Hay un dicho popular que dice que la primera medicina son los alimentos; pero fuera de ser solo un dicho popular, es un saber que los científicos pregonan desde hace unos años. En ese caso, la leche es precisamente uno de los alimentos más completos y accesibles para mantenerse saludable gracias a que aporta una combinación poderosa de proteínas, vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo.
“La leche proporciona nutrientes esenciales y es una fuente importante de energía alimentaria, proteínas de alta calidad y grasas. La leche puede contribuir considerablemente a la ingestión necesaria de nutrientes como el calcio, magnesio, selenio, riboflavina, vitamina B12 y ácido pantoténico”, explicó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a partir de que cada 1° de junio se celebra el Día Mundial de la Leche.
Un solo vaso puede aportar las proteínas que el cuerpo necesita y que no puede fabricar por sí mismo. Además, es fuente de calcio, fósforo y vitamina D, un trío indispensable para la salud ósea y prevenir la osteoporosis.
La leche en un alimento que puede contribuir tanto al crecimiento infantil como al mantenimiento de la masa muscular en la adultez gracias a que es rica en vitamina B12, riboflavina, zinc y magnesio, fundamentales para funciones neurológicas, celulares y metabólicas.
“La leche y los productos lácteos son alimentos ricos en nutrientes y su consumo puede hacer más diversa las dietas basadas principalmente en el consumo de vegetales. La leche de origen animal puede desempeñar un papel importante en las dietas de los niños en poblaciones con bajo nivel de ingestión de grasas y acceso limitado a otros alimentos de origen animal”, aseguró la FAO.
La leche puede consumirse en distintos productos lácteos como un yogur, una porción de queso duro o uno untable, según las Guías Alimentarias para la Población Argentina, que aconseja ingerir tres porciones diarias de estos productos, preferentemente con bajo contenido de grasas saturadas.
Algunas indicaciones a tener en cuenta sobre el consumo de leche en los niños
Sin embargo, como indicó la Academia Estadounidense de Pediatría, los niños menores de un año no deben ser alimentados con leche de vaca y así lo indica un estudio publicado en el sitio MedlinePlus. Allí se advierte que esta no proporciona una cantidad suficiente de ciertos nutrientes como la vitamina E, hierro y ácidos grasos esenciales para los bebés, a quienes les cuesta digerir las proteínas y la grasa de la leche de vaca.
Los niños de uno o dos años de edad deben tomar únicamente leche entera porque el cerebro en desarrollo necesita de la grasa que esta bebida proporciona. Después de los dos años, pueden tomar leche descremada, sobre todo si tienen sobrepeso.
A su vez, los expertos advierten que hay niños que presentan intolerancia a la lactosa, que se produce cuando el intestino delgado no genera suficiente enzima lactasa para digerir la lactosa. Esta es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y en otros productos lácteos, y este trastorno puede causar distensión abdominal y diarrea.
Por otro lado, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos recomienda distintas cantidades diarias de lácteos para niños y adolescentes: los menores de 2 años pueden tomar 1 a 2 tazas; de 2 a 8 años, hasta 2 tazas y media, y de 9 a 18 años, 3 tazas.