical.
“Todo lo que siempre quise ser fue un actor de teatro. Alguien me puso en la televisión porque me vio en el escenario”, comentó Benedict, en una entrevista para Biography.
