Cristian Ritondo estuvo poco más de una hora cenando un bife con ensalada en la quinta de Olivos, mientras escuchaba hablar a Javier Milei frente a una presa de pollo con arroz. Aunque no había testigos, esa noche el Presidente dijo las mismas cosas que suele decir cuando está frente a un micrófono. En su encuentro con el avezado armador de Pro, Milei habló de economía. Solo en un pasaje se pasó al tópico que lo aburre: “Tenemos que ir juntos en la provincia para ganarle a (Axel) Kicillof”. Listo.
Esa cena con Ritondo y unos mensajes de WhatsApp intercambiados con Mauricio Macri -en los que Milei volvió a decirle “Presi” a su antecesor- fueron suficientes para reacomodar el tablero de la centroderecha argentina y consolidar la rendición de Pro. Cuatro días después de la bestial campaña libertaria contra el macrismo en la Ciudad, el Presidente cerró el acuerdo con los amarillos que necesitaba para empujar la ola en la elección bonaerense provincial y llegar más fortalecido a los comicios de octubre.
Milei no es, ni quiere ser, un operador político curtido. Cuando hay conflicto, él prefiere mirar para otro lado; no intervenir. Pero en el último tiempo, La Libertad Avanza (LLA) se venía ahogando en su propio caos de peloteras internas. Y el Presidente (bañado en el poder que dan los triunfos en las urnas) se puso en conductor y ordenó su espacio, con un par de gestos, frases públicas y mensajes por celular.
Es que, luego del sonoro triunfo de Manuel Adorni, el sector que responde a Karina Milei se había agrandado. Los armadores de LLA que responden a Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja creyeron haber demostrado que alcanza con el color violeta y la intuición política de la de la secretaria General de la Presidencia para ganar cualquier contienda. La pata territorial libertaria osó prescindir de todo: no solo de un acuerdo con Pro, sino también de integrar a la facción tuitera-juvenil de Las Fuerzas del Cielo que responden al consultor Santiago Caputo, Agustín Romo y Daniel Parisini (Gordo Dan).
Pero vino Milei y dijo que habrá alianza con Pro. El Presidente también dejó en claro que él quiere unido a su “Triángulo de Hierro”. Si bien revalidó a su hermana como “El Jefe” y hasta mandó un sutil mensaje al llamarla “arquitecta” -una palabra que antes él reservaba para Caputo- también dejó en claro que a su asesor estrella lo quiere sentado en la mesa de campaña como estratega y gurú. Además, el jefe de Estado sentenció que los armadores territoriales de LLA tendrán que integrar a las listas a la juventud de Las Fuerzas del Cielo. “Van a tener que convivir”, le advirtió Milei a un colaborador de su confianza, días atrás en Olivos. Por último, el Presidente refrendó que su candidato estrella será José Luis Espert.
Hasta ahí llegó el mandato presidencial. En la práctica, por ahora, no se conformó una mesa de campaña integrada por los distintos actores en la provincia de Buenos Aires. El único armador validado por Karina -mal que les pese a los jóvenes de Las Fuerzas del Cielo- sigue siendo Pareja. Y aún hay pendiente una larga negociación con Pro para definir muchas cosas: desde cómo se llamará el frente hasta qué lugares ocupará cada uno en las nóminas. Toda la líbido estará puesta en la primera y en la tercera sección electoral, las batallas más significativas porque allí el kirchnerismo es fuerte.
Aunque en el espectro liberal todavía hay barullo interno (y todos avizoran un sinfin de reyertas por los lugares en las listas), el Gobierno está a años luz del peronismo, que esta semana volvió a discutir el desdoblamiento de los comicios que decretó Kicillof, entrampado en una máquina del tiempo que siempre tira para atrás.
La era de la intolerancia
El triunfo de Adorni (a quien Milei entronizó como su candidato-intérprete) dotó de poder al Presidente para dominar a Pro. Pero la revalidación en las urnas (más simbólica que numérica, porque a LLA lo votó el 30% de la mitad de los porteños habilitados para sufragar) también generó otro efecto: nunca se había visto al Presidente tan porfiado e intolerante con el que piensa distinto. En LLA, apenas Milei muestra el puño, sus tropas ven la luz verde para hacer proliferar mensajes de odio contra los enemigos de turno.
Hubo varios blancos de hostigamiento en los últimos días. Desde Ricardo Darín hasta Lali Espósito, pasando por el periodista de LA NACION Hugo Alconada Mon. En una diferenciación conveniente entre primos, Milei evitó darle la mano a Jorge Macri en el Tedeum del 25 de Mayo. Pero también le quitó el saludo a Victoria Villarruel. Y eso alcanzó para que los mileístas fanáticos volcaran un balde de barro sobre la vice “para que se entienda por qué ella se merece el desplante”. Los libertarios apuntaron a Villarruel por la casa en la que vive, por los asesores que contrata y hasta por su imagen física. Se les escapó el gesto político más fuerte que ella dio en las últimas horas, cuando se reunió con el intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos. Es el jefe comunal al que Milei le había ofrecido ser su candidato a gobernador en 2023, pero este apoyó a Sergio Massa.
#Chivilcoy: El intendente @BritosGuillermo recibió en su despacho a la vicepresidente de la Nación, @VickyVillarruel https://t.co/D4QT2AWz7Y@MuniChivilcoy pic.twitter.com/ADVAM2Yots
— Más Noticias (@masnoticias_ok) May 30, 2025
La foto con Britos es un gesto defensivo de la vice, que aunque quiera rearmar su carrera política difícilmente encarne una alternativa propia en este turno electoral. “Una cosa es querer ser presidenta y otra es conspirar para ser presidenta. Los Milei instalan que ella es esto último”, analizó alguien que conoce muy bien la historia del Presidente y su vice.
La intolerancia de Milei también se observa en pequeños detalles de su rutina. Hace semanas que el Presidente evita hacer contacto visual con la prensa acreditada en la Casa Rosada, que a partir de una resolución de Adorni deberá revalidar credenciales bajo un nuevo y estricto reglamento. Hace poco, el Presidente, muy enojado con el periodismo, solicitó que una fila de nueve granaderos se interpusiera ante la mirada de los cronistas para impedir que se viera su ingreso a la sede de gobierno por la explanada de la calle Rivadavia.
Y el último martes hubo una jornada en la que la mayoría de los pasillos y patios internos de Balcarce 50 estuvieron vallados y encintados, con personal de Casa Militar impidiendo el paso. El operativo se justificó por la visita del secretario de Salud de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr. Pero se sostuvo mientras Milei le daba una “clase magistral” a los diputados de LLA con una pizarra y fibrones de colores en el Salón Islas Malvinas, en la planta baja del edificio. Como la sala está vidriada, se colocó un banner para que nadie pudiera ver al jefe de Estado desde afuera.
Aunque logra instalar bombazos de conversación digital con temas como las empanadas de Darín, el Gobierno estuvo más a la defensiva con otras demandas que se impusieron desde la calle, como el reclamo de los colectivos que velan por las personas con discapacidad o la protesta de los médicos del Hospital Garrahan. Con ambos conflictos la gestión de Milei tomó la misma tesitura: no hay sensibilidad que supere a la motosierra. No hubo un peso más para ninguna de las dos demandas bajo el argumento de que el problema es la administración de los recursos. Hay “demasiado personal administrativo” en el caso del Garrahan y “pensiones mal otorgadas” en el caso de la discapacidad. No hubo respuestas puntuales a los reclamos. “Es un problema estructural, no vamos a poner parches”, fue la respuesta de los funcionarios.
A la Casa Rosada, en tanto, le creció un frente sigiloso en el plano institucional. La oposición en Diputados presiona para integrar la Auditoría General de la Nación (AGN) con una composición que podría darle la mayoría al peronismo y en el Senado se habilitó el debate de proyectos para ampliar la Corte Suprema por fuera de los planes que tiene la Casa Rosada para poblar el Poder Judicial.
💫NUEVA PROGRAMACIÓN DE PAKA PAKA A PARTIR DE JULIO💫
¡Prepárense para una aventura totalmente renovada en Paka Paka! Después de meses de mucho trabajo, llega una nueva programación pensada para divertir, sorprender y acompañar a chicos de hasta 12 años … sin bajada de línea… pic.twitter.com/ZLty5dfYzs
— Paka Paka (@PakaPakaArg) May 22, 2025
Por último, el Gobierno sumó el problema menos pensado: Paka-Paka. Los referentes tuiteros que trabajan en la Casa Rosada bajo el ala de Santiago Caputo y Juan Pablo Carreira (Juan Doe) vienen, hace más de un año, moviendo piezas para dar la batalla cultural desde el canal estatal infantil y evitar su cierre. Lograron colocar como director de la señal a “Wally” Gómez y ubicaron como asesor de programación a otro joven libertario, Jeremías Rucci. Todo marchaba de acuerdo al plan: iban a colocar a Gokú, el protagonista de Dragon Ball, en el canal identificado con Zamba y creado por el kirchnerismo. Pero cuando la emisora anunció su nueva programación e incluyó a la tira de doctrina libertaria Tuttle Twins (que ensalza a Milton Friedman y demoniza a Karl Marx) se desató una polémica que puso todo en duda.
Hasta ayer, aún no se habían firmado los últimos expedientes de compra de derechos de Dragon Ball y Tuttle Twins. El viernes, tal como publicó LA NACION, fuentes oficiales señalaron que “la programación está en permanente revisión” y que la idea es privatizar el canal. Todo fue tan desprolijo que en el video de lanzamiento de la nueva grilla de Paka-Paka aparecieron tres reconocidos físicos a nivel mundial: el profesor e investigador José Edelstein (radicado en España), el astro de la física teórica Juan Maldacena y el popular divulgador Javier Santaolalla. El uso de su imagen fue sin autorización y sugirió que el prestigioso trío tendría un programa propio. Pero en rigor sólo fueron entrevistados una vez y ahora podrían pedir que el ese programa no se emita.
Aunque en los papeles Paka-Paka y el resto de los medios públicos dependen de Adorni, la trama del canal infantil a él le pasó por el costado. El futuro del vocero presidencial y legislador porteño electo sigue siendo incierto. Todos dan por hecho que asumirá en la Legislatura siguiendo el mandato de las urnas. Pero nadie cree que vaya a estar sentado en su banca durante cuatro años ¿Le asignarán los Milei un puesto mayor? En el firmamento oficialista hay quienes especulan con que, si a LLA le va muy bien en las urnas, ya no será necesario conservar un ala dialoguista como la que encarna el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Ahí sí, podría abrirse la era del “vamos por todo” y de la intolerancia nacional.