Al ingreso desde Brasil de huevos, pollos, carne vacuna ahora se suma de manera escandalosa la carne de cerdo que encendió alarmas en toda la cadena de valor porcina nacional. En mayo, las importaciones argentinas de carne de cerdo alcanzaron las 5.309 toneladas, lo que representa un aumento interanual del 1.500%. La cifra no solo asombra por su magnitud, sino por el impacto que empieza a provocar en toda la cadena de valor porcina nacional. Así lo advierte un reciente informe elaborado por la consultora JLU, encabezada por el especialista Juan Luis Uccelli, quien no dudó en calificar el fenómeno como una “grosera importación”.

Como viene informando El Territorio, la entrada de carne bovina y porcina desde Brasil viene siendo noticia desde hace mucho tiempo. En cuanto a las importaciones de cerdos, se sostiene que el fenómeno no es aislado “en los primeros cinco meses del año, las importaciones de carne porcina totalizaron 24.303 toneladas, marcando un crecimiento del 520% en comparación con el mismo período del año anterior. Este volumen supera ampliamente las importaciones totales registradas durante todo 2024, lo que evidencia que la carne extranjera está comenzando a ocupar un lugar cada vez más significativo en el mercado argentino”.

El informe remarca, con crudeza, que “mayo nuevamente muestra valores groseros de importación que afectan a los productores, faenadores y despostadores nacionales, sin que a nadie le importe”. Según la comparación interanual, el ingreso de carne porcina durante ese mes fue 14 veces mayor que en mayo de 2024. Una situación que genera un fuerte desequilibrio en el mercado local, ya que la producción nacional no puede competir con los precios de países como Brasil o varias naciones europeas, que se ven favorecidos por el atraso cambiario en Argentina.

“Mientras tanto, nos siguen diciendo -desde el gobierno nacional- que debemos ser competitivos y que los problemas son de los que producen”, denuncia Uccelli en otro tramo del informe. El consultor también llama la atención sobre una paradoja impensada: “Se está importando carne vacuna en el país de la carne”, lo que refleja una desprotección general del sector agroalimentario. “Ya estamos en la etapa que vulgarmente en el sector se conoce como ‘puré de carne’ por la exagerada oferta que hay, ante una demanda que está complicada en su poder adquisitivo”, señala.

En medio de este escenario adverso, es importante destacar que la ganadería porcina argentina lleva más de dos décadas de crecimiento sostenido. Este avance responde principalmente a la inversión en genética, infraestructura y sanidad, lo que ha permitido una mejora constante en la productividad. De hecho, en 2024, la producción de carne porcina creció otro 3%, destinándose casi en su totalidad al consumo interno. Sin embargo, el avance de las importaciones amenaza con frenar esta evolución y debilitar la competitividad del sector.

Exportaciones en baja

A este cuadro se suma otro dato preocupante: las exportaciones de carne porcina se redujeron en mayo a 825 toneladas, una caída interanual del 24%. En los primeros cinco meses del año, las exportaciones alcanzaron 4.433 toneladas, apenas un 11% más que en igual período de 2024. Sin embargo, este crecimiento se da en un contexto poco favorable.

El titular de la consultora JLU, describió un escenario por demás complejo para el comercio exterior de esta cadena de valor. El directivo sostuvo que, en algunos casos, “hoy se pierde bastante dinero al exportar y la disminución de lo exportado es totalmente lógica. Los costos aumentan y también el mercado internacional está teniendo mucha oferta”.

Al analizar la entrada de cortes porcinos al país, advirtió que “mayo nuevamente muestra valores groseros de importación que afectan a los productores, los faenadores y los despostadores nacionales, sin que a nadie le importe”.

Según los datos de la consultora JLU, en mayo ingresaron 5.309 toneladas y en los primeros cinco meses del año, unas 24.303 toneladas. En el mismo lapso de 2023, las importaciones fueron por 3.940 toneladas,

Para tomar una dimensión de este incremento, basta con ver la comparativa de los meses de mayo de 2024 y 2025. El año pasado se importaron 335 toneladas, mientras que el mes pasado el ingreso trepó a 5.309 toneladas.

En este punto, advirtió que este escenario ocurre en paralelo a la importación de carne vacuna en Argentina desde Brasil -por ahora en volúmenes muy bajos y que, si bien hay una sobreoferta de carnes, la demanda está complicada, a partir de una caída en su poder adquisitivo.

Ingresos tanto por vías legales como ilegales de productos

El Territorio viene informando el ingreso de diversos productos del exterior, algunos de manera irregular. Por eso se planteó que la situación del contrabando de huevos desde Brasil preocupa a productores y distribuidores en Misiones por la fuerte competencia desleal que están detectando. Desde una firma productora explicaron que si bien en Posadas todavía no se nota la presencia de huevos extranjeros, no pasa lo mismo con localidades del interior de Misiones. Y resaltaron que es evidente porque en el vecino país, por la diferencia cambiaria, el alimento se consigue a menores precios.

Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia) alertó por la creciente entrada de productos de contrabando desde Brasil y Paraguay. Señaló que aportaron pruebas desde la cámara del ingreso de camiones que llegaban desde países vecinos con carga de huevos para revender en el país.

Consideró que “lo más grave es el tema sanitario. El estatus sanitario argentino es superior al de la producción de Brasil, Paraguay y de Bolivia. De hecho, estamos logrando exportar a la Unión Europea. Si Argentina llega a importar una enfermedad desde estos países, vamos a perder exportaciones por más de 400 millones de dólares al año”.