Si la guerra es diplomacia por otros medios, la diplomacia nunca termina.
Mientras Israel e Irán se encuentran en medio de lo que podría ser una guerra de consecuencias imprevisibles y que podría extenderse, no debe descartarse la posibilidad de reanudar las conversaciones para abordar el creciente programa nuclear iraní.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha argumentado que el ataque contra el país persa fue preventivo para impedir que Teherán desarrollara un arma nuclear, incluso lo lanzó cuando estaba programada una sexta ronda de conversaciones entre el enviado de Estados Unidos y los diplomáticos iraníes en Omán este domingo para evitar precisamente ese mismo resultado.
Sin embargo, Irán sigue abierto a negociar un acuerdo nuclear, declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi.
“Estamos preparados para cualquier acuerdo que tenga como objetivo garantizar que Irán no busque armas nucleares”, declaró a los diplomáticos extranjeros en Teherán.
Sin embargo, Irán no aceptará ningún acuerdo que “prive a Irán de sus derechos nucleares”, añadió, incluido el derecho a enriquecer uranio, aunque a niveles bajos que puedan utilizarse con fines civiles. (N de la R: Es lo que Teherán había pactado con el gobierno de Barack Obama en Viena en 2015 y que desbarató Donald Trump en su primera presidencia a pedido de Israel).
Personal de seguridad y rescate trabaja en el lugar del impacto de un misil iraní contra Israel, en Zavdiel, Israel. Foto Reuters
Argachi sostiene que Israel no atacó para impedir la carrera de Irán hacia una bomba, que Irán niega estar intentando desarrollar, sino para descarrilar las negociaciones de un acuerdo al que Netanyahu se opone como sucedió antes con el negociado con EE.UU.
El ataque fue “un intento de socavar la diplomacia y descarrilar las negociaciones”, continuó, una opinión compartida por varios analistas occidentales.
“Está totalmente claro que el régimen israelí no quiere ningún acuerdo sobre la cuestión nuclear”, afirmó. “No quiere negociaciones ni busca la diplomacia”.
Netanyahu cree que un acuerdo que permitiera a Irán enriquecer uranio significaría un Irán con armas nucleares en el futuro, y se ha empeñado en evitar ese resultado.
Al parecer, ha considerado que una negociación que avance entre Estados Unidos e Irán para resucitar el pacto labrado con Obama, le habría impedido alcanzar su objetivo de destruir el programa nuclear iraní y, tal vez, espera, provocar la caída de la República Islámica.
Sin embargo, el presidente Trump afirma que desea que las negociaciones tengan éxito.
El mandatario norteamericano parece creer ahora que se inició la guerra que los ataques de Israel harán que Irán vuelva a la mesa de negociaciones en una posición más débil y conciliadora.
Pero el régimen de Teherán insiste en que tiene derecho a enriquecer uranio para usos civiles en virtud del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Un acuerdo rápido que renuncie al enriquecimiento se consideraría una rendición, afirmó Vali Nasr, profesor de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, quien integro la cancillería de Obama . Y eso podría aumentar la vulnerabilidad del régimen en su país. “No van a renunciar al enriquecimiento, no tan fácilmente”, afirmó. “No se van a rendir”.
Sobre la firma
Steven Erlanger
The New York Times
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