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A esta altura, resulta casi inexplicable que Leandro Paredes no sea jugador de Boca, al cabo de meses de un melodrama de novela colombiana de las 3 de la tarde, que le dan largas al romance y tienen más vueltas que el sexo tántrico. Una historia de nunca acabar…
Pues bien, en eso andan Juan Román Riquelme y el hasta el momento mediocampista de la Roma. Boca quiere a Paredes, Paredes quiere jugar en Boca, pero con las intenciones solas no alcanza y desde hace más de seis meses hay de ambos lados un histeriqueo constante, con mensajes a medio decir, tiros por elevación y la falta de un diálogo franco y directo para darle, por un sí o por un no, un corte definitivo al asunto.
Una ganga de mercado
Llama la atención, sobre todo porque el club nunca la tuvo tan fácil a la hora de llevar adelante la operación. El jugador hizo lo suyo: negoció con la Roma una cláusula de salida a precio de amigo, exclusiva para ser ejecutada en favor de Boca: 3.5 millones de euros. Una ganga comparando que, por la misma plata, el Xeneize trajo a Norberto Briasco, Ayrton Costa o Nicolás Orsini (el 50% le salió a Boca 1.7 millones de dólares). Si bien es cierto que a eso hay que agregarle el contrato del jugador, la chance de contar con un futbolista top en la plenitud de su carrera sigue siendo una chance imposible de rechazar.
Todo esperan un acuerdo que todavía no llega.
Este punto es, quizá, lo que impide que las partes se den la mano. Ya en su momento generó suspicacias entre la dirigencia de Boca y el jugador, con mensajes cruzados entre Riquelme mismo y el padre de Paredes, con acusaciones mutuas porque el jugador esperaba un esfuerzo más del club, y el club pretendía que Paredes forzara su salida del club italiano.
Paredes y la cautela
Quizá por eso fue que en la entrevista que el mediocampista le dio a Telefé, el tema Boca pasara llamativamente como un tema secundario. Y no es porque Sofía Martínez, la periodista que lo entrevistó, no le tocara el tema, sino porque el futbolista mismo no quiso abordarlo. Aunque algo dijo…
“Prefiero no hablar, cada vez que uno habla, sea bueno o no, se generan expectativas. La gente está muy ilusionada y prefiero que las cosas pasen. Y si se tiene que dar, se dará”, sostuvo.
La extrema cautela de Paredes, sin embargo, esconde una buena noticia. Significa, hilando fino, que las conversaciones, de alguna manera, continúan, aunque a un nivel subterráneo, casi en susurros.
Leandro Paredes se sumó a la Selección para la fecha FIFA. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian.
De hecho, en Boca insisten en que la intención es que Paredes sea refuerzo de Boca, y deslizan que le enviarán una nueva propuesta, en base a lo que el futbolista pretendía ganar cuando se negoció a fines de 2023. A este tren, igual, será difícil que Paredes esté disponible para el Mundial de Clubes. La novela, al parecer, va para largo.
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