Hasta comienzos de mayo las terminales automotrices aumentaban sus precios de manera periódica, con nuevas listas que solían incorporar, en mayor o menor medida, lo que había pasado con la inflación y con la cotización del dólar durante el mes anterior.
Esa dinámica se cortó de manera abrupta hace un mes, tras la intervención del ministro de Economía, Luis Caputo, cuando advirtió a una automotriz en particular -Stellantis- y también al sector en su conjunto con utilizar “herramientas” para “defender a los consumidores”.
Caputo había salido al cruce de un rumor que afirmaba que Stellantis se disponía a subir sus precios 3,6%, casi a la par (aun así, por debajo) de lo que había sido la inflación del mes de marzo. “Si fuera cierto, sería un cambio en la relación de confianza construida con esta industria”, dijo el ministro en su cuenta de la red X.
Desde Stellantis le respondieron de inmediato que no era así y el ministro lo retuiteó. Y aquel mismo día otra automotriz, Ford, salió a decir que no iba a subir sus precios y el ministro también publicó la novedad en su cuenta.
La presión personal del ministro a las dueñas del negocio automotor en el país (tienen más de 90% de la comercialización de vehículos cero kilómetro) surtió efecto: el mes pasado finalmente hubo aumentos, pero no pasaron del 1,8%.
Punto para Caputo: tras una devaluación del peso del 8% a la salida del cepo, con una inflación en marzo de 3,7% y de 2,2% en abril, el mes pasado puso en caja a las automotrices con incrementos que en promedio apenas superaron 1%. Eso, sin contar los crecientes descuentos que están aplicando las concesionarias en la modalidad de “incentivos” o premios a las ventas, que pueden rozar descuentos de hasta 10%.
Ahora, con el inicio de junio, comienzan a verse nuevos incrementos en las listas, todavía en niveles que apuntan a quedar por debajo del radar del ministro de Economía.
Ya son tres las automotrices que enviaron a sus redes de concesionarios nuevas listas de precios, con incrementos promedio que oscilan entre 1,2% y 2%.
Ford, la única automotriz que el mes pasado había mantenido sus precios sin cambios, aplicó un aumento promedio de 2%.
La marca del óvalo fabrica en su planta de General Pacheco la Ford Ranger, cuyos precios de lista subieron 1,3%. En el caso de un modelo importado como la Ford Territory (de origen chino), la variación de precios va de 0% para la gama de entrada hasta 4% para la versión full (Titanium).
General Motors, que el mes pasado había subido su lista 1,5% subió en promedio 1,2% sus precios este mes, con las versiones de entrada del Chevrolet Onix en casi 26,7 millones de pesos (el mismo precio para la gama de entrada del modelo Spin). Hace un mes, esos mismos modelos estaban en casi $26,4 millones (1% de aumento).
Toyota, que el mes pasado había incrementado sus precios 1,4%, aplicó para junio una suba promedio de 1,9%. Su modelo más económico y el más vendido del mes pasado, el Yaris, quedó en 25.261.000 pesos para la versión de entrada (XS) y el que le sigue (CVT), pasó a $28 millones.
A lo largo de la semana irán difundiendo sus listas otras marcas muy vendedoras como Renault, Volkswagen y Stellantis, entre otras. Y en algunas concesionarias de modelos importados (grupo Antelo, por ejemplo) también comenzará la oferta de autos chinos electrificados, a precios que rozan los $35 millones como parte del cupo especial de unidades que ingresarán sin aranceles. Otra medida del Gobierno destinada a achatar los precios.