El mercado de soja cerró la semana pasada en una jornada cargada de noticias y movimientos significativos, tanto en la esfera comercial como en la política energética de EE.UU. La geopolítica vuelve a tener un fuerte impacto en los mercados internacionales de materias primas.
Los operadores de soja observan con creciente inquietud el desarrollo del conflicto en Medio Oriente, ante la posibilidad que escale y afecte los flujos comerciales globales y la seguridad alimentaria. La incertidumbre geopolítica se combina con la espera de nuevas definiciones desde Washington respecto a los “Renewable Volume Obligations” (RVO) y posibles exenciones para pequeñas refinerías (SRE), lo que agrega presión sobre el mercado interno de EE.UU.
La gran sorpresa de la semana pasada vino por parte de la EPA estadounidense, que publicó anticipadamente y con cifras mayores a lo esperado su propuesta de obligaciones de mezcla de biocombustibles (RVO). El nuevo mandato eleva el requerimiento de biodiésel a 5.61 mil millones de galones, por encima del rumor de 5.25 mil millones y del actual nivel de 3.35 mil millones. Además, se redujeron a la mitad los créditos RIN para materia prima importada, lo que podría favorecer el uso de aceites locales. Los valores de los RIN subieron tras la noticia.
En ese contexto, algunas voces señalan un debilitamiento de las ofertas para molienda en Estados Unidos, atribuido tanto a la falta de definiciones políticas como a las paradas técnicas programadas para el verano en varias plantas procesadoras de soja.
En su informe mensual, el USDA mantuvo sin cambios los balances de oferta y demanda para EE.UU., tanto para la campaña vieja como para la nueva. También dejó sin cambios las estimaciones de producción para Sudamérica. Sin embargo, elevó levemente las existencias finales globales de soja de 124,33 a 125,30 millones de toneladas, algo por encima de lo que el mercado preveía. Se mantuvo también el pronóstico de importaciones de China en un récord de 112 millones de toneladas, aunque algunos analistas consideran que esta cifra deberá ajustarse a la baja.
En cuanto a la soja según datos del USDA, las estimaciones para Estados Unidos no mostraron cambios: la producción se mantuvo en 118,1 millones de toneladas y los stocks finales en 8 millones, en línea con las expectativas del mercado. A nivel mundial, tampoco se modificó la proyección de producción para la 2025/26, que sigue en 426,8 millones de toneladas. Sin embargo, un leve incremento en los stocks iniciales, producto de una menor industrialización en China en la campaña previa, elevó los stocks finales a 125,3 millones de toneladas, superando en 800.000 toneladas el promedio de las estimaciones del mercado. No hubo cambios en las cifras de producción para Brasil y Argentina, que se mantienen en 169 y 49 millones de toneladas, respectivamente.
La guerra en Medio Oriente añade una nueva capa de complejidad al mercado. En un escenario de prolongado conflicto, podría haber un renovado interés por el abastecimiento preventivo de alimentos por parte de varios países, temerosos de interrupciones logísticas si se amplía el conflicto y se compromete la navegación internacional.
No obstante, los bajistas advierten que un conflicto prolongado podría fortalecer al dólar estadounidense como refugio financiero, encareciendo las materias primas como la soja para los importadores. Además, países como India, altamente dependientes del cruce energético del
Estrecho de Ormuz, podrían enfrentar presiones inflacionarias si suben los precios del petróleo, afectando el poder de compra y la demanda de productos derivados de la soja, aunque el impacto sería limitado.
También se señala que, si los ataques israelíes afectaran significativamente las exportaciones de petróleo de Irán, China, su principal comprador, podría verse obligada a pagar más por el crudo, encareciendo su matriz energética. Dado el delicado momento de la economía china, esto podría traducirse en una menor demanda doméstica de soja.
China pone las tierras raras en el centro de la pulseada geopolítica
China ha decidido usar su dominio sobre las tierras raras como herramienta directa de negociación con Estados Unidos, marcando un giro estratégico en su política exterior. Esta jugada eleva la tensión en las relaciones comerciales globales y alerta a los países desarrollados sobre su dependencia de Pekín en minerales críticos
Aunque la extracción de tierras raras es posible en otras regiones, el refinado, clave en la cadena de valor, sigue estando fuertemente centralizado en China. El movimiento podría impulsar a Occidente a coordinar políticas e inversiones para diversificar su abastecimiento.
El encuentro bilateral en Londres dejó pocos resultados concretos, pero reveló que el conflicto comercial ahora también gira en torno a los recursos estratégicos, en un nuevo capítulo de la competencia tecnológica y geoeconómica global.
Tensión en Medio Oriente sacude los mercados de energía y fertilizantes
El precio del petróleo registró una fuerte suba inicial del 14 %, la semana pasada, ante el temor de interrupciones en el Estrecho de Ormuz, aunque luego retrocedió, reflejando la elevada volatilidad en el mercado. La escalada del conflicto también amenaza al mercado global de fertilizantes: Irán, tercer exportador de urea, podría ver comprometidas sus ventas, al igual que otros países del Golfo. Egipto también suspendió temporalmente plantas por falta de gas israelí.
En paralelo, se mantiene la atención sobre el mercado de potasa, donde Israel es un actor relevante, y sobre Rusia tras un ataque a una planta clave. El aumento del riesgo geopolítico mantiene a los mercados financieros en el mundo en un tono bajista.
Los mercados ahora miran con atención los próximos movimientos de EE.UU. En este escenario, los precios del crudo podrían seguir al alza, en medio de una mayor volatilidad financiera y un renovado interés por activos refugio como el oro y el dólar.
La semana comienza con múltiples focos de atención para los mercados agrícolas: clima en EE.UU., tensiones geopolíticas crecientes en Medio Oriente, movimientos en el dólar por declaraciones políticas internas, y definiciones pendientes sobre la política de biocombustibles en EE.UU. La combinación de estos factores sostiene un escenario volátil, con operadores atentos a nuevas señales antes de tomar posiciones firmes.
El mercado se encuentra en una situación extremadamente sensible, con argumentos sólidos para ambos lados, para los alcistas y los bajistas.
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Esteban MoscarielloBio completa
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