La mayoría de las personas que toman café aprecian la rápida inyección de energía que proporciona. Pero en un nuevo estudio, presentado hoy en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición, científicos han descubierto que el café puede ofrecer el beneficio de un envejecimiento saludable.
El estudio no ha sido revisado por pares ni publicado, pero fue riguroso e incluyó a un gran número de mujeres a las que se les dio seguimiento durante muchos años. Además, se suma a la amplia evidencia que vincula el café con una vida más larga y diversas ventajas para la salud, incluyendo un menor riesgo de ciertas enfermedades crónicas. Si bien todos estos estudios presentaron limitaciones, como que fueron observacionales y no pudieron demostrar causalidad.
“Aun así, los resultados que vinculan el café con un envejecimiento más saludable no fueron sorprendentes”, sostiene Fang Fang Zhang, profesora de epidemiología nutricional de la Universidad de Tufts, quien no participó en el estudio. “Los datos son bastante consistentes en cuanto a que el consumo de café es realmente beneficioso”, afirma.
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¿Qué encontró la nueva investigación?
En el estudio, los investigadores dieron seguimiento a más de 47,000 enfermeras durante varias décadas, a partir de la década de 1970. Cada pocos años, las mujeres respondieron preguntas detalladas sobre su dieta, incluyendo la cantidad de café, té y gaseosas (como Coca-Cola o Pepsi) que consumían habitualmente. Posteriormente, los científicos analizaron cuántas de las mujeres seguían vivas y cumplían con su definición de “envejecimiento saludable” en 2016.
Un poco más de 3.700 mujeres cumplieron esos criterios: tenían 70 años o más; reportaron buena salud física y mental, sin deterioro cognitivo ni problemas de memoria; y estaban libres de 11 enfermedades crónicas como cáncer, diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca, insuficiencia renal, enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple.
Los investigadores encontraron una correlación entre la cantidad de cafeína que consumían habitualmente las mujeres (principalmente café) entre los 45 y los 60 años y su probabilidad de un envejecimiento saludable. Tras ajustar otros factores que podrían afectar el envejecimiento, como la dieta general, la cantidad de ejercicio que hacían y si fumaban, quienes consumían más cafeína (equivalente a casi siete tazas de café de 237 ml al día) tenían una probabilidad de un envejecimiento saludable un 13% mayor que quienes consumían menos cafeína (equivalente a menos de una taza al día).
Beber té o café descafeinado no se asoció con un envejecimiento saludable, según los investigadores. “Esto podría deberse a que los participantes del estudio consumían menos té y café descafeinado en general, por lo que quizás hubo menos probabilidades de que los investigadores encontraran beneficios asociados a ellos”, explica Sara Mahdavi, profesora adjunta de ciencias de la nutrición en la Universidad de Toronto, quien dirigió el estudio. El té y el café descafeinado también contienen menos cafeína, y el té contiene compuestos vegetales diferentes a los del café normal, lo que también podría explicar los resultados, añade.
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Beber gaseosa, otra fuente potencial de cafeína, se asoció con una disminución significativa de las probabilidades de un envejecimiento saludable.
La Dra. Mahdavi advierte que si bien beber hasta siete tazas pequeñas de café por día se asoció con un envejecimiento saludable en su estudio, eso no significa necesariamente que beber tanto beneficiará a todos, ni que sea saludable hacerlo.
Las investigaciones realizadas en otros grupos de personas sugieren que los beneficios del café para la salud pueden estabilizarse o incluso disminuir cuando se beben más de tres o cuatro tazas al día.
¿Qué sugieren otras investigaciones?
Muchos otros estudios han vinculado el consumo regular de café con un menor riesgo de muerte prematura. En un estudio con más de 46.000 adultos estadounidenses publicado en mayo, la Dra. Zhang y sus colegas descubrieron que quienes consumían de una a tres tazas de café al día tenían aproximadamente un 15 % menos de probabilidades de morir en los siguientes nueve a once años que quienes no bebían café. Sin embargo, ese beneficio desapareció para las personas que dijeron que solían añadir más de media cucharadita de azúcar a su café y para las personas que añadían más de un gramo de grasa saturada (equivalente a aproximadamente una cucharada de crema o 3,5 cucharadas de leche entera) por taza de café.
Las investigaciones también han sugerido que las personas que beben café regularmente tienen menores riesgos de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, enfermedad de Parkinson, enfermedades hepáticas, osteoporosis y algunos tipos de cáncer.
“Este tipo de estudios no pueden probar causa y efecto”, dice Aladdin Shadyab, profesor asociado de salud pública y medicina en la Universidad de California en San Diego.
“Pero debido a que los beneficios asociados al café han sido tan consistentes, es poco probable que se expliquen completamente por otros aspectos de la vida de una persona”, agrega Zhang. De hecho, beber café suele asociarse con hábitos poco saludables, como fumar y hacer menos ejercicio. El hecho de que se observen beneficios después de considerar estas diferencias significa que el café probablemente esté ayudando, agrega.
¿Cómo puede el café proteger tu salud?
Los investigadores no están completamente seguros de por qué el café puede ser beneficioso. “Es un misterio”, destaca Marilyn Cornelis, profesora asociada de medicina preventiva en la Facultad de Medicina Feinberg de Northwestern.
Estudios en ratones han descubierto que la cafeína puede mejorar la memoria y proteger las neuronas del daño. Estudios en humanos han encontrado vínculos entre el café regular (no descafeinado) y un menor riesgo de enfermedad de Parkinson.
“Tanto el café normal como el descafeinado contienen cientos de compuestos químicos, incluidos muchos que pueden reducir la inflamación y prevenir el daño celular», enfatiza Mahdavi.
Si bien el nuevo estudio no halló ningún beneficio asociado al café descafeinado, otras investigaciones lo han vinculado, junto con el café regular, con tasas más bajas de diabetes tipo 2 y otras afecciones, desarrolla Cornelis. El té también contiene muchos compuestos beneficiosos, y beberlo se ha asociado con una mejor salud cardíaca y una vida más larga.
¿Cuál es la moraleja?
“Si se toma café regularmente, es útil considerar los nuevos hallazgos y otros similares como una buena noticia de que puede beneficiar la salud, siempre y cuando no se agregue demasiada crema o azúcar”, señala Zhang.
Pero si no se disfruta el café, añade la Dra. Mahdavi, no hay necesidad de empezar a tomarlo. Puede interferir con el sueño o causar ansiedad o nerviosismo en algunas personas.
Hay muchas otras formas, con mayor respaldo empírico, de mejorar la salud y la longevidad, añade Shadyab, como seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y tener una vida social activa.
Por Alice Callahan.