Justin Bieber volvió a la primera plana de los medios estadounidenses luego del tenso cruce que protagonizó el jueves a la salida del Soho House Malibu, en California, frente a paparazzis que intentaban hablar con él. Las imágenes y el intercambio verbal despertaron la atención de sus seguidores por su manera de actuar ante las cámaras. Según remarcó, solo quiere poner un “límite” a su vida pública.
Luego de los altercados que tuvo semanas atrás con los fotógrafos en un hotel, hace días Bieber volvió a discutir con la prensa. Esta vez sus palabras mantuvieron un hilo conductor y en lugar de lanzar insultos, explicó que necesita mantener su privacidad ahora que es padre.
Lo cierto es que el video del artista canadiense sorprendió a sus fans. Pese a que estaba en mejores condiciones que la oportunidad anterior, de igual manera instaló un mensaje importante sobre lo que padecen las celebridades ante el ojo intruso de los paparazzis, según destacó el medio TMZ.
La discusión duró 11 minutos, desde la salida del complejo hasta el auto de Bieber. Al ver a los fotógrafos listos para interceptarlo, dijo: “Hoy no soy yo, hermano. ¿Cómo creen que les va con mi cara? ¡Quítense de mi vista!”, al tiempo que se tapó el rostro de los flashes.
Al llegar al vehículo, los guardias de seguridad trabajaron para disipar a los periodistas, pero ante la imposibilidad de hacerlo, Bieber retomó sus gritos. “Dejá de preguntarme cómo va todo. ¡Fuera de acá!”. El artista de 31 años señaló que no tiene miedo de poner “límites” ante los actos abusivos de la prensa. Desde que se convirtió en padre tras el nacimiento de Jack Blues de nueve meses, con su esposa Hailey Bieber, se ocultó de la vida pública para resguardar la intimidad de la familia.
Una de las preguntas que descolocó al intérprete de “Sorry” y que lo llevó al colapso, fue si tenía miedo de ser deportado por las redadas que impulsó el nuevo gobierno de Donald Trump en todo Estados Unidos. “Soy un hombre de verdad con una familia de verdad. Y realmente estás frente a mí”, contestó y obvió el tema político, según explicó Page Six.
Ante la insistencia de la prensa, justificó: “No quiero que ninguno de ustedes se meta conmigo. Ya basta de tonterías. Hoy no pueden hablar conmigo”. Además, destacó que si bien todos son sus “amigos”, esa noche no estaba en condiciones de dar declaraciones y pidió que se retiren del estacionamiento.
“Soy padre. Soy papá, y ustedes están en una propiedad privada frente a mi auto”, reiteró Bieber preocupado, hasta que un paparazzi lanzó un “Feliz Día del Padre” adelantado y eso lo sacó de sus estribos. “No te conozco. Uno no va con desconocidos y les dice tonterías sin pensarlo dos veces con una cámara en la cara. No importa si soy famoso o no. No importa si soy una figura pública”.
Desde el marco legal, los periodistas señalaron que podían interrogarlo porque estaban en la vereda pública, por lo que no cometían ningún delito. Ante ese punto de vista, el cantante recordó que ellos solo buscaban hacerlo enojar para luego sacar de contexto aquellas imágenes, con el riesgo de perjudicar su imagen. “Creés que soy idiota, hermano”, afirmó contundente.
La situación de Bieber llegó a un punto de incomodidad, por lo que en un estado de calma rogó: “Estoy desesperado. Exijo respeto. Confundís mi enojo con falta de respeto. Es enojo porque me estás faltando al respeto. No podés faltarme al respeto y salirte con la tuya. No se puede imponer preguntas a la gente ni sacar videos de contexto para usarlos en su contra. Eso es cruel… Es cruel provocar a la gente”. Asimismo, dijo que al sacar de contexto ese pleito, lo titularían como: “Justin perdió la cabeza”.
Con furia criticó el trabajo de la prensa y soltó hacia un fotoperiodista: “Provocás, provocás, provocás. ¿Creés que esto es un juego? Lucran a expensas de otro ser humano”. “Y ahora te reís porque sabés que es verdad”, señaló.
Por último, y agotado por tantos gritos y descargo, reflexionó: “Esta noche no. Me encantan mis tardes, amo a mi esposa, amo a mi familia, y me provocan y es triste”.
Fue allí cuando los paparazzi se alejaron y le dieron espacio, hasta que minutos después uno de ellos regresó y el cantante canadiense estalló: “No lo entendés. No te estoy dando tiempo… Me importa un bledo si estás en la vereda. ¡Soy un ser humano, y vos estás parado alrededor de mi coche, en la playa! ¿Sabés lo que digo? No creés que soy un hombre de verdad, ¿verdad?”. Y remató: “No sé quién mier*** te paga para provocarme, pero yo no soy el que me provoca. ¿De acuerdo? Dejá de provocarme. No estoy para que me jodan”.
Horas después, desde su cuenta de Instagram publicó un fuerte descargo por lo sucedido: “La gente sigue diciéndome que sane. ¿No creés que si pudiera arreglarme a mí mismo ya lo hubiera hecho? Sé que estoy roto y sé que tengo problemas de ira. Intenté trabajar toda mi vida para ser como las personas que me dijeron que necesitaba arreglarme, como ellos. Y eso solo me hace sentir más cansado y enojado. Cuanto más me esfuerzo en crecer, más centrado en mí estoy. Jesús es la única persona que me mantiene con ganas de hacer de mi vida algo por los demás. Porque últimamente estoy agotado de pensar en mí mismo. ¿Vos no?“.