
La escena fue tan insólita como reveladora. En pleno programa “Los 8 escalones”, que conduce Guido Kaczka en el horario central de Canal 13, se coló una pregunta inesperada en medio de trivias de cultura general:
“¿La web de qué provincia publicó una suma de porcentajes de votos superior al 100% en las elecciones legislativas del 8 de junio?”
Las opciones eran San Juan, San Luis, Chubut y… sí, Misiones.
Y allí estaba, en pantalla nacional, otra vez nuestra provincia como ejemplo de lo que no debe pasar. La pregunta no era un chiste. Era una confirmación: el papelón electoral de Misiones se volvió contenido de entretenimiento.
Lo cierto es que, el domingo 8 de junio, durante las elecciones legislativas, la web oficial del escrutinio provisorio publicó resultados que sumaban un increíble 102,59%. Un desliz que fue mucho más que un error técnico: fue una señal clara de desorganización, falta de control y, por qué no decirlo, de desinterés por la transparencia.
A las 21 horas, cuando se esperaban los primeros datos, la página estaba caída. A las 21.40, aún no cargaba. Y cuando finalmente se publicó algo, fue una verdadera anomalía matemática: sumas que no cerraban, porcentajes inexplicables, partidos con menos votos pero mayor porcentaje que otros. Ejemplo: el Partido Obrero, con 3.083 votos, aparecía con el mismo 4,07% que Tierra, Techo y Trabajo, que había conseguido casi 6.000 votos más.
Lo paradójico es que la corrección de esos datos también fue errática. Se ajustaron números y decimales, pero la suma seguía dando más del máximo: ahora 100,37%.
Mientras tanto, el recuento demoraba, la carga era lenta y los reclamos en redes sociales crecían. En un contexto donde la legitimidad electoral debería ser intocable, Misiones se convirtió en un mal ejemplo viral. Y no sólo eso: fue trivializada en horario central, con un país entero atento al “error misionero” que se volvió pregunta televisiva.
“¿Cómo se llega al 102% en una elección?”, se preguntaban algunos. Tal vez sea una metáfora involuntaria de cómo se manejan las cosas: con improvisación, sin transparencia y con una impunidad tan cómoda que ya ni se sonroja cuando aparece en televisión.
Hoy, Misiones no fue noticia por las Cataratas, ni por su cultura, ni por su gente. Fue noticia por haber roto las matemáticas. Y lo peor es que ya no sorprende: sólo se suma. Aunque sea más del 100%.