«El límite es el cielo». El cazador de utopías imposibles sigue engrosando su libro de victorias con páginas de gloria: con la victoria 2-0 a Uruguay, la Paraguay de Gustavo Alfaro alcanzó los nueve partidos invicto y quedó a un pasito de meterse en el próximo Mundial. Tras ser aplaudido por toda la sala de conferencias, el profesor analizó el rendimiento de sus muchachos: «El límite de estos muchachos es el cielo».
AMDEP6797. ASUNCIÓN (PARAGUAY), 05/06/2025.- El seleccionador de Paraguay Gustavo Alfaro asiste este jueves, a un partido de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026 entre las selecciones Paraguay y Uruguay en el estadio Defensores del Chaco en Asunción (Paraguay). EFE/ Juan Pablo Pino
Los flashes de la victoria no obnubilan a este Paraguay que sigue estirando su invicto con paso firme y cabeza fría. En tiempos donde la euforia puede desbordar rápidamente, Gustavo Alfaro se planta con serenidad, reconociendo que el momento que vive la Albirroja no es producto de la casualidad, sino el resultado de una convicción sostenida en el tiempo. “Lo sentimos como un hecho que fue consecuencia de una búsqueda, una manera de expresar con un nivel de compromiso muy alto. Le dije a ellos: son pocos los equipos que pueden ganarle a Brasil, Argentina, Uruguay. Se los dije, con ese nivel de compromiso”, comentó el entrenador, dejando en claro que la clave no está solo en el talento, sino en la entrega y la mentalidad del grupo. Alfaro no habla de milagros, habla de construcción. “Parecía lejano llegar a 24 puntos, y hoy nos quedan tres fechas. Quiero rendirle tributo a esta selección, por el compromiso que tienen”, agregó, con una mezcla de gratitud y reconocimiento hacia sus jugadores.
Esa confianza en el grupo también se traduce en una mirada esperanzada hacia el futuro inmediato. Paraguay, poco a poco, vuelve a pelear en los puestos altos, y su técnico lo sabe: “Yo digo que nada es imposible y lentamente Paraguay está recuperando su lugar en Sudamérica”. Sin embargo, también hay espacio para la mesura. Alfaro no quiere que su equipo se duerma en los laureles y recuerda que todavía hay obstáculos por delante. “Brasil va a ser un desafío muy grande. La meta está cerca, pero faltan esos pasos, pasos complejos”, avisó, consciente de que los últimos tramos del camino hacia el Mundial pueden ser los más difíciles.
EFE/ Juan Pablo Pino
En ese sentido, el análisis del último partido también revela cómo este equipo se ha ido formando en el detalle, en la estrategia y en la adaptación. “Hicieron un trabajo tremendo, el bloque defensivo, en las pelotas quietas… el equipo estuvo muy firme, y este era un partido de detalles. No siempre uno va a poder hacer lo que quiere”, explicó Alfaro, valorando el esfuerzo colectivo más allá del resultado. Su mirada va más allá del gol o la estadística: se detiene en los gestos, en la concentración, en la capacidad de sostener un plan incluso cuando el rival empuja. Esta Paraguay no brilla con fuegos artificiales, pero sí con una consistencia que ya empieza a imponer respeto. La cautela, el reconocimiento al esfuerzo y la claridad de objetivos conviven en un discurso que refleja la identidad de esta selección: intensa, comprometida y con los pies en la tierra. Una selección que, como dijo su entrenador, no deja de creer que nada es imposible.