La frase del ministro Luis Caputo encierra el núcleo de una de las principales apuestas del gobierno.
Dijo el titular de Economía: «La balanza energética de acá a cinco años va a ser tan importante como la del agro hoy y… va a ocurrir algo parecido con las exportaciones mineras, que van a despegar en los próximos seis años con otros US$30.000 millones».
Mientras tanto, los datos del comercio exterior indican que las exportaciones crecen algo por encima del 3% mientras que las importaciones aumentan 37% en la medición interanual y el superávit comercial se redujo a US$ 1.265 millones en el primer cuatrimestre contra más de US$ 6.200 millones en 2024.
En un año el dólar oficial subió 31% mientras que el blue de $1.160 bajó 3% y desde abril, cuando comenzó en nuevo sistema de banda cambiaria, la divisa subió en torno de 6% contrariando las expectativas de los que esperaban un salto del dólar.
La nueva realidad del dólar barato se cimentó con la orden del Presidente Javier Milei de que el Banco Central no compre divisas en el mercado hasta que el dólar toque el piso de la banda de $1.000 o, incluso, más abajo.
Con el dólar en $1.200 y el levantamiento parcial del cepo volvió la dolarización de parte de los ahorristas que llevaron los depósitos en el sistema financiero por encima de los US$ 33.00 millones, superando el máximo registrado en 2019.
Dólar barato, se disparan las compras de divisas para hacer turismo al exterior, crecen fuerte las ventas de autos 0km y electrodomésticos al calor del aumento del crédito y se vuelve a perfilar un esquema de actividad fragmentada con repuntes en esos sectores mientras que el consumo de algunos alimentos y bebidas , la industria y la construcción mantienen números negativos respecto al año anterior.
El gobierno busca la desinflación a toda costa con motivos electorales apoyándose en una estrategia cambiaria sobre la que surgieron en los últimos días datos y voces de alerta.
El ex ministro Domingo Cavallo sostiene que «es necesario acumular reserva si se quiere remonetizar la economía» tanto en pesos como dólares y se sumó así así a otros de sus colegas que vienen alertando sobre la necesidad que tendría el Banco Central de comprar dólares.
Antes, Carlos Melconian sostuvo que con el ritmo del aumento de la demanda de divisas «no habría ni dólares del colchón ni Vaca Muerta» para hacer sostenible el esquema.
En el medio, el periodista Ezequiel Brugo difundió el dato en Clarín de que en el primer cuatrimestre del año los dólares que se fueron por turismo al exterior superaron los que entraron por las exportaciones de energía.
Ese cóctel se fue gestando al calor del peso apreciado y la decisión del gobierno de no comprar dólares aún cuando entre en un cono de duda la acumulación de reservas acordada con el Fondo Monetario Internacional para este mes.
Con los US$ 1.000 millones del bono 2030, el gobierno estaría US$ 2.700 millones abajo del cumplimiento de la meta con el FMI. Pero el FMI decidió postergar la revisión de esa meta prevista para el 13 de este mes hasta fin de julio. No hizo falta pedirle una dispensa.
Según un informe de la Fundación Capital, están entrando los US$1.000 millones del Bonte 2030 que le vendieron a inversores del exterior y que significó un principio de regreso de Argentina a los mercados internacionales.
Esos fondos «harían alcanzar un stock en la cuenta del Tesoro por unos US$ 4.500 millones» que le permitirían al gobierno seguir sin comprar dólares y pagar los vencimientos que vienen sobre los que se destaca» el 9 de julio los vencimientos de Globales y Bonares por unos US$ 4.300 millones de los cuales US$ 3.700 millones estarían en manos de tenedores privados». ¿Cuántos se volcarán al mercado?
La posibilidad de que los dólares del colchón puedan ser destinados al consumo como intenta el gobierno camina lento y la expectativa de que al Banco Central le puedan escasear divisas sobre el tercer trimestre del año empieza a cobrar forma a pesar de que Caputo sigue demostrando capacidad para conseguir financiamiento por muchas de las vías posibles.
La idea de que la banda de flotación siga intervenida por un tiempo (en parte por la falta total del levantamiento del cepo y por la que se supone una fuerte intervención oficial en el dólar futuro para bajarlo) tiene adeptos en un mercado que con un ojo mira las ganancias de corto plazo y con el otro, a octubre.
Mientras tanto, el dólar barato va haciendo su trabajo haciendo cobrar forma a un resultado fragmentado de la actividad económica sobre el cual comienzan a surgir reclamos concretos del campo, en voz baja, y de la industria.
Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina además de afirmar que «hoy es más barato producir en Paraguay que en Tierra del Fuego», puso el foco en un punto sensible: «el debate del momento pasa por las «velocidades» en que se bajan los aranceles».
La sobre valuación cambiaria tuvo un vuelco de campana desde mediados del año pasado provocando un encarecimiento de la Argentina medida en dólares mientras la mejora de la productividad es un proceso lento. El problema que en el medio hay una parte de la actividad económica que sufre y no encuentra aún una luz al final del túnel.
Sobre la firma
Daniel Fernández Canedo
Editor Jefe y columnista de Economía. [email protected]
Bio completa
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO
Tags relacionados