WASHINGTON.- El magnate tecnológico Elon Musk, hasta la semana pasada asesor del Departamento de Eficiencia Gubernamental del gobierno de Donald Trump, criticó duramente el megaproyecto de presupuesto de la Casa Blanca, en una nueva escalada con el presidente republicano.
“Lo siento, pero ya no lo soporto”, comienza el mensaje en X del dueño de esa red social. “Este enorme, escandaloso y desmesurado proyecto de ley de gastos del Congreso es una abominación repugnante”, sigue, en referencia a lo que Trump llama una “ley grande y hermosa”.
I’m sorry, but I just can’t stand it anymore.
This massive, outrageous, pork-filled Congressional spending bill is a disgusting abomination.
Shame on those who voted for it: you know you did wrong. You know it.
— Elon Musk (@elonmusk) June 3, 2025
“¡Qué vergüenza para quienes votaron a favor! Saben que hicieron mal. Lo saben”, termina el mensaje de algo más de 200 caracteres, en un mensaje dirigido hacia al Senado, donde deberá tratarse el proyecto tras la ajustada aprobación en la Cámara de Representantes.
Musk fue uno de los principales donantes a las elecciones de Trump de 2024 y desempeñó un papel fundamental en los primeros meses de la administración como la cabeza del órgano encargado de pasar la “motosierra” por el Estado. Al dejar el gobierno la semana pasada, en un acto en el Salón Oval, Musk prometió seguir siendo “amigo y asesor” del presidente, aunque ya venía criticando la ley de presupuesto del presidente.
“Un proyecto de ley puede ser grande o puede ser hermoso, pero no sé si puede ser ambas cosas”, había dicho ya en una entrevista.
Cuando Musk compartió su mensaje en X, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, estaba en una sesión informativa en la que le consultaron al respecto. “Miren, el presidente ya sabe la postura de Elon Musk sobre este proyecto de ley”, dijo Leavitt. “Esto no cambia la opinión del presidente. Este es un proyecto de ley grande y hermoso, y él se aferra a eso”.
Cómo es el proyecto
La “ley grande y hermosa” de Trump, que incluye un alivio fiscal colosal e impuestos a las remesas, será objeto de arduos debates en el Senado debido al temor de que aumente la deuda de Estados Unidos.
Se trata del eje central de la agenda de política interna de Trump que podría definir su segundo mandato en la Casa Blanca. El proyecto de ley reduce drásticamente el presupuesto para financiar una extensión de sus recortes de impuestos de 2017.
Los detractores aseguran que los recortes privarán de cobertura sanitaria a millones de estadounidenses con bajos ingresos.
La propuesta incluye un impuesto a las remesas del 3,5%. Se aplicaría a unos 40 millones de personas, entre titulares de tarjetas de residencia, trabajadores temporales y migrantes en situación irregular, calcula el Centro para el Desarrollo Global.
El Senado puede introducir cambios, pero los temas relativos a la migración por el momento no centran el debate.
Aún así el proyecto de 1116 páginas tiene detractores.
Los republicanos moderados son reacios a recortes de gastos por valor de 1,5 billones de dólares, mientras que los halcones fiscales lo consideran una bomba reloj de la deuda.
El senador Ron Johnson, uno de los republicanos opuestos al proyecto de ley, declaró a la CNN: “Tenemos suficientes [votos] para detener el proceso hasta que el presidente se tome en serio la reducción del gasto y del déficit”.
Los demócratas, cuyo apoyo no es necesario si los republicanos mantienen un frente unido, denuncian que los recortes fiscales benefician sobre todo a los ricos a costa de una clase trabajadora que ya lidia con precios altos.
La Casa Blanca estima por el contrario que el proyecto de ley estimulará el crecimiento económico.
Varios análisis independientes han llegado a la conclusión de que incluso teniendo en cuenta el crecimiento añadirá entre 2,5 y 3,1 billones de dólares a los déficits de la próxima década.
La Oficina Presupuestaria del Congreso, de carácter no partidista, concluyó que conllevará una transferencia de riqueza del 10% más pobre al 10% más rico.
El 22 de mayo, los republicanos lograron que la Cámara de Representantes aprobara la medida por un solo voto.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ruega ahora al Senado que no modifique demasiado el proyecto, porque cualquier retoque tendrá que volver a la Cámara Baja.
Un plazo ambicioso
El Senado quiere que el proyecto de ley llegue al escritorio de Trump antes del 4 de julio, Día de la independencia de Estados Unidos, un plazo ambicioso dada la estrecha mayoría de tres votos de los republicanos y las fisuras abiertas.
Analistas independientes prevén que alrededor de siete millones de beneficiarios del programa de seguro médico Medicaid se verán privados de cobertura.
Los moderados del Senado también están preocupados por los cambios propuestos en la financiación de la ayuda alimentaria, que podrían privar a hasta 3,2 millones de personas de un apoyo necesario.
Una cosa es casi segura: el propio Trump intervendrá en algún momento. El lunes ya usó su red Truth Social para denunciar “tantas declaraciones falsas (que) se están haciendo sobre ‘EL ÚNICO, GRANDE, HERMOSO PROYECTO DE LEY’” y para afirmar falsamente que no recortará Medicaid.
Agencias AP, AFP y The Washington Post